sábado, 25 de octubre de 2014

AND SO IT GOES






Hacía tiempo que no iba al cine a ver una película que no fuera infantil. Hoy tocó ir con ese amigo en quien siempre confiar y...ASÍ NOS VA:




Entre el reparto: Michael Douglas y Diane Keaton.

Michael Douglas siempre me gustó como actor, pero más tras conocer (hace años) que tuvo que hacer terapia para rehabilitarse de su adicción al sexo (sí, es una adicción peligrosa como cualquier otra adicción). A él se le nota en la mirada y la forma de poner su barbilla prominente hacia fuera en algunas escenas la huella de esta adicción al sexo. El papel de agente inmobiliario con mala leche y carencia total de empatía le venía como anillo al dedo, nadie mejor que él para hacer este papel.

Michael Douglas interpreta a Oren Little un agente inmobiliario que un buen día se ve obligado a pedir ayuda a Leah, su vecina (que no es otra que la magnífica actriz Diane Keaton), cuando de repente y sin previo aviso su hijo (un ex heroinómano con quien Oren no se hablaba ni mantenía contacto alguno desde hacía años), le pide el favor de cuidar de su desconocida nieta, Sarah (llamada igual que su difunta esposa). Su hijo andaba metido en líos legales y debía entrar en la cárcel (pero por algo que no había hecho él, ¡ay, las malas compañías de los drogadictos!).

Oren (Michael Douglas) era un hombre que vivía por y para su trabajo. No hacía otra cosa que trabajar. Era el mejor agente inmobiliario de su condado. Su asunto pendiente antes de jubilarse era vender la casa en la que había vivido con su esposa difunta y su hijo. Él se sentía mal padre y se culpabilizaba interiormente (aunque ni él mismo lo admitía) porque su hijo se convirtiera en un drogadicto. Para más INRI su esposa Sarah Beth había fallecido de cáncer, pasó dos años enteros cuidando de ella, bañándola y cocinando para ella y tras morir su esposa enterró con ella sus sentimientos y empatía hacia los demás. Vivía enfadado con el mundo y lleno de nubarrones negros con truenos y relámpagos a su paso, siempre de mal humor y expandiendo el odio y rabia que sentía en su interior por CULPABILIZARSE del destino de su hijo DROGADICTO y por la muerte (injusta desde su punto de vista) que tuvo su mujer, ¡POR EL MALDITO CÁNCER!

Pero Oren empieza a abrir su corazón a Leah, la vecina a quien hacía cuatro años que también se le había muerto su marido inesperadamente. Leah (Diane Keaton) es una dependiente afectiva, con miedo a la soledad (como el 90 % de las mujeres, entre las que me incluyo) y aún de duelo por la pérdida de su gran amor. Su corazón también estaba cerrado por completo, pero ella no vivía enfadada con el mundo y siempre era toda simpatía y amor con los demás. Y así fue como Oren se sintió atraído por ella, y ella por Oren. Porque en el fondo sabía que Oren no era el tipo que aparentaba ser, que simplemente llevaba puesta la máscara de la crueldad e insensibilidad como supervivencia tras tanto dolor que había pasado con la muerte de su esposa y la pérdida de su único hijo cuando se metió de lleno en el mundo de las drogas. Era el YIN y el YAN, irremediablemente dispuestos a verse atraídos el uno por el otro. Aunque tras el primer encuentro sexual, Leah (quien llevaba en abstinencia sexual desde la muerte de su amado esposo, es decir, cuatro largos años) SE SINTIÓ CULPABLE y descargó su rabia en forma de llanto (no con violencia como hacen, por lo general, los hombres ya sea verbal, psicológica o física) y estuvo mal un par de días hasta que Oren logró deshacer el nudo que se había creado en el alma de Leah.

