sábado, 29 de marzo de 2014

DIHYA EN TAMAZGHA

DIHYA O DAMYA KAHINA




Contextualizando: TAMAZGHA (en lengua bereber) es un neologismo que hace referencia a la unión de estados entre los territorios del norte de África en los que han habitado y se han desarrollado distintas culturas bereberes. Abarca (trazando una línea en el mapa desde Canarias a Egipto) el área comprendida entre las Islas Canarias y el oasis de Siwa, en Egipto, como puntos extremos occidental y oriental respectivamente; y desde el Mediterráneo hasta el Sahel.

Dicha denominación, de ciertas connotaciones panbereberes, es utilizada por el movimiento amazigh, en contraposición al término arabocentrista de Magreb. Es también utilizada por ciertos sectores del nacionalismo canario más africanista.

Los berberófonos suman entre 40 y 45 millones de personas, según algunas estimaciones. Supondrían por tanto entre un 30 y un 45% del área propiamente magrebí, sin tener en cuenta a los tuaregs de Malí y Níger que suman más de un millón de hablantes.

En Canarias y en todos los territorios africanos de raíces bereberes, son cada vez más fuertes las voces de los defensores de la Tamazgha.

¿Sabían ustedes que en pleno siglo VII una intrépida guerrera mujer bereber fue quien hizo que su reino bereber derrotara al ejército de Hassan Ibn al Noman?

La reina guerrera Dihya, llamada "la Kahena", que al frente de los bereberes infligió, en la batalla de Meskiana de 693, una severa derrota al cuerpo expedicionario del emir Hassan Ibn al Noman, que se retiró hasta Trípoli. Sus dotes de sutil estratega pudieron más que la fuerza del ejército adversario (que eran más en cantidad y fuerza). Una mujer adorada por el pueblo bereber desde que en su temprana adolescencia se empezara a entrenar en las artes de la guerra, estudiara varias lenguas y se empapara de los modus operandi de los enemigos para así, conociendo brazo a brazo al enemigo, enfrentarse a él. Acercarse como amigo al enemigo para saber como piensa y luego derrotarlo, dicen que era su frase.

La primera parte de la conquista musulmana de España fue conducida por un contingente bereber compuesto casi en su totalidad por conversos, entre ellos el jefe Tarek ibn Ziyad, que dio su nombre al peñón de Gibraltar («Djebel Tariq»).

A principios del siglo VIII, ante la dominación omeya de todo el Magreb, varias tribús bereberes comenzaron a unirse en torno a Abu Qurra y se rebelaron contra la ocupación árabe. Su lucha continuó bajo diversas dinastías Khar bereberes en un conflicto que duró cerca de un siglo.

El siglo X, Ubayd Allah al-Mahdi fundó la dinastía fatimí en la baja Cabilia. Los fatimíes establecieron su autoridad en África del norte entre los años 909 y 1171 y fundaron un califato disidente de los abasíes de Bagdad.

Argelia estaba entonces bajo el control de los almorávides en una pequeña región del oeste, bajo los hamadíes en el centro, y bajo los ziríes al este. En 1152 una nueva dinastía bereber musulmana, los almohades, venció definitivamente los poderes reinantes. Estaban dirigidos por Muhammad ibn Tumart, su jefe espiritual, que sucede [Abd al-Mumin]]. Los almohades formaron uno de los imperios más poderosos del Mediterráneo, unificando el Magreb y Al-Andalus hasta 1269. A través de las grandes ciudades del litoral (Beja, Annaba, Argel...), se abrieron al occidente cristiano con que mantuvieron estrechos intercambios comerciales.

A raíz de la victoria definitiva de las tropas de los Reyes Católicos en 1492, una parte de la población de Al-Andalus es obligada a huir de la península ibérica. Si bien los mudéjares ya habían empezado a emigrar desde finales del siglo XV, la emigración hacia el Magreb se intensifica a partir de la Pragmática de 1502 que les obligaba a convertirse al catolicismo, pero sobre todo a partir de su expulsión completa en 1669. Los moriscos se refugiaron mayoritariamente tanto en Marruecos como en Argelia, países que desconocían por completo. La llegada de estas grandes familias en la mitad oeste de Argelia influyó profundamente en la cultura y en la vida social, y contribuyó a la construcción de las grandes ciudades y en la expansión de su economía.

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