RESISTIR Y
CONVIVIR CON EL DOLOR DIARIO.
Convivo con la migraña con aura y
una lesión vieja en la pierna izquierda que resucita de cuando en cuando y me
provoca dolor agudo en la rodilla y tobillo izquierdos y cojera. Ni para la
migraña ni para mi lesión de la pierna izquierda han encontrado los médicos una
solución, así que he tenido que ACOSTUMBRARME A CONVIVIR CON EL DOLOR. Vivo
empastillada (Tryptizol cada noche antes de dormir, el Orfidal que ya me lo estoy
quitando y cuando me duele insoportablemente la cabeza tomo Zomig de 5 mg, en este
tiempo en que estoy dejando el Orfidal, cuya abstinencia provoca dolores de
cabeza, pues me estoy tomando el Zomig casi a diario. La verdad no sé para qué
me mandaron el Orfidal… En fin… ) , pero aunque pueda ser que los síntomas se
aminoren, no dejo de sentir el dolor y las consecuencias de sendos males. El peor
es la migraña con aura, sin duda. Aunque hay noches en las que la rodilla
izquierda tampoco es que me deje dormir “a pierna suelta” y feliz toda la noche,
porque los latidos del dolor me despiertan y hacen muy difícil conciliar el sueño.
La migraña con aura visual es ya
hasta graciosa (por tomarme la vida con filosofía). Los arcoíris a mí me
encantan, verlos en el cielo siempre me ponen feliz, aunque desde este dos de
febrero que murió mi perro, se tiñen de un halo de nostalgia, porque siempre le
dije a mi hijo que Mak y Braco (nuestros amados perros que ya nos han dejado)
nos esperan al otro lado del arcoíris. El caso es que una cosa es ver los arcoíris
reales en el cielo y otra que tu ojo izquierdo se vuelva loco, literalmente, y
reproduzca por su propia cuenta la visión (falsa) de un arcoíris en tu campo
visual (ya podrían ser unicornios, ya puestos), pero solo por el lado izquierdo,
de tal modo que cada vez que muevo el ojo a uno u otro lado el arcoíris (pequeñito
y súper bonito) se mueve con mi visión que, para más inri, es en visión túnel.
¡Es horrible! Y ni te cuento ya el dolor pulsátil que se siente. Literalmente
siempre digo que es como si me hubieran clavado un cuchillo en el ojo
izquierdo. Siento un calor tremendo detrás del ojo que se irradia a todo el
cerebro (de detrás del ojo hacia atrás) y un dolor de cabeza que se centra en
el lado izquierdo, la vena de mi sien izquierda se me hincha y me da unos
latidos de dolor insoportables. Sin embargo, los soporto y en mis diecisiete
años de vida laboral creo que han sido muy pocas las veces en que me he ido del
trabajo porque la fatiga de dolor me pueda. Hasta ahora, tengo 45 años, he
resistido el dolor. Como la canción RESISTIRÉ, erguida frente a todo. De hecho,
esta canción bien podría ser la banda sonora de mi vida. Paradójicamente, se
popularizó en 2020 durante el confinamiento por pandemia. En España, sobre todo
la que se hizo para beneficio de Cáritas y aunó a artistas españoles como Alex
Ubago, Andrés Suárez, Álvaro Soler, Blas Cantó, Carlos Baute, Conchita, David
Bisbal, David Otero, David Summers, Despistaos, Diana Navarro, Dvicio, Efecto
Mariposa, Efecto Pasillo, Ele, Georgina, India, Jose Mercé, Josemi Carmona,
Manuel Carrasco, Melendi, Mikel Erentxun, Nil Moliner, Pastora Soler, Pedro
Guerra, Pitingo, Rosana, Rozalén, Rulo, Sofía Ellar y Vanesa Martín.. Y ahora
les traigo la historia de quien escribió su letra.
“Resistiré”, la canción
popularizada por el grupo Dúo Dinámico con letra de Carlos Toro Montoro y
elementos tomados de la canción de Gloria Gaynor “I will survive”, esconde una
historia que conviene recuperar: la de Carlos Toro Gallego, padre del autor de
la letra.
Cuando en 1918 Europa estaba
devastada por la Primera Guerra Mundial y el conflicto llegaba a su fin, un
nuevo elemento distorsionador vino a empeorar la situación. A partir de marzo
de 1918 comenzó a extenderse una epidemia de gripe, minusvalorada al principio
por todos los países, pero que, con el paso de los meses, hizo estragos. Mal
conocida como la gripe española, sus acciones se extendieron por una Europa
destruida entre 1918 y 1920, aunque su extensión fue mundial y provocó millones
de muertos.
Carlos Toro
Carlos Toro Montoro a lo mejor no
era tan conocido hasta estos días. Compositor de numerosas canciones y
periodista, sus letras se conocen no tanto por él, sino por los intérpretes que
las cantan, como es el caso del Dúo Dinámico.
Sin embargo, detrás de la
historia de Carlos Toro nos encontramos un periplo de lucha, de resistencia,
que hace de esta canción algo especial. Sobre todo por quien fue el padre de
Carlos Toro Montoro: Carlos Toro Gallego.
Hace muchos años, en el curso de
una investigación histórica sobre represión franquista, di con el nombre de
Carlos Toro Gallego. La explosión fortuita de un polvorín militar en Alcalá de
Henares en septiembre de 1947 sirvió de pretexto a las autoridades franquistas
para acometer detenciones contra las estructuras comunistas clandestinas del
Partido Comunista de España (PCE) y de las Juventudes Socialistas Unificadas
(JSU). Casi todos los comités de Alcalá de Henares y Madrid cayeron en aquellas
fechas por un acto que era imposible que hubiese cometido la organización
clandestina de los comunistas.