Al hijo de Oren (cuyo nombre ahora no recuerdo), le salvó la vida su hija: Tuvo una hija con una chica que,como él, era drogadicta. La chica lo abandonó y lo dejó solo con la niña (Sarah). Y el hijo de Oren asumió con valentía ser Madre y Padre de la niña, dejando la droga por cuidar de su hija (por eso digo que su hija le salvó la vida). Pero el destino le jugó una mala pasada y tenía que entrar a prisión. Por eso se tragó su orgullo (ese mismo que le había hecho no estar en contacto más con su padre en diez años) y buscó a Oren para que cuidara de su hija en el tiempo que iba a estar en prisión (en principio 9 meses, rebajados a 6 meses si mostraba buena conducta).

Oren descubrió lo que ser abuelo significaba y se encariñó atrozmente con su nieta (me salto aquí partes de la película para sólo captar lo básico).

Poco a poco Leah y él van adentrándose en una relación de pareja (un poco de cajón, pues eran vecinos y vivían puerta con puerta). Y la niña les llama ABUELOS a los dos.

Oren paga un buen abogado y demuestra que su hijo no había tenido nada que ver en el asunto turbio en el que se le imputaban cargos y consigue sacarlo de prisión. Finalmente, acaban todos juntos y felices viviendo con Oren y Leah.

Esta película, aunque un poco lineal para mi gusto (prácticamente todo es previsible y no hay sorpresas), me hizo pensar en algo: ¡CULPABILIZARSE! ¡Qué atroz es cargar con esa carga! C-U-L-P-A-B-I-L-I-Z-A-R-S-E- NADIE ES PERFECTO, todos somos humanos y todos tenemos el derecho a equivocarnos y enmendar nuestros errores. Hay personas que nos condenan a CULPABILIZARNOS PARA SIEMPRE POR UN ERROR DEL PASADO, SIN DARSE CUENTA DE QUE, TAL VEZ, YA NO EXISTA EN NOSOTROS LA MÍNIMA PROBABILIDAD DE VOLVER A COMETER ESE ERROR, PUES TE HIZO SUFRIR TANTO (Y ES MÁS, TE DISTE CUENTA DE QUE HIZO SUFRIR MUCHO A TUS SERES QUERIDOS), QUE JAMÁS VOLVERÍAS A CAER EN LO MISMO. El hijo de Oren había vencido su adicción a la droga (casi nadie sale de esa vorágine destructora) y encima había conseguido criar, educar bien y sacar adelante a una niña él solito durante diez años, sin ayuda de nadie. Y su padre, Oren, no lo sabía y seguía enfadado con el mundo creyendo que tenía por ahí un hijo drogadicto que yacería tirado por cualquier suelo de cualquier calle puesto hasta arriba de droga. Arrastraba ese peso de la CULPA sin sentido alguno. Pues, al fin y al cabo, NO HABÍA SIDO SU CULPA. Leah dice en la película: NO HAY MALOS NIÑOS, NUNCA. Como queriendo decir que, a veces, lo que hay son malos padres. Pero tampoco creo que fuera justo. Muchas veces hay buenos padres y los hijos toman caminos retorcidos. NO SOMOS PERFECTOS, POR ESO SOMOS HUMANOS. Creo que, al final, EL AMOR,LA EMPATÍA Y LA SERENIDAD SON EL BÁLSAMO PARA TODAS LAS HERIDAS. ES LA SOLUCIÓN PERFECTA Y LA ÚNICA VÍA POSIBLE.

¡RECOMIENDO LA PELÍCULA!








miércoles, 22 de octubre de 2014

RETAZOS DE UNA HISTORIA

Aparecen, de tiempo en tiempo, fotos escondidas (intentos de olvido). Dentro de libros, dentro de cuadernos, dentro de apuntes de Derecho antiguos, físicamente dentro de recobecos aparentemente escondidos pero que, en mi ser interior, están a viva luz.

No es fácil sobrevivir en el lugar donde todo pasó y en cada rincón hay un recuerdo vívido. De lo malo y de lo bueno.

¡Ya me lo advirtió una vez un psicólogo! ¡¡CUIDADO QUE LA MENTE ES TRAICIONERA Y OLVIDA LO MALO RÁPIDO (mecanismo de supervivencia)!! Pero no, puedo olvidar lo malo hacia mí, pero lo malo hacia la persona que yo más quiero en el mundo, ¡¡JAMÁS!!

