miércoles, 14 de octubre de 2009

AGUERE






Mejor en un día gélido, una caliente taza de café alemán recién hecho. La mirada al horizonte mientras los sentidos van despertando y activándose uno por uno. El olor a café recién hecho lo inunda todo. Los primeros rayos de Acorán (El Sol) luchan por hacerse hueco entre las nubes y tocar toda la naturaleza a su paso.




Los pies descalzos tocan el frío piso. Obvio, en Los Gigantes no estoy, me encuentro en La Laguna de Aguere. Mirando por la ventana del salón que da a la calle a los madrugadores transeúntes pasar. Unos al compás de sus pensamientos, paseando, pensando (estudiantes la mayoría). Otros, con paso apresurado y el estrés ya plasmado en sus rostros.




Es en la ciudad de Aguere donde mis ancestros guanches hacían la mayor concentración , por Beñesmer, de los Tagorores (parlamentos guanches) en esa ciudad fría quedó toda la Sabiduría de los ancianos Menceyes de los 9 menceyatos de mi tierra. Tal vez por ello amo tanto esta ciudad del Guanche Aguere. Mi memoria genética actúa y por ello a ese Sagrado lugar quiero volver una y otra vez a sanar mi alma. A perder mi vista en Las Montañas de Guaxara, a sentir el frío que con Tamarcos me obligue a taparme. Esos tamarcos guanches símbolo del emblemático grupo "Los Sabandeños". A saborear las mejores tazas de café , pues en el frío donde mil veces mejor sabe.




En ocasiones, escojo la Ciudad de Aguere como lugar de retiro. Con mi Altaha ( el hombre de mayor valor en la vida de una mujer), : ¡¡MI HIJO!! (como para todas las madres).




Mi espíritu de Tagrawla (revolución) guanche me hizo revelarme contra tanto odio hacia mí perpetrado y sola, sin Felawe (compañero sentimental) decidí seguir mi camino, Tillel nac Aray (libre pero feliz).




Me desperezo, estiro mis brazos y me dirijo a asearme y vestirme. Un día bohemio y cultural nos espera. Hay mucha cultura que enseñar a mi hijo.




Visita obligada al Museo de Historia de Antropología de Tenerife, para venerar la sangre guanche y hacer sentir a mi hijo el escalofrío de la presencia de esos espíritus ancestrales que cada día nos dan Sansofé (los buenos días) y nos acompañan en el paso de tantas Tizzer (lunas).




Una taza de café caliente, el deseo de empaparme de la bohemia para inundar mi pecho de sentimientos y luego escribir mil y una historias en los que el protagonista principal es siempre el amor universal. Pensamiento positivo legado de mis nativos tinerfeños. Sólo el honor, el amor y el respeto hacia todo ser son mi brújula para andar los senderos en esta vida. Mirando Tizzir i (la luz de la luna) cada noche mi ánima indómita llega a la aprehensión de la libertad, mi Ahemon (agua) de supervivencia ¡¡eres tú!!

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