domingo, 25 de agosto de 2024

Romper el círculo, sin SPOILER

 Ayer fui al cine a ver una película de la que me habían hablado muy bien. 

Últimamente, no hago colas para comprar entradas. Me las pillo por internet y así, como siempre llego antes a los sitios, tengo tiempo para ver tiendas, tomarme algo en el Starbucks y comprar tranquilamente el combo mediano de palomitas y refresco que siempre me pido antes de entrar a la sala.


Esta limonada Mango                                                                           Dragonfruit está de vicio.





A las seis menos diez minutos abrieron el acceso a la sala (3) y entré de las primeras. Tomé mi asiento asignado (previamente seleccionado por mí, vía internet) y me acomodé para disfrutar de la que, sabía, sería una gran película. En poco tiempo la sala se llenó de gente, la mayoría grupitos de amigos/as y parejitas. Me pregunté cuántas personas no habrían vivido o estarían viviendo situaciones de violencia machista en sus vidas. Yo me muevo en un sitio muy pequeño y conozco demasiados casos, imagino cómo será si juntamos los municipios de Santiago del Teide, Guía de Isora y Adeje. Probablemente, muchas personas fueron a ver esta película intencionadamente por algo personal, al igual que yo. 


Soy de esas personas que viajan solas, que van al cine solas, que van a comer a un restaurante solas, que van solas, en definitiva, a todas partes. En las primeras veces que lo hice (y te hablo de cuando me acababa de divorciar, en el año 2008 y yo tenía 28 añitos) hasta me sentía molesta, como si todo el mundo me estuviera viendo. A partir de la segunda, ya me dio igual lo que pensara la gente, ¡disfruto tanto de mi soledad! Que cómo me va a importar lo que opinen los demás, ¡al diablo! Además, siempre conozco a gente nueva y es, les aseguro, la mejor estrategia para ligar (😉 ).

Empezó la película y en los 130 minutos que duró no me moví de mi asiento, absorbió toda mi atención. Me vi identificada en la personalidad y modo de ser de Lily Bloom Blossom, la protagonista. 


Hay que empezar diciendo que la película está basada en la novela best-seller de Collen Hoove. Creo que me haré con sus libros en español, porque me encantó el argumento de esta historia (real como la vida misma). Está dirigida y protagonizada por Justin Baldoni (el morenazo guapo, llamado en la película Ryle Kincaid). El actor y cineasta estadounidense escogió a Blake Lively (que hace de Lily) para levantar su proyecto.



Ryle y Lily se encuentran casualmente en la azotea común de su edificio, ahí se conocen y estallan chispas entre ellos desde ese primer encuentro. Todo parece perfecto, él es un morenazo guapo, culto, caballeroso, bien vestido y, que encima, es neurocirujano. Ella una mujer sonriente, educada, claramente sensible e inteligente y con el proyecto de abrir una floristería (hasta su nombre ficticio parecía designar su sino) en la ciudad donde los dos viven: Boston. De la que se ven unos primeros planos aéreos increíbles. Debe ser una ciudad preciosa, ojalá algún día pueda hacer turismo en ella. 

Lily arrastra heridas de su infancia y adolescencia, debidas a la figura de su padre. Te dejo descubrir por qué. 

Un entramado de casualidades lleva a que los destinos de Ryle y Lily se crucen, pero Lily se encuentra con un viejo amigo del pasado, alguien muy importante para ella y que, sin ella saberlo, terminará siendo su ángel guardián. Este chico, Atlas Corrigan (interpretado de adulto por el atractivo Brandon Sklenar) también tiene en su vida la marca de la violencia familiar. De tal modo que Lily y Atlas congeniaron muy bien desde el minuto uno en que se conocieron siendo adolescentes. 

La película narra muy bien los ciclos de la violencia. Cómo las mujeres, incluso con un mecanismo mental inconsciente, justificamos y defendemos a nuestro agresor: la mente traicionera intenta recordar no que él te empujó por las escaleras, sino que te caíste tú sola. No que te dio un tortazo en la cara y fruto de ello te caíste al suelo, sino que tú te caíste sola y así un largo etcétera. La mente femenina modifica el recuerdo de algo y crea otra escena para defender y proteger al hombre, la mujer siempre con su instinto materno a flor de piel, incluso con sus parejas. Además, siempre le tratamos de quitar responsabilidad al hombre, como si lo hubiera hecho "sin querer", "es que no era él en ese momento", "es que yo provoqué esa agresión", "es que fue culpa mía", "es que..."

También, explica cómo en las primeras citas ya se pueden ver las denominadas "red flags" o banderas rojas que nos alertan de estar ante alguien tóxico o peligroso y cómo las pasamos por alto. Siempre hay que tener en cuenta este lema, que salía en la serie Sexo en Nueva York y Samantha Jones siempre tenía en la boca; <<Si parece demasiado bueno para ser real, probablemente lo será>>.


Me gustó mucho el papel que tiene la hermana del neurocirujano, Allysa, porque al final le da un consejo de amiga (llega a ser la mejor amiga de Lily) y le habla como amiga, no como hermana de Ryle, haciendo gala de un corazón fastuoso. 

Aborda también el tema de las constelaciones familiares:

¿Qué son las constelaciones familiares? 

 La constelación familiar —Familienaufstellung en alemán— es una pseudoterapia​ que postula que las personas son capaces de percibir de forma inconsciente patrones y estructuras en las relaciones familiares y que estos quedan memorizados, sirviendo como esquemas afectivos y cognitivos que afectan su conducta. De tal modo que, si en tu árbol genealógico hay mujeres que fueron maltratadas por sus maridos, tú como mujer descendiente de ese árbol tendrás tendencia a escoger inconscientemente a un hombre maltratador como pareja. También, si eres uno de los hombres de este árbol y todos fueron machistas y agresores, ellos tendrán tendencia a ese tipo de violencia. Es aquí cuando entra en juego la educación del entorno y la red de apoyos afectivos que se confabulan en torno a la persona para romper con el círculo que su constelación familiar le ha señalado en la memoria genética. De ahí el título de la película: ROMPER EL CÍRCULO. Porque SE PUEDE HACER, EL CÍRCULO ACABA AQUÍ si tú quieres. Y germinarás una nueva constelación familiar, sanando tu árbol genealógico. 




En definitiva, una película que merece la pena ir a ver al cine. Le daría un 10/10. ¡¡NO SE LA PIERDAN!!


Besos, amor, salud y felicidad para todos/as/es. 


Ana Naira Gorrín Navarro. 

25/08/2024.











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