domingo, 19 de marzo de 2017

A MI PADRE


 Despegar en escribirte unas líneas que retraten mi admiración por ti en muchos aspectos, no es fácil. Básicamente porque nunca es fácil escribirle a nuestros seres queridos.



Pese a que de todos es sabido que somos como la noche y el día y que hemos tenido siempre nuestros enfrentamientos, también siempre el amor que nos une como padre e hija y como hija y padre nos recata.

Tú eres de derechas, yo de izquierdas. Yo soy una filántropa empedernida que ama a la humanidad en general y para quien todo el mundo es bueno hasta que no se demuestre lo contrario. Tú eres un misántropo convencido y para quien nadie es de confianza hasta que no se demuestre lo contrario. Yo miro el mundo con ojos de hippy, tú con ojos de lobo financiero.

Tuviste una infancia dura, aunque no muy diferente a los niños de tu entorno en esa época. Pese a ello, tu carácter -en el fondo y debajo de toda esa coraza de tipo duro- sensible hizo que tu infancia te dejara traumas, heridas abiertas en la psique que te sangrarían por toda la vida y que nunca se cerraron. La rudeza de tu entorno te configuró como la persona que eres hoy en día.

Lo que nunca te he dicho es que NUNCA en toda mi vida he conocido a nadie más capaz de todo que tú y que admiro profundamente tu capacidad de salir adelante y de cambiar circunstancias negativas en tu vida para retornarlas a tu favor. Nunca he conocido a alguien más autodidacta y luchador que tú. Te negaste a ser pastor de cabra
s y agricultor como quería tu padre que fueras y luchaste con todas tus fuerzas por salir de tu pueblo, para formarte (tú solo) como profesional en el sector contable. Llegaste a alcanzar más conocimientos que cualquier licenciado en Económicas. Y todo a fuerza de voluntad y empeño. En mirarte al espejo y nunca ver un gato sino un fiero león. Tu autoestima creció hasta límites insospechados y esa alta autoestima y fe en ti mismo te hizo alcanzar logros profesionales que finalizaste con láurea corona, llegando a ser líder en tu profesión. Pese a no tener recursos económicos, creíste en ti mismo e hiciste que los demás creyeran en ti. A pesar de  que muchas personas te dijeran que lo que soñabas no era posible (precisamente personas que deberían animarte por ser familia), tú les respondiste con un: ¡Pues mira cómo lo hago! Y lo hiciste. Ésa es la actitud que me ha faltado a mí ante la vida en muchas ocasiones.



Como Padre siempre atendiste todas las necesidades de tus hijos. Sé que fui una adolescente rebelde y difícil de llevar. Pero, tal vez, sucedió porque algo de ti hay en mí y necesitaba conocer mundo y descubrirlo todo por mí misma. También, igual que tú, deseaba salir de mi pueblo. Aunque al final, como tú, acabáramos en el regazo de nuestros pueblos natales felices de estar donde estamos. Yo desaproveché la oportunidad que me diste de tener una carrera, a los 24 años mi vida cambió y acepté mi sino sin más lucha. Porque, en el fondo, no era feliz en la facultad de Derecho de La Laguna (sabes que Derecho no era la carrera que yo deseaba estudiar) ni en el entorno en el que estaba. Y, tal vez, porque me parezco a ti, luché por lo que yo creía que debía luchar, pese a que todo el mundo me dijera justo lo contrario. Paradojas de la vida, acabé en mi pueblo y en 2007 (igual que tú hicieras) me formé como contable y ahora adoro esta profesión. Jamás hubiera imaginado que la vida me daría la posibilidad de seguir las huellas que tú ibas marcando delante de mí en el caminar por la orilla de la playa de nuestras vidas.




¡Gracias! Por todo lo que haces como Padre y como Abuelo. ¡Gracias! Por todo lo que haces como abnegado esposo de mi Madre. ¡¡GRACIAS POR TODO!!


¡¡FELIZ DÍA DEL PADRE, PAPÁ!! Es innegable que eres la persona que más me ha influido en mi vida, aunque seamos tan diferentes. ¡¡GRACIAS!!


¡¡FELIZ DÍA DEL PADRE, JUAN JOSÉ GORRÍN MARTEL!!















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