No obstante, cuando alguien lo menciona, cuando alguien lo recuerda, cuando aparece una foto del pasado: ¡¡ALGO SE ME QUIEBRA EN MI INTERIOR, SE ME DESGARRA EL ALMA DE DOLOR!! Una canción que suene (tal vez ésa que siempre me dedicaba en el lugar donde le conocí; MORA DE JOSÉ EL FRANCÉS-hoy la escuché en la radio y me trajo a la mente torbellinos de confusión emocional ) y ya me hunde en la melancolía. Y con esta melancolía interna y secreta viviré siempre.

MORA, JOSÉ EL FRANCÉS

Si es que las palabras se las lleva el aire,
que las mías se las lleven hasta tu calle.
Si es que para cada uno hay un papel,
el tuyo de amarme,
te sienta bien.

Y si a lo que siento tengo
que llamarle por su nombre, ¡ay,yo no sé!

Las ilusiones nuevas no se pierden,
moriré en estas cadenas de mar y nieve,
si la llama que encendimos no se apaga,
siempre estaré bebiendo en tus dulces aguas.
Y si un día el mismo aire,
que te trae y lleva mis palabras,
¡Ayy,ayy se apagará!

(ESTRIBILLO)
¡¡Mora, mora, vente conmigo, conmigo,
a la retama, retama de los olivos.
Mora, mora, vente conmigo, conmigo
a la retama, retama de los olivos!!

Si has tenido sentimiento,
no me engañas,
un camino de felicidad me llama,
a mí esta pasión me ha llevao a la locura,
buscaré yo el equilibrio en tu dulzura,
me tragaré tu sonrisa,
y de caricias, de ternura,
¡Ayy, ayy de ternuraaa!

(ESTRIBILLO)
¡¡ Mora, mora, vente conmigo, conmigo,
a la retama, retama del olivo
Mora, mora, vente conmigo, conmigo,
a la retama, retama de los olivos !!


Fuente: www.musica.com



domingo, 19 de octubre de 2014

UN DOMINGO DE LLUVIA

Domingo, 19 de octubre de 2014. A las 05 de la madrugada un relámpago ilumina toda la casa. Me despierto, me levanto y, al pisar en el suelo, siento un charco de agua. ¡La habitación inundada! Por la rendija de la puerta del balcón se estaba metiendo el agua y tocó achicar, secar y poner toallas.

Ya no pude dormir más. A las 06 h. se despertó mi hijo, con el ruido de la lluvia, los truenos y la luz de los relámpagos.

Hacía mucho que no veíamos llover así.

Hoy no ha parado de llover en todo el día. Ahora sí podemos decir que entramos en el OTOÑO. Aunque en nuestro pueblo de los 365 días del año, sólo lloverá en todo el año 3 ó 4 días. A mí particularmente me encanta sentir el frío y la lluvia, aunque (reitero) en mi pueblo esto es una utopía. Recuerdo de mis años en La Laguna cómo disfrutaba con el frío invernal y la lluvia. Ponerme botas, calcetines de medias hasta las rodillas, gorros, bufandas, abrigos, guantes,..., ¡qué rico era sentir el invierno! La sistemática de que siempre hayan días estivales o primaverales en tu día a día puede llegar a ser muy cansina, aunque seas natural de un pueblo costero y sea parte de tu rutina diaria.

Me encantaría poder viajar con mi hijo a un sitio de montaña, con frío, nieve, en una casa de madera con chimenea. Sentarnos frente a ella a conversar con un vaso de chocolate o café caliente recién hecho.


Pero bueno, la Madre Naturaleza nos manda hoy lluvia y algo de frío para que también sintamos el paso de las estaciones en nuestro amado pueblo costero. Y siempre hay que dar gracias al Cielo pues vivimos en terrenos de sequía natural.

Está claro que tenemos que mejorar infraestructuras en nuestra isla pues cada vez que caen dos gotas nos inundamos por todos lados. A lo largo del día de hoy mi móvil y redes sociales ha sido un constante recibir vídeos y fotos de sitios cercanos anegados de agua.