En octubre de 1947 fue detenido
en Madrid Carlos Toro Gallego. Natural de Jaraicejo, un pequeño pueblo en la
provincia de Cáceres, Toro Gallego había nacido en 1907. Antes del golpe de
Estado de julio de 1936, era un activo afiliado a la UGT y a las JSU, pasando
posteriormente al PCE, según su ficha policial.
Cuando se produjo el golpe de
Estado contra la República, Carlos Toro fue voluntario en el Ejército
republicano, alcanzado importancia una vez que se constituyó el Ejército
Popular y llegando a ser Comisario Político de la 50 División, que intervino
primero dentro del XX Cuerpo de Ejército que actuó en Levante y posteriormente
pasó al XXI.
Al finalizar la Guerra Civil,
Carlos Toro Gallego fue detenido y condenado por un Tribunal Militar a la pena
de muerte por delito de rebelión, aunque su pena fue conmutada por 30 años de
cárcel y posteriormente por una inferior de 20 años y un mes. En el año 1944
consiguió la libertad condicional y en marzo de 1947 se hizo con la libertad
definitiva al beneficiarse de un indulto.
Sin embargo, en una España donde
no había rincón que no fuese una cárcel, Carlos Toro Gallego no tardó a en
volver a las ergástulas del franquismo. Nunca dejó de tener contacto con el
clandestino Partido Comunista, y mantuvo relaciones con antiguos camaradas
suyos y con las actividades de la guerrilla.
En octubre de 1947 volvió a ser
detenido cuando formaba parte de una estructura clandestina del PCE, siendo
interrogado y torturado en la prisión de Alcalá de Henares, donde se los
vinculó a las estructuras que el PCE y las JSU tenían en la ciudad de Cervantes
y a las que se acusaba de haber llevado a cabo un atentado contra el polvorín
militar que explotó en septiembre de 1947.
La detención de Carlos Toro
Gallego no fue casual. Su compromiso con el PCE era evidente, a lo que se unía
que en ese momento la estructura interior del Partido Comunista en Madrid tiene
un infiltrado que hizo estragos en la organización: José Tomás Planas, alias
“El Peque”, un hombre infiltrado por el comisario Roberto Conesa en las
estructuras clandestinas del PCE. Carlos Toro Gallego tuvo la mala suerte de
conocer a José Planas y fue incluido en la causa que instruyó la explosión del
polvorín de Alcalá.
La macrocausa del franquismo
contra las estructuras del PCE y de las JSU fue dividida por el juez especial
Enrique Eymar. En la causa 142.010 fueron incluidos los más activos militantes
y considerados más peligrosos. Su sentencia, efectuada el 9 de julio de 1948,
conllevó ocho penas de muerte que fueron ejecutadas en Ocaña en agosto de ese
mismo año.
Carlos Toro Gallego fue
encuadrado en la causa 239/48, junto a Fernando Nacarino Moreno, Ricardo Lidó
Expósito o Alejandro Heredero del Castillo, a los que se les pidió la pena de
muerte. El tribunal dictó contra ellos 30 años de prisión. La siguiente condena
más fuerte fue la de Carlos Toro Gallego, condenado a catorce años de
reclusión.
Viendo su trayectoria, Carlos
Toro Gallego resistió. Y cada una de las estrofas de la canción que su hijo
compuso recuerda sobremanera a la capacidad de resistencia de un hombre que
vivió bajo una pandemia que asoló España durante casi cuarenta años y que le
recluyó una parte importante de su vida por pensar distinto. Aunque no fuera la
intencionalidad de su hijo, en alguna entrevista ha reconocido que es concebido
como un himno de resistencia y de su propia vida, por lo que la historia de su
padre estaría presente.
Les dejo ahora con la letra de
esta canción que yo hago mía en mi vida diaria:
Cuando pierda
todas las partidas
Cuando duerma
con la soledad
Cuando se me
cierren las salidas
Y la noche no
me deje en paz.
Cuando sienta
miedo del silencio
Cuando cueste
mantenerse en pie
Cuando se
rebelen los recuerdos
Y me pongan
contra la pared.
Resistiré,
erguido frente a todos
Me volveré de
hierro para endurecer la piel
Y aunque los
vientos de la vida soplen fuerte
Soy como el
junco que se dobla,
Pero siempre
sigue en pie.
Resistiré, para
seguir viviendo
Soportaré los
golpes y jamás me rendiré
Y aunque los
sueños se me rompan en pedazos
Resistiré,
resistiré.
Cuando el mundo
pierda toda magia
Cuando mi
enemigo sea yo
Cuando me
apuñale la nostalgia
Y no reconozca
ni mi voz.
Cuando me
amenace la locura
Cuando en mi
moneda salga cruz
Cuando el
diablo pase la factura
O si alguna vez
me faltas tú
Resistiré, para
seguir viviendo
Soportaré los
golpes y jamás me rendiré
Y aunque los
sueños se me rompan en pedazos
Resistiré,
resistiré.
Resistiré,
erguido frente a todos
Me volveré de
hierro para endurecer la piel
Y aunque los
vientos de la vida soplen fuerte
Soy como el
junco que se dobla,
Pero siempre
sigue en pie.
Lolololololo...
Lolololololo...
Resistiré, para
seguir viviendo
Soportaré los
golpes y jamás me rendiré
Y aunque los
sueños se me rompan en pedazos
Resistiré,
resistiré
¡¡¡¡¡¡Resistiré!!!!!
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