Hacía días que no escribía en mi blog, he estado saturada de cambios y nuevos proyectos. Una mudanza de por medio, con todo lo que ello supone de trabajo y esfuerzo de adaptación. Un desgaste energético importante.
Desde que llegara a Sevilla me he recargado de energías renovadas y positivas. Sevilla es una ciudad muy especial. La luz que hay aquí no la he visto en ningún sitio antes. La gente es muy alegre y cariñosa. Me recuerda mucho a mi gente canaria. El pasado árabe en esta ciudad se respira por doquier. ¡Ahhh (suspiro de enamorada), qué lindo es el Real Alcázar! Las calles huelen a árabe, se nota la presencia de esta gran civilización en la que fuera Al-Andalus desde el 717 hasta el 14... ¡Siete siglos que fue España árabe, y se nota! Sobre todo en Andalucía.
patio árabe |
Patio de las doncellas (harén árabe). |
Mi hijo y yo tuvimos la ocasión de conocer a Juan, un simpatiquísimo guía cultural, en el Real Alcázar que nos enseñó todos los secretos y leyendas que rodean a esta magnánimo palacio árabe de la época de la Alta Edad Media.
"Allah es grande", inscrito en cada esquina del palacio árabe. |
Juan, el sevillano simpático dando una clase de historia a mi hijo. |
"Nos hemos puesto púa" (como dicen por estas tierras para referirse a comer a gusto hasta hartarte), con las tapitas sevillanas. Y yo he saboreado la cerveza sevillana por excelencia, la Cruzcampo.
¡Qué rico! |
Paseamos por el río Guadalquivir en crucero, viendo toda la ciudad desde el río que lleva nombre árabe "RÍO GRANDE". Y luego nos fuimos a la espectacular Triana, tan llena de arte gitano y de flamenco.
" Perseguir tus sueños" .... "....Aunque se te exploten todos los globos, vuela alto..."
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