sábado, 17 de junio de 2017

GILA Y CARABANCHEL

 ¿Quién no recuerda al fantástico humorista español que tanto nos hacía reír con su uniforme de soldado frente a un teléfono de los de antes? Yo tengo el especial recuerdo de ver sus shows en la casa de mis abuelos maternos en la finca de LA CALDERA. Con mi abuelo Papá Aramando sentado en su sillón favorito, su perro Collie echado a su lado, junto a sus pies, fumando pipa y riendo a carcajada sonora con las ocurrencias de Gila. Y mis hermanos, primos y yo en el sillón grande, acurrucados unos con otros viendo con él al humorista y riéndonos tal vez más con las risas de nuestro  abuelo que con lo que narraba Gila.

- ¡Hola! ¿Está Franco? ¡Que se ponga! 

- ¿Es el enemigo? ¿Ustedes podrían parar la guerra un momento?


Resultado de imagen de humorista  gila

Miguel Gila Cuesta, según la Wikipedia,  nació en el distrito de Tetuán de Madrid y posteriormente se crió con sus abuelos en el barrio de Chamberí. Huérfano de padre, pues falleció antes de que él naciera, y con dificultades económicas en su hogar, abandonó los estudios a los 13 años. Su primer trabajo fue de empaquetador de café y chocolate, y después, de aprendiz de pintor de coches; de allí, pasó a trabajar a los Talleres Boetticher y Navarro, en donde alcanzó el cuarto grado de aprendiz. Compatibilizó sus trabajos con estudios de dibujo lineal en la escuela nocturna de Artes y Oficios. Después de la guerra, al salir de la cárcel, fue fresador en Construcciones Aeronáuticas SA(CASA), en Getafe.




Al estallar la Guerra Civil, como militante de las Juventudes Socialistas Unificadas, se alistó como voluntario en julio de 1936 en el Quinto Regimiento de Líster.
En el Viso de los Pedroches (Córdoba), fue puesto frente a un pelotón de ejecución y logró salvar la vida. El fusilamiento se produjo al anochecer de un día lluvioso y los integrantes del piquete estaban borrachos, por lo que no le acertaron los disparos. Gila se hizo el muerto y logró sobrevivir. En su libro de memorias 'Y entonces nací yo. Memorias para desmemoriados' (1995) relata así aquel episodio:
Nos fusilaron al anochecer; nos fusilaron mal. El piquete de ejecución lo componían un grupo de moros con el estómago lleno de vino, la boca llena de gritos de júbilo y carcajadas, las manos apretando el cuello de las gallinas robadas con el ya mencionado Ábrete Sésamo de los vencedores de batallas. El frío y la lluvia calaba los huesos. Y allí mismo, delante de un pequeño terraplén y sin la formalidad de un fusilamiento, sin esa voz de mando que grita: "¡Apunten!, ¡fuego!", apretaron el gatillo de sus fusiles y caímos unos sobre otros. Catorce saltos grotescos en aquel frío atardecer del mes de diciembre. Las gallinas tuvieron poco tiempo para respirar, el que emplearon los del piquete de ejecución en apretar sus gatillos. Y sobre la tierra empapada por la lluvia, nuestros cuerpos agotados de luchar día a día".



Posteriormente fue hecho prisionero y trasladado a un campo de prisioneros en la localidad cordobesa de Valsequillo. Poco después, en diciembre de 1938, fue hecho prisionero en Extremadura.
Creo —es decir, estoy seguro— que mi identidad política terminó en diciembre del año 1938, en el frente de Extremadura, cuando, unos instantes antes de caer prisionero en manos de los moros de la 13.ª División del general Yagüe, tuve que romper mi carné de las Juventudes Socialistas; pero la ideología que mamé en mi niñez, en mi casa de gente humilde y en las fábricas o talleres donde trabajé, sigue latente en mí. Lo que van a leer es el testimonio de un hombre que fue joven en una generación en la que el hambre, las humillaciones y los miedos eran los alimentos que nos nutrían.




Fue internado hasta mayo de 1939 en el campo de prisioneros de Valsequillo. Pasó después por la cárcel de Yeserías, Santa Rita en Carabanchel, desde donde llevaban a los reclusos a construir la que fue la cárcel de Carabanchel y, finalmente, estuvo preso en la de cárcel de Torrijos, donde coincidió con el poeta Miguel Hernández; a continuación, cumplió un servicio militar de cuatro años.

Hasta aquí lo que dice la Wikipedia, ahora vienen mis reflexiones:

Ayer veía MÁS VALE TARDE, un programa de la Sexta que me encanta por todo lo que se aprende. Yo no tenía ni idea de que Gila había sido un soldado republicano ni de que había sido preso político en la cárcel de Carabanchel. famosa cárcel de presos políticos (todo aquél que no estuviera a favor de la dictadura franquista era apresado, encarcelado y torturado) y presos sociales (homosexuales en su mayoría). ¡Qué tristeza y desolación da pensar que tantas personas en España perdieron la vida por la sinrazón de una dictadura fascista! El 15 de junio se cumplieron en España 40 años de Democracia y no podemos olvidar a todas estas personas que murieron torturadas por defender a muerte las bases de una democracia. ¡¡GRACIAS A TODOS QUIENES HICIERON POSIBLE QUE HOY EN ESPAÑA VIVAMOS EN UNA DEMOCRACIA Y NO EN UNA DICTADURA!! Se derramó mucha sangre para que hoy vivamos como vivimos: ¡¡GRACIAS!! Nunca podemos perder la conciencia de lo que las muertes de estas personas significaron.

 Volviendo ahora a Gila. No dejo de imaginarme a este hombre humilde, luchador y bueno haciendo reír siempre a quienes le rodeaban. Haciéndose el muerto cuando ese pelotón de marroquíes adscritos a la guardia mora franquista lo fueron a fusilar. Pero como iban tan borrachos, no acertaron en dispararle, Gila se hizo el muerto, aunque sintió la sangre de sus compañeros (a los que los disparos sí les alcanzaron y les cegaron la vida) salpicándole en la cara y el cuerpo. ¡¡ME FUSILARON MAL!! decía. Y con su carisma y modo de ver la vida siempre con humor hizo de ese pésimo recuerdo un monólogo de humor. 

 Su actitud es la que hay que tener en la vida. Aunque el dolor sea inaguantable, siempre hay que ver el lado positivo de todo y luchar porque la maldad de los demás no nos amargue la vida. 

 Ojalá nunca más existan prisiones como la de Carabanchel, una cárcel para presos políticos y sociales, donde violaron y torturaron a muchas personas, donde perdieron la vida injustamente. En 2008 la prisión de Carabanchel fue derribada y con este derribo se puso finalmente término a una era de vergüenza para España, la era franquista.

 Muchos artistas reflejaron esta parte de la historia española, cantantes como Miguel Ríos o Rosendo. Les dejo aquí sus temas.


 Miguel Ríos con su tema EN EL OJO DEL HURACÁN.

Rosendo con su tema SIEMPRE HAY UNA HISTORIA.

Y no quiero ni imaginar lo mal que lo tuvo que haber pasado Gila entre los muros de esta prisión. ¿A que tú tampoco conocías esta historia? Nunca sabes lo que hay detrás de la sonrisa de una persona porque, curiosamente, las personas que más sonríen y hacen reír a los demás son las que más han sufrido en la vida.

 ¡¡UN BESO AL CIELO PARA GILA!! Y GRACIAS POR TU LUCHA INCESANTE Y MENSAJE DE OPTIMISMO, PROACTIVIDAD Y RESILIENCIA. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario