miércoles, 17 de noviembre de 2021

Madrid, mi Mayrit

 Este mes de noviembre he hecho realidad uno de mis grandes sueños en esta vida: ¡conocer Madrid! Y lo he hecho yo solita en una escapada de fin de semana. Tuve el privilegio de conocer a Araceli de la Fundación Ana Bella, disfruté junto a ella de la magia de la Plaza Mayor y del Museo del Jamón. Luego fui al Museo del Prado (previamente había adquirido las entradas por internet) y disfruté de una tarde espectacular de museos y cultura. 

Me encantó la amplia oferta gastro-cultural mundial, tanto podías comer en un árabe como tomar un té en un bar judío o asiático. 

Me alojé en el Hotel Petit Palace Cliper en calle de Chinchilla 6, esquina con Gran Vía y al lado del hotel de CR7 el Pestana CR7 en cuyos bajos estaba la tienda del Real Madrid y le compré a mi hijo una sudadera con capucha de su equipo favorito, talla XL pues mi hijo ya es un hombretón. En este viaje no se vino conmigo pero en el próximo, Dios mediante, sí e iremos al estadio Santiago Bernabeu e iremos al parque Warner. 

Con Google Maps da gusto patearse Madrid. Yo me enchufaba mis auriculares para ir escuchando las instrucciones y que los demás no se percataran de ello (quería aparentar ser una madrileña más por las calles, aunque mis andares canarios me delataban). 

Conocí a gente muy linda y aunque es cierto que la gente madrileña es muy "echada para adelante" a mí me gusta la gente con chispa y me cayeron bien. Para nada les noté soberbia, sí chulería pero muy acogedores y amables, ¡súper simpáticos/as! 

Me encantaron las terrazas, las chocolaterías (¡ay, los churros y el chocolate en San Ginés!) y , sobre todo, ¡las librerías! Me enamoré de todas en las que entré: ¡La Mistral, La Casa del Libro, Santa Rita (Taschen),...!¡Y madre mía cuántos Starbucks, creo que cada tres metros había uno! Con el frío de las calles se entiende que haya tantos, ¡saboreé muchos cafés tamaño Vitali de Toffee Nut Latte, qué delicia! Y se me fue el fin de semana en un abrir y cerrar de ojos. Cuando ya estaba en el avión me dio mucha morriña y sentimiento pues realmente una parte de mí se quería quedar. Si no fuera por mi hijo, mi familia y mi trabajo está claro que mi lugar ideal para vivir sería Madrid o cualquier ciudad grande donde mi espíritu libre no se sintiera prisionero y donde mi hambre cultural pudiera saciarse. ¡Es que es eso, Madrid me llena muchísimo! 

En la Casa del Libro me compré el que ha sido otorgado con el Premio de las Librerías 2021 al mejor libro del año en Madrid, Andrés Trapiello, una novela que no es solo una guía de la ciudad enriquecida con parte histórica y leyendas sino que es la vida del autor llevada a novela autobiográfica. ¡Una maravilla que me tiene atrapada cada noche leyéndola y es un buen tochito de tapita gorda, un libro precioso en el sentido amplio de la palabra! Nada más abrirlo leí algo que no sabía y es que los primeros habitantes que tuvo Madrid fueron, allá por el 850, los árabes y fueron ellos quienes bautizaron Madrid como Mayrit pues se situaron junto al río donde había buenos terrenos y pastos, así Mayrit significa en árabe arroyo. Posteriormente los cristianos deformaron el nombre en Madrid. 

Me ha sentado muy bien hacer realidad uno de mis grandes sueños. ¡Y tan fácil y accesible que lo tenía! 

























































































































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