INOCENCIA ARREBATADA

Cuando disparaba el gatillo no pensaba en nada. Nunca veía una vida humana tras el arma, veía un plato de comida caliente, una buena juerga llena de alcohol y drogas y el cariño y congratulaciones de mis compañeros. Éramos un ejército sin cuartel. Éramos los representantes del Diablo en la Tierra. Después de haber matado a alguien siempre se formaba una gran juerga a mi alrededor, era como un ritual, tenía que ser así. Nuestros jefes nos daban comida sólo cuando cumplíamos una misión, también nos daban alcohol y drogas, decían que así < la vida sería más fácil para nosotros > .

Tengo 15 años, hace dos años que vivo lejos del infierno. A los 9 años me secuestraron de mi hogar familiar. Mi padre había ido a la ciudad en busca de alimentos básicos para seguir subsistiendo y mis hermanos ( de 1 y 3 años) y yo permanecíamos en casa mientras mi madre amamantaba a mi hermano pequeño. Mi nombre es lo único que me queda de nexo con mi familia, no sé nada de ellos desde hace años, no sé dónde están, no sé si los podré encontrar alguna vez ni siquiera si me aceptarán de nuevo entre ellos. Aún retumban en mi oídos los chillidos desesperados de mi madre suplicando que me dejaran en el suelo. Ellos entraron, fusiles en mano, tiraron todo, me cogieron en brazos y me metieron en la parte de atrás de una camioneta llena de niños tan atemorizados como yo. A mi madre la encañonaron y le pidieron que dejara de chillar o les matarían a todos, los bebés eran demasiado pequeños para ser secuestrados, pero le advirtieron que regresarían a por ellos. Mi esperanza es pensar que lograron huir y que tuvieron una vida feliz, en algún lugar de paz.

Mi nombre es Isaac soy del Chad y he sido un niño soldado. Hace dos años que fui rescatado gracias a una ONG protectora de los derechos de la infancia en África. Es ahora cuando empiezo a ser consciente de mi tragedia. Es ahora cuando mis sentimientos, congelados a base de golpes, humillaciones, vejaciones, hambre, torturas, violaciones, ...., comienzan a aflorar para reflejarme que soy un ser humano. Construyeron mi mente y mi cuerpo para que fuera una máquina de matar, pero he tenido la fortuna de encontrarme con gente que me está ayudando en todos los sentidos. Soy adicto a la droga , aún sigo luchando diariamente por dejarlo. El alcohol más o menos creo que podré superarlo, ahora mismo llevo dos meses sin probar una sola gota de alcohol. En el Centro donde me han acogido me dan comida diariamente, puedo asearme, ir decentemente vestido y calzado y vamos a charlas en grupo cada tarde. Por las mañanas trabajamos en la agricultura y por las tardes asistimos a clases, prácticamente era analfabeto.

Tengo nítidos recuerdos de mi Madre. En el Centro una de las maestras me recuerda mucho a ella, creo que es por su mirada dulce. ¡Mi madre siempre me miraba con tanta dulzura! Daría mi vida entera por volverla a ver, por abrazarla, por pedirle perdón por haberme dejado llevar por esos tiranos, daría lo que fuera por saber que mis padres y mis hermanos están bien, ¡lo que fuera!

Me consuelo pensando que Dios me ha dado la oportunidad de hacer el bien y que algún día Dios me pueda perdonar por todo el mal que he causado, también espero poder perdonar a los que me han causado todo este mal a mí. Algún día... Cuando ya no tenga pesadillas en que me veo apretando el gatillo y matando a gente inocente,cuando ya no sueñe que me encadenan al suelo y me torturan hasta perder la conciencia y me despierto con la boca seca, desnudo y lleno de sangre por todos lados. Algún día,...

Esta breve historia es sólo producto de mi imaginación, pero por desgracia está basada en hechos reales. Diariamente miles de niños son secuestrados en muchos países del mundo ( Nepal, Chad,...) para servir como NIÑOS SOLDADOS, niños y niñas que son esclavizados,alcoholizados, drogados, torturados, violados y obligados a matar a cambio de un plato de comida. Muy pocos logran ser rescatados, muy pocos pueden rehacer sus vidas sin secuelas psíquicas y físicas que no le impidan poder llevar una vida normal como el resto de mortales. Hemos de luchar contra esta lacra. No podemos permitir que los niños / as sufran, ahora que se ha puesto de moda luchar por los derechos humanos y las democracias, ahora que se usa la palabra libertad tan alegremente, no hemos de olvidar que nuestra dignidad como seres humanos pasa necesariamente por defender a nuestros niños y niñas del mundo. TODOS LOS ADULTOS DEL MUNDO ESTAMOS OBLIGADOS A DEFENDER Y PROTEGER A NUESTROS NIÑOS Y NIÑAS DEL MUNDO.

Ana Nayra Gorrín Navarro.

Sábado 12 de febrero de 2011.