domingo, 4 de mayo de 2014

DIVERGENTE, LA PELÍCULA

MIÉRCOLES 30 DE ABRIL DE 2014. DÍA DE CINE EN PAREJA.




Ir junto a ti al cine, como a cada lugar, es detener el tiempo y sumergirme en un deleite sensorial de felicidad. Este miércoles, vimos una película de fantasía (aunque a ti no te guste este género), que a mí tanto me fascinan. Una película con un buen mensaje de fondo que trata de abrir en el espectador el pensamiento flexible y liberar de la tendencia del ser humano a etiquetar a las personas en roles. Dando a conocer la existencia de personas con pensamiento divergente.

Una vez un psicólogo amigo que me analizó decretó que yo era hiperquinética, de pensamiento divergente en aspectos matrices y convergente en otros (pego aquí el link a esta entrada de mi blog http://ananayra.blogspot.com.es/2009/12/eres-divergente-y-convergente-cada-vez.html )

Un término clave que es utilizado con frecuencia en relación con la creatividad es el de pensamiento divergente. El pensamiento divergente es un proceso mental o un método que se utiliza para generar ideas creativas explorando muchas soluciones posibles. Es a menudo utilizado en conyunción con el pensamiento convergente, que sigue una cierta cantidad de etapas lógicas para llegar a una solución, la cual en ciertos casos es la solución “correcta”. El pensamiento divergente tiende a producirse de manera espontánea y libre, de manera que muchas ideas son generadas de modo cognitivo emergente. Una multitud de soluciones posibles es estudiada en poco tiempo, y nexos inesperados son creados. Una vez el proceso de pensamiento finalizado, las ideas e informaciones son organizadas y estructuradas gracias al pensamiento convergente. El diagrama abajo fue extraído del Torrance Test of Creative Thinking (TTCT). Se le pide a la persona que pasa el test que imagine lo que esta forma puede representar. Por ejemplo, una araña machucada, una molécula tridimensional, un impacto de parabrisa, etc. La capacidad de aportar el mayor número de respuestas posibles es un reflejo de pensamiento divergente, un ingrediente de la creatividad.

El pensamiento divergente por sí mismo no es suficiente para hacer efectiva la creatividad; debe ser asociado a la flexibilidad mental. El objetivo no es simplemente de multiplicar el número de ideas, sino de estar en medida de cambiar de ángulo de ataque, de liberarse de sus hábitos de pensamiento. Por ejemplo, la flexibilidad mental es necesaria cuando se intenta formar cuatro triángulos equilaterales con seis fósforos. Esta habilidad es un indicio de flexibilidad y mobilidad mental.


Volviendo a la trama de la película DIVERGENTE: Quizá por falta de medios o acaso por la voluntad de unos guionistas con más neuronas de lo acostumbrado, el caso es que Divergente se desmarca del empacho habitual de CGI y apuesta por una cinta de personajes que hablan más que actúan. Como la Katniss de los Juegos, la Tris de Divergente no acepta las etiquetas y aspira a descorrer el velo de injusticia que opaca el mundo que le ha tocado vivir. Su campo de batalla, sin embargo, no es un show televisivo ni una batería de villanos caricaturizados, sino una sociedad fuertemente jerarquizada que condena a sus individuos a un rol que deben desempeñar de por vida. Un 1984 a lo bestia, vamos, pero edulcorado con algunas dosis de paternalismo y buen rollito romántico.

Neil Burger (director) tiene la brillante intuición de no culpar del estado de las cosas a individuos concretos, aunque haya una villana visible en el personaje de Kate Winslet, sino que dirige el foco hacia la mecánica de un sistema -el nuestro- que castra las aspiraciones y deseos de sus ciudadanos. En nuestro mundo no hay castas explícitas, pero sí abundantes barreras sociales implícitas. Divergente, por tanto, es más crítica y guarda más puntos en común con nuestro día a día que las, por otro lado, disfrutables correrías de Katniss y sus muchachos.

No obstante, conviene apuntar la cierta torpeza conque Burger aborda las escenas de acción, un diseño de producción algo acartonado y carente de chispa, así como el hieratismo y la escasa empatía que desarrolla su protagonista, una Shailene Woodley que no acaba de creerse el personaje ni de explotar como actriz. En eso sí le gana por puntos Jennifer Lawrence, más suelta, más magnética, más segura. La saga tiene futuro si mantiene las constantes vitales en este punto de equilibrio entre el cuento moral de iniciación y la fábula sobre nuestro presente. Si Robert Schwentke (director de las previstas segunda y tercera parte) suma más brío en la realización y un poquita de imaginación visual, tendremos entre manos un fenómeno del que quizá acaben tomando nota los Juegos del hambre. El mundo al revés.

En Los Gigantes, a domingo 4 de mayo de 2014.

ANA NAYRA GORRÍN NAVARRO.

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