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sábado, 30 de abril de 2011
LIRIOS Y ROSAS ROJAS
Dicotomías: blanco y negro, arriba y abajo, bueno y malo, justo e injusto, conservador y liberal, de derechas y de izquierdas o, lo que es lo mismo, lirio y rosa roja.
Yo, antaño (aunque esta palabra en mi juventud se queda amplia) independentista aférrima, he dejado de mirarme el ombligo para, inopinadamente, alzar mi vista al horizonte y seguir siéndolo pero sólo en relación a la defensa de mi cultura canaria, pues vislumbro un horizonte de pueblos hermanos, federados, juntos... Un bello horizonte de porvenir solidario, ese horizonte que tan bien dibuja el mar al chocar (en apariencia) con el Cielo. Y, clavando la vista en este punto es donde me urge contar mis cavilaciones:
En el seno de mi familia siempre se vivió una disputa. Unos nos tirábamos lirios y otros rosas rojas. De uno y otro lado emanaba información contradictoria. Y, así acontece también en la sociedad: los colegios, los institutos, las universidades, los puestos de trabajo, los “mass media” (televisión, radio, prensa,….).
Dentro de este dicotómico abanico de posibilidades, en la mano del observador está elegir una vía para pronunciarse o, por qué no, hacer del eclecticismo la única vía.
Lo que no puede permitirse (que no tolerarse) es que se ponga en entredicho un modo de ser o de pensar, que se ningunee al dueño de una idea o ideología tan sólo porque el ninguneador o ninguneadora no comparta el criterio del ninguneado o de la ninguneada (y que la RAE me disculpe estas aberraciones del lenguaje).
Hace mucho (29 de diciembre de 1978) entramos en la senda de la Democracia y no podemos dejar pasar en ella los vestigios del horror, del sufrimiento, de la represión. Y si no, no tenemos más que coger un avión hacia un país con dictadura para que podamos apreciar (si hemos olvidado) la diferencia entre libre y oprimido.
Dice el Prólogo de la Constitución Española que "….tras el cambio de régimen político acaecido en 1975, se hace necesaria la creación de una ley suprema y legítima que establezca los principales valores que han de servir de fundamento al nuevo Estado democrático".
El Derecho, como la sociedad, ha de ser – desde mi modesto punto de vista- dinámico y no hermético como lo es ahora. Por ello habría que plantearse el párrafo del prólogo constitucional que establece : "Por primera vez en nuestra historia hemos dado con la fórmula adecuada para que la norma suprema del ordenamiento jurídico se mantenga con toda su fuerza a lo largo de los años..."
Bien es verdad que, en comparación con los textos anteriores, la Constitución Española de 1978 ha sido la mejor elaborada. Mas,…, no puede ser imperecedera, como nada en esta vida. Y el Derecho nace y se hace en la vida real, en el devenir cotidiano de los ciudadanos de ese país. Ello lo han demostrado Doña Leonor y el matrimonio homosexual. ¿Hasta cuándo,por ejemplo, habrá que esperar para que las monarquías se empapen de Democracia? ¿Por qué se sigue respetando la primacía del varón sobre la hembra,aunque ésta última pueda estar más y mejor preparada para tal responsabilidad? Pero este aspecto es una simple nimiedad en comparación con lo que se vive en la sociedad actual en el día a día: ¿España es realmente un estado laico y aconfesional en el que se proclama la libertad de culto y creencias de sus ciudadanos -nacionales o no-? No,..., la respuesta es un rotundo NO. No nos engañemos con ilusiones de pseudodemocracias plasmadas en palabrería bella que , al fin y al cabo, es sólo palabra escrita no llevada a la práctica. De igual modo, se proclama en la CE que el derecho a la vivienda digna ha de ser garantizado por el Estado de Derecho y Bienestar que debe ser España,..., pero la realidad es que el Estado ha puesto en manos de especuladores, dando carta blanca a los Bancos y sectores inmobiliarios, la veracidad de estas bellas palabras.
La realidad y el Derecho van de la mano. No hay fantasmagoría posible en la aplicación de este axioma por lo que, teniendo en la mano lirios o rosas rojas, ciñámonos el cinturón de los tiempos que corren para que no nos quede excesivamente holgado y pierda su función y, ¡miremos con ilusión la profundidad del horizonte futuro! Con ilusión y ganas de cambiar lo que consideremos que está mal, porque el bienestar de todos (y TODOS es TODOS: incluidos aquí todos los ciudadanos que tiene España, nacionales o no) es la única senda posible para catalogar a un Estado de Estado democrático, Social, de Derecho Y de Bienestar.
Nota: Los lirios se han relacionado siempre con ser conservador y las rosas rojas con ser liberal.
Quiero ser rosa negra, o lirio rojo, la bandera blanca manchada con el tinte carmesí de esta guerra que ya no acaba...
ResponderEliminaren mi país, después de un siglo y otros tantos lustros, dios ha muerto y su cadáver flota en las aguas del magdalena medio
y vos, la orquídea canaria, que me llama de lejos, que la veo posarse sobre la dicotomía de las democracias, también sorprende las fibras de mi alma, pues al mirarte al espejo has visto lo que yo al mirarme al mismo... somos la misma alma... un abrazo desde la ciudad del silencio... laciudadsilencio@hotmail.com