sábado, 17 de junio de 2023

Escucha la canción del viento y Pinball 1973

 Escucha la canción del viento y Pinball 1973





Hoy he acabado de leer ‘Escucha la canción del viento y Pinball 1973’. Tengo que ser sincera y decir que, aunque no me disgustara, es de los libros más flojitos en fuerza literaria que he leído de Murakami. Es muy lineal y básico, comparado con su línea del mundo surrealista al que me tiene acostumbrada. Sus personajes suelen transitar entre esta realidad y otros mundos paralelos, donde las apariciones y desapariciones de animales y seres fantásticos están presentes en la mayoría de sus historias. Y aunque desvela con gran habilidad situaciones extrañas, deja intencionadamente inconclusas las incógnitas y los enigmas en sus narraciones, libres a la interpretación de sus lectores.

No obstante, se nota muchísimo que ésta ha sido de sus primeras novelas y que Murakami aún no había desarrollado todo su potencial como escritor. A decir verdad, las dos historias, entrelazadas entre sí, parecen ser cuadernos de notas de borradores de novelas. Tal vez por esto, Murakami fue tan reacio a que estas obras se tradujeran a todos los idiomas. En España no llegaron hasta el año 2015, aunque fueron escritas en 1979 y 1980.  

En esta ocasión, Murakami nos pasea por dos historias diferentes, cortas y vinculadas entre sí. La primera, ‘Escucha la canción del viento’, con sólo 135 páginas y la segunda, ‘Pinball 1973’, con 148 páginas. 

Si es tu primer encuentro con Murakami no aconsejo que empieces por este libro. En realidad, lo aconsejo como pausa entre uno y otro. Yo lo cogí después de haber leído la magnánima obra suya ‘Crónica del pájaro que da vuelta al mundo’. 

Escucha la canción del viento(1979), primera novela escrita por Haruki Murakami, sigue las vicisitudes de un joven estudiante que, durante unas vacaciones en su ciudad natal, disfruta de la compañía de su mejor y original amigo, apodado «el Rata», una chica con cuatro dedos y el barman del Jay’s Bar, personajes a los que se suma la figura de un escritor suicida (e inventado): Derek Heartfield, con quien se abre y se cierra la obra.


Tres años después, en Pinball 1973(1980), ese mismo joven vive en Tokio, con dos gemelas idénticas, mientras «el Rata» sigue viendo pasar la vida en el Jay’s Bar, en una novela melancólica (con gatos, pozos y antiguas novias) y de atmósfera poética, que contiene las mejores escenas de pinballde la historia de la literatura.

<< Haruki Murakami nunca soñó con ser escritor. Estudió drama en la universidad Wasenda en Tokio, trabajo en una tienda de discos y luego tuvo un bar de Jazz con Yoko, su mujer. Un día viendo un juego de béisbol, con 29 años, decidió que quería escribir una novela, y, desde ese momento, no ha parado de escribir. Este autor, que es considerado una de las voces más originales de la literatura contemporánea, ha escrito 14 libros, entre los que se destacan Norwegian Wood, 1Q84, Tokio, Kafka en la orilla o After Dark, que han vendido millones de copias en todo el mundo y se han traducido a 50 idiomas.

A pesar de su nacionalidad, siempre se ha sentido mucho más identificado con el Jazz, las películas de Hollywood y la cultura occidental. De hecho, el particular estilo de Murakami, tan ajeno a la literatura japonesa, ha sido objeto de grandes críticas por parte de la élite intelectual de su país. Precisamente, fue esta incomprensión el principal motivo para irse a vivir a los Estados Unidos, donde fue profesor de Priceton y Taft, y en donde tuvo la oportunidad de traducir al Japonés muchos de sus ídolos como Scott Fitzgerald, John Irving, Raymond Carver y J.D. Salinger.

Haruki Murakami se levanta todos los días a las 4 de la mañana y escribe por 5 o 6 horas cuando trabaja en una novela. Llegada la tarde, corre 10 kilómetros o nada más de 15 kilómetros. A veces puede hacer las dos. Entrena como un deportista de alto rendimiento porque considera que escribir una novela requiere además de fuerza mental, mucha fuerza física y resistencia. Cierra su día con un poco de lectura y buena música. Nunca se acuesta después de las 9 de la noche y se prepara para dar nuevamente inicio a una rutina que repite sin variar.

Aunque está obsesionado con los gatos, y empapa muchas de sus historias con su presencia, nunca ha tenido uno. Dice que gran parte de su inspiración viene de la música, y que de ella saca la fuerza para lidiar con la soledad que implica la escritura. Y es que, para Murakami la escritura es como tocar un instrumento y que lo importante es encontrar y seguir ese ritmo que caracteriza a cada historia.

Lejos de considerarse metodológico, afirma que en el proceso de escritura se encuentra en el mismo estado de expectativa que sus lectores “Cuando empiezo a escribir, no tengo ningún plan. Solo espero que la historia llegue. No escojo el tipo de historia o lo que va suceder. (…) Tomo algunas imágenes y conecto una pieza con la otra. Ese es el argumento. Luego le explico el argumento al lector. Debes ser muy cuidadoso cuando explicas algo. Palabras fáciles, buenas metáforas y alegorías. Eso es lo que hago. Explico con cuidado y claridad” afirma Murakami en una entrevista con la revista Paris Review.

Murakami nunca habla de su vida privada. Y en Japón prefiere no aparecer en los programas y medios para no ser reconocido. Por eso le gusta tanto Nueva York. Prefiere el anonimato que le dan ciudades donde puede caminar por la calle y montar en metro como uno más. De hecho, muchas veces se sorprende de que su vida genere tanto interés, porque se considere un hombre común y corriente. De hecho, solo se siente especial cuando escribe>>.



Ahora voy a por uno en francés, sacado de la biblioteca pública de Puerto de Santiago: ‘Pas de Noël cette année’ de John Grisham. 


¡Ya les contaré! 


Sean muy felices y hagan lo que les haga felices, que la vida son dos días. ¿Para qué vamos a estar amargados un día entero?

Mientras escribo este post, estoy escuchando esta playlist de Spotify 

https://open.spotify.com/playlist/37i9dQZF1DX6xOPeSOGone?si=5cb200de97df40c8


Ahora voy a hacer un poco de maruja por casa (poner lavadoras, tender, planchar ropa, limpiar…) y luego me dispondré a disfrutar del fin de semana y mi tiempo libre fuera del trabajo que tanto stress y carga emocional me está ocasionando últimamente. 






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