Un año difícil para todos/as, pero por desgracia el que tenga los pies tan en la tierra me hace aferrarme a la realidad y ser consciente de que 2021 no será tampoco un año fácil. Solo le pido a Dios salud y todo lo demás tendremos que construirlo nosotros/as con el sudor de nuestra frente. No será fácil, pero nadie dijo que a esta vida viniéramos a ser felices sino a luchar (como decía Ragnar en la serie Vikingos).
Empiezo:
Enero: Comencé el año con cambios a la vista, sola en mi puesto de trabajo y con muchos cambios en el organigrama laboral. Una despedida dolorosa pues en el trabajo pasamos más tiempo que en casa y siempre terminamos por hacer de nuestra familia a nuestros compañeros/as de trabajo, al menos yo.
Febrero: El mes de San Valentín y yo me adentré en otro intento con esa personita que desde hace años estaba en la zona de amigos con derechos pero que siempre que hemos intentado algo más no funcionaba. En fin... Teníamos que intentarlo, ¡una vez más! Pero de esta ya no habrá más ocasiones, lo tengo claro.
Marzo: El mes de mi cumpleaños y el de los carnavales de mi pueblo. Prometía ser un buen mes hasta que.... ¡Estalló la pandemia, el estado de alarma, suspendieron los carnavales, me incluyeron en ERTE laboral en mi empresa y todo cuanto pueden leer en mi web en la sección titulada Pandemia! Mi 41 cumpleaños aconteció estando todos/as confinados, recibí de regalo una botella de Tequila Rose (¿les he dicho alguna vez que me encanta?) que me regaló una amiga muy querida, pero lo que más me emocionó fue la postal que me escribió y que conservaré siempre como oro en paño pues sus palabras ¡me dan tanta fuerza! Me aficioné a tomarme una copita con mucho hielo y rebajada con leche mientras aplaudíamos cada tarde a las 19h en el balcón y escuchábamos la música que nos ponía nuestro vecino Chano. Fue lo mejor del confinamiento, ese momento de unión colectiva y baile en los balcones mientras bebíamos (muchos/as como cosacos/as, lo admito). Subí diez kilos más durante el confinamiento. Ahora tengo un serio problema de peso que tengo que resolver en 2021.
Abril- mayo- junio-julio-agosto-septiembre: acontecieron con la sensación mental de estar aún confinados/as y la angustia previa a la autorización definitiva de la prórroga de los ERTES al 70% (durante semanas padecí de insomnio por la preocupación). Durante el confinamiento terminé de escribir mi quinta novela (ya en manos de una editorial canaria para su publicación en 2021, Dios mediante), al margen de este hecho tan bonito no tuve más novedades que haber acabado con buenas notas el A2.1 de francés en junio y posteriormente en septiembre empezado las clases (presenciales) del mismo idioma en la Escuela Oficial de Idiomas de Los Cristianos y también una formación universitaria cortesía de la Fundación Ana Bella de supervivientes de violencia de género de la que soy miembro y colaboradora. Mi hijo regresó también al instituto en este mes y pese a que al principio teníamos el miedo metido en el cuerpo, el instituto se organizó tan bien que poco a poco se nos fue disipando.
¡Ah, me olvidaba! En mayo tuve una novedad importante: me reencontré con un conocido ruso de mis tiempos de gimnasio, quedamos y me adentré casi sin darme cuenta en otra relación de fin de semana, pero finalmente no llegó a nada y se disolvió. No tengo ganas, a decir verdad, de consolidar una relación seria, ¡me encanta estar soltera! En esa época también me dio por intentar aficionarme al deporte del Nordic walking, compré los palos y tenis de caminatas y empecé a practicarlo todos los días una hora hasta que ya por agosto me lesioné a causa de una insignificante piedrita que se me había colado en el calcetín, me hizo una herida enorme en la planta del pie - provocándome un charquito de sangre trillada en él - me dolía al apoyar el pie, me cansé y dejé de practicarlo (es un poco aburrido si no vas con gente que te de conversación en tu idioma o en un idioma que entiendas, jeje).
Octubre: Comenzó el mes con el quince cumpleaños de mi hijo, ¡¡mi niño precioso!! Lo celebró en casa con sus amigos. Me preocupa sobremanera el mundo que hemos dejado en herencia a nuestros/as hijos/as. Pandemias, hambrunas, trabajo precario, contaminación a todos los niveles, mar lleno de plásticos y residuos,... Es muy triste pensar en ello. Deseo que estas nuevas generaciones sepan gestionar mejor que nosotros la responsabilidad de convivir en armonía con la Naturaleza y de desplegar un desarrollo sostenible para poder seguir viviendo y existiendo como especie. Pues el planeta Tierra siempre estará aquí. Ha sobrevivido a mil pandemias, nosotros incluido, quienes no vamos a sobrevivir si no cambiamos drásticamente seremos nosotros; la Humanidad.
Noviembre: llegó el frío y con él también las lluvias. Mi Laguna amada se vistió de luces de Navidad y pude darme alguna escapadita al frío que tanto amo y visitar a algún que otro amigo de mis tiempos universitarios. Además, en mi pueblo costero del suroeste también pude disfrutar de días de lluvia intensa y frío. ¡Tuve ocasión al fin de vestirme con botas, chaquetas y usar los foulards que tanto adoro!
Diciembre: aquí estamos, hace frío y eso que aún no ha entrado el invierno. La gente está muy triste y gris, pero intenta ser feliz. El lunes 7 me corté el cabello pues ya lo llevaba muy largo, me di uno de esos cortes modernos de pelo rizado cortado en capas y con flequillo ochentero.
A Dios gracias mi familia y los míos estamos bien y seguimos reuniéndonos siempre que podemos los fines de semana. ¡Nuestras comidas familiares son como revivir la Navidad una y otra vez y nos encantan!
Las luces de Navidad han llegado al pueblo y hasta pudimos disfrutar de un concierto de Gospel (sin público, se pudo ver en streaming por Facebook en el canal del Ayuntamiento de Santiago del Teide). Este año van a ser unas Navidades muy distintas, pero lo importante es que todos estemos, aunque no sea presencialmente sino virtual, pero que estemos. Y que podamos entrar juntos en el 2021 con la ilusión y la esperanza de que todo esto se disolverá pronto y quedará como un mal recuerdo en la memoria colectiva.
Dicen que por primera vez en 800 años se podrá ver La Estrella de Belén, en hemisferio sur del 16 al 21 de diciembre. Soñemos despiertos/as con que esta Estrella, que alumbró el Nacimiento de Jesús Cristo, será el punto de inflexión en nuestro destino como Humanidad y que todo irá a mejor paulatinamente.
¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS/AS, LES LLEVO SIEMPRE EN EL CORAZÓN!!
¡¡AMEN Y SEAN AMADOS PORQUE SOLO A ESO HEMOS VENIDO AL MUNDO!!
¡¡LUCHEN, LUCHEN, LUCHEN, Y, ...., CUANDO YA NO PUEDAN MÁS, LUCHEN TODAVÍA!!
Ana Nayra Gorrín Navarro, a viernes 11 de diciembre de 2020.
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