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A veces, cuando los problemas nos invaden por todos lados y ni tan sólo tienes el hombro de una pareja en el que reconfortarte y llorar, todo se ve aún más oscuro de lo que, a lo mejor, realmente es.

Vivimos en una sociedad donde el tener es tan importante que ha anulado por completo el ser.

Los tiempos de crisis económica, de crisis de oferta de puestos de trabajo y alta demanda de los mismos,de codicia desenfrenada, de hedonismo desmedido,la fortísima crisis de valores (esas tres palabras famosas que tanta verdad contienen),el excesivo culto al cuerpo y no al alma,la superficialidad por doquier,..., han creado un clima de malestar social. La presión social es cada vez más fuerte. El pobre es cada vez más pobre, el rico cada vez más rico. La clase media española está siendo sutilmente aniquilada.

Ya no estamos en UN ESTADO DE BIENESTAR, estamos más cerca de uno de esos estados de los mal llamados Países del Tercer Mundo (me ha hecho siempre mucha gracia esta expresión,¿cuáles se suponen que son el primero y el segundo mundo?) ahora llamados Países en vías de desarrollo. Donde prima más la etiqueta de ser ESTADOS DEL SÁLVESE QUIEN PUEDA. El pez grande y fuerte se come al pequeño y débil, y punto. La democracia es muchas veces pseudodemocracia, otras tantas no es más que una falacia y esconde una dictadura camuflada, la dictadura del capitalismo puro y duro, la dictadura que marca Maastrich, la prima de riesgo, el euribor y la etiqueta del político líder de turno. Porque ni siquiera lo que estudié de Derecho Constitucional lo veo en la realidad. En una verdadera democracia todos los partidos políticos han de seguir objetivos comunes de democracia, bienestar social, equidad, equilibrio y el Ius positivo ha de estar ligado a los principios del Ius naturale. Dar a cada uno lo justo. Pero no,..., no es real. Y es triste comprobar como cada vez más la Democracia española se va mermando más y más. Nací en 1979, prácticamente con la Constitución Española recién nacida. Los 40 años de Dictadura que obnubilaron la mente de mis padres y abuelos, a mí me llegó sólo de oídas pues ni siquiera la estudié en el Colegio, ni en el Instituto, ni en la Universidad pues en ese entonces se entendía que ese episodio de la historia española era una vergüenza y se prefería no hablar de ello, comentarlo someramente en los libros de historia pero poco más. Yo crecí y pasé de niña a adolescente con el fervor de conocer las raíces de mi patria canaria. En el Instituto un profesor nacionalista me despertó la curiosidad por todo lo relacionado con la cultura guanche y la cultura prehispánica de mis Islas Canarias. Nuestro origen es bereber, nítida conclusión. Mi sangre tiene el mismo ADN que los africanos del Atlas marroquí. ¡Y tanto que la tiene!

Pero,..., vi en el nacionalismo exacerbado matices de xenofobia, en algunas personas, hacia todo lo que no fuera canario. Y yo, que en mi adolescencia lo único que quería era conocer mundo y liberar mi mente del concepto de fronteras entre países (La tierra no es del hombre, el hombre es de la tierra - Charles Darwin-) me quedé, eclécticamente, con lo que más me interesaba de ellos: Conocer mis raíces. Pero rechacé y siempre condené cualquier forma de violencia o no aceptación de otra persona o grupo de personas por no ser de una raza o condición, y muchas veces el nacionalismo canario pisa en este terreno de rechazar,por ejemplo, al español, -simplemente por serlo- cuando nosotros tenemos más porcentaje de ADN español, portugués, francés,..., que del legado guanche que nos dejaron nuestros ancestros. Aunque estoy MUY ORGULLOSA de ese porcentaje guanche heredado y lo defiendo con uñas y dientes. MI ORIGEN BEREBER ES UN ORGULLO PARA MÍ.

Mi DNI pone que soy española, con mi particularidad de ser canaria. CANARIA, tener el mar por frontera, poseer en las venas la carga genética de más de un origen racial, haber heredado una idiosincracia latina, ser consciente de que nuestras raíces están en el continente hermano, ÁFRICA, que gracias a las migraciones hacia nuestra adorada AMÉRICA LATINA decimos GUAGUA y no BUS, tenemos santa pachorra, comemos MILLO y no MAÍZ, decimos SAPATOH aunque escribamos ZAPATOS, desaparecemos las S del final de las palabras (las aspiramos, como en Cuba), decimos GABETA y no CAJÓN, tenemos un particular sentido del humor y modo de ver la vida, nos encante más una fiesta y una jarana que comer con los dedos, hablemos alto, nos guste pintar las casas de colores, podemos pasar de estar en la nieve en El Teide a estar en poco tiempo en la costa disfrutando de un día de sol y playa. ¡SER CANARIO/A ES TODO ESO Y MÁS!

Y pinta muy negro el futuro en mi tierra. La española en general, la canaria en particular, QUE ES LA QUE MÁS ME DUELE E IMPORTA, POR SER CANARIA. Si todo va mal en la Península, imagínense aquí en Canarias. Somos la Comunidad Autónoma más pobre de España. Las ONG´s creadas en Canarias para trabajar en África, Asia y América latina ya no trabajan fuera de las islas, en Canarias se han visto desbordados de necesidad, de familias en las que todos los miembros están en el paro e incluso sin ningún subsidio económico y sin posibilidades de ingresos. Si para un canario / una canaria de la costa o de alguna isla menor ir a estudiar a la Universidad era toda una odisea, imagínense ahora que el gobierno canario no ayuda en nada, que con los recortes todas las subvenciones y ayudas han desaparecido. Donde poco a poco hasta la sanidad será elitista. Y esto sí que me da miedo, ¿por qué un Estado que se diga ESTADO DE BIENESTAR puede permitir que se muera una persona porque esa persona no tenía dinero para irse a operar en el extranjero? ¿Por qué?

Mi particular situación personal ha hecho que estos días me haya sumergido en una espiral de pensamientos y sensación de indefensión ante la que se avecina... Recuerdo a un profesor de Derecho que, cuando yo tenía 22 años me aconsejó que estudiara idiomas y que emigrara, que saliera de Canarias, que tarde o temprano los/las jóvenes canarios/canarias tendríamos que emigrar, que Canarias se metería en un bucle de crisis económica que nos obligaría a emigrar de la misma manera que emigraron nuestros abuelos en los años 40, 50 y 60.

Yo estoy asustada, muy asustada. Se intuyen turbulencias y mi estado anímico ahora mismo no es el más adecuado para afrontarlas.

¡Mira que puede aguantar un cuerpo y una mente presión, violencia y desprecio! Viví en una jaula de cristal, atrapada en una espiral de violencia de género día y noche, durante casi 3 años de mi vida. Sé que han hecho mella en mí. Palabras que se quedaron grabadas a fuego en mi memoria:

- ¿Dónde vas a ir tú sola con un hijo?

- ¿De qué vas a vivir?

- Si no acabaste tu carrera de Derecho. ¿Cómo crees que vas a salir adelante tú sola?

- ¡Si sólo eres una mujer! (¡qué frase tan cruel ésta!)

(Y muchas frases más que no voy ni a transcribir aquí).

Además, en estos días me he enterado, de la mano de un fisioterapeuta, que mi lesión de espalda probablemente tiene que ver con ese zarandeo fuerte que él me dio el día que decidí poner un punto de inflexión en mi vida y acabé pidiendo auxilio judicial en los Juzgados de Arona. Algo que pasó tanto tiempo atrás, me está dando muchos problemas ahora. Llevaba mucho tiempo, al parecer, con dos vértebras giradas y una costilla fuera de su sitio. De ahí mis dolores de espalda recurrentes. Esto también me ha afectado en mi estado de ánimo en estos días.

En ese entonces tuve mucho coraje para romper con todo, llenarme de valor para vencer el miedo que me paralizaba y dar el cambio.

Pero ahora,..., ¿dónde se ha ido mi fuerza? El clima de presión social, la irascibilidad de la gente, la impaciencia de no querer ni siquiera escuchar al prójimo, el desprecio al otro, ..., me hieren profundamente. Ojalá no fuera tan hipersensible. Recuerdo que me lo dijo un amigo psicólogo una vez. DEBES APRENDER A DOMINAR TU HIPERSENSIBILIDAD, QUE NO ES OTRA COSA QUE SECUELA DE LOS MALOSTRATOS QUE AGUANTASTE TANTO TIEMPO.

Me echo a llorar con demasiada facilidad. No soporto escenas de violencia, ver una pelea callejera puede dejarme impactada durante días e incluso me llega a alterar el ritmo cardíaco.

Muchas veces he sentido deseos de aprender algún arte marcial, tal vez así pueda canalizar esa energía interna negativa que a veces me invade.

He descuidado mis hábitos de vida desde agosto. En el sentido de que he abandonado mi hábito de ir al gimnasio todas las tardes y de alimentarme correctamente (tengo, por imperativo genético, propensión a engordar y he de estar siempre a dieta). Esto también influirá en la segregación de serotonina y fenilananina,disminuyéndola, por eso creo que he tenido estados de tristeza. No hay nada como sentirse bien con uno mismo / con una misma, comer sano y hacer ejercicio diario.

Tengo que recuperarme, y, como siempre, resurgir de mis cenizas como Ave Fénix. PORQUE TENGO A LA PERSONA QUE MÁS QUIERO EN EL MUNDO POR EL QUE LUCHAR. MI HIJO.

- AL MAL TIEMPO, BUENA CARA (como sea).

- HAZ DE TRIPAS CORAZÓN, ¡Y SIGUE ADELANTE!

- NO DESFALLEZCAS, YA TENDRÁS TIEMPO DE DESCANSAR CUANDO FALLEZCAS.

- NUNCA DEJES QUE ALGUIEN TE DIGA QUE NO PUEDES HACER ALGO, ¡DEJA QUE VEA CÓMO LO HACES!

- NO TE LIMITES, NO HAY LÍMITES.



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