lunes, 5 de octubre de 2015

EL OSO DE LA CASA AZUL

Cuando mi hijo era bebé se deleitaba viendo una serie llamada EL OSO DE LA CASA AZUL, la pasaban cada tardecita en TVE1, sobre las 19 horas. Reflejando diariamente las historias de un oso que vivía con otros compañeros en una bella casa de madera pintada de azul.
 
El tono de voz de este oso, lo que contaba a los niños (en cada episodio daba una lección pedagógica) y el lugar en que se desarrollaban los episodios, esa bella casa de madera que siempre he soñado tener como hogar, hacían que hasta yo me quedara absorta viendo la serie. La voz del protagonista me relajaba hasta a mí. Incluso el padre de mi hijo muchas veces se quedaba también con nosotros (antes de irse de bares) viendo la serie y parecía relajarse viéndola.
 
 
 
 
 
 Está claro que el timbre de voz de una persona puede tener efectos calmantes en quien escucha. Éste es el caso de quien pone voz al protagonista de esta serie infantil, Bear.  
 
 
 
 
 
Yo, en ese entonces, me pasaba horas enteras jugando con mi hijo. Sumergiéndome en su mundo de bebé. Fue en el lapso de tiempo del primer al segundo año de mi hijo y yo tenía 26-27 años. Hoy en día, diez años más tarde obviamente ya no juego con mi hijo. Ya él tiene edad para jugar solo con sus amigos o incluso él solo con sus muñecos de Wrestlemania y sus juegos de Xbox (normalmente invita a un amigo a casa y juegan a Xbox juntos con los juegos de 2K15, FIFA 2015, Basket,...). Pero esta serie, quedará como un bello recuerdo de nuestras tardes de juegos en su primera infancia.
 
 
Había días en los que se los ponía en inglés, con esa opción tan moderna de los mandos de hoy que te permiten poner las series en su versión original y que tanto partido le he sacado yo desde su descubrimiento.
 
 
Tanto le gustaba a mi hijo esa serie que en Reyes de sus 2 años le compré 8 dvd´s para Reyes (entre otros muchos regalos). A veces los ponemos y recordamos las emociones y sensaciones que nos daba verlos cuando él era un bebé. Recuerdo que empezamos a verlos cuando él ni siquiera tenía un año y yo le daba el pecho en la toma de la tardecita. ¡QUÉ LINDOS RECUERDOS GRABADOS A FUEGO EN MI MEMORIA! (y espero que la de mi hijo también, por gratos momentos).
 
 
In Woodland we were happys.... 
 
 
 
Rememorando la importancia del tiempo que pasamos con nuestros hijos, en Los Gigantes, a lunes 5 de octubre de 2015.
 

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