Yo me quedo con la imagen de la casa de mis sueños, en un sitio en el que se sienta el paso de cada estación del año, en el calor del hogar familiar, frente a una dulce chimenea, testigo del devenir de los días de una familia llena de amor y ternura.




martes, 7 de octubre de 2014

TE DEDICARÉ TIEMPO

Tu entereza siempre me cautivó. Tu seguridad en ti mismo, me apresó por completo.

No obstante, no quiero caer en el mal de nuestra sociedad actual: la ansiedad y la prisa. Quiero enamorarme de tu belleza real, no de la que me indica tu físico, que tanto afán pones en que sea perfecto. De la belleza de tu alma noble, de tu sentido de lealtad y honestidad excelso, de tu saber hacer como padre (sí, me enamora eso en ti), de tu carácter justiciero ("el que la hace, la paga") de tu sentido de humor de barriada (humor negro y cínico que tantas carcajadas me arranca aunque quiera ir de seria contigo y no reírme sólo por un día -¡imposible contigo!-).

Voy a tomarme tiempo para observarte con serenidad desde el regocijo de esta amistad que, pase lo que pase, ambos sabemos que será eterna e incondicional. Para enamorarme, pero de tu belleza real. Ésa que no se cultiva en los gimnasios, ésa que llevas dentro y quiero conocer como la palma de mi mano (tal cual dices conocerme tú).


jueves, 2 de octubre de 2014

EN LOS BRAZOS DE MORFEO

Dormir, ¡esa necesidad física y mental! Durante mucho tiempo mis horarios de sueño se vieron alterados y a penas dormía 4 horas en toda la noche.

No sé cómo, no sé por qué. Pero llevo ya más de mes y medio que caigo rendida a las once de la noche. Si estoy leyendo, he de dejar el libro en la mesa de noche y entregarme sin miramientos a los brazos de Morfeo. Estoy durmiendo las prescriptivas 8 horas de sueño. ¡Qué milagro!

Ahora toca organizar mi agenda y tiempo para que cuando empiece el 15 de octubre la universidad virtual pueda estudiar tres horas diarias por la noche sin perder horas de sueño. De tal modo que, no sé cómo haré pero a las ocho ya tengo que estar sentada frente al ordenador y estudiar tres horas diarias (las que recomiendan en la Guía de Estudio de la UOC).

Volviendo a la almohada: Soy de esas personas que sueñan sin parar a lo largo de toda la noche. A veces disparates (y cuando me despierto por la mañana me río mucho recordándolos, ¡dignos de una película de Almodóvar!). Mientras me preparo el desayuno, me sirvo el café, me siento para saborearlo,..., voy recordando la cantidad ingente de sueños que mi mente non stop ha ido elaborando por la noche. Normalmente los comparto con mi hijo a viva voz, él también me cuenta sus sueños. ¡Creo que los dos somos igual de soñadores, jeje! Esto ya se ha convertido en todo un ritual.

Pero...¿se han preguntado alguna vez por qué se dice
entregarse a los brazos de Morfeo
? Según la WIKIPEDIA:

Morfeo

En la mitología griega, Morfeo (en griego antiguo Μορφεύς, de μορφή morphê, ‘forma’) es el hijo del dios de los sueños (Hipnos) y encargado de llevar el sueño a reyes y emperadores. Según ciertas teologías antiguas, es el principal de los Oniros, los mil hijos engendrados por Hipnos (el Sueño) y Nix (la Noche, su madre), o por Hipnos con Pasítea.

Era representado con alas que batía rápida y silenciosamente, permitiéndole ir volando velozmente a cualquier rincón de la Tierra. Morfeo se encargaba de inducir los sueños de quienes dormían y de adoptar una apariencia humana para aparecer en ellos, especialmente la de los seres queridos (de ahí su nombre), permitiendo a los mortales huir por un momento de las maquinaciones de los dioses.

Morfeo desempeña un papel importante en la historia de Ceice y Alcíone. En concreto, aparece en las obras de Homero y Ovidio. Este último cuenta en Las metamorfosis que Morfeo duerme en una cama de ébano en una cueva sutilmente iluminada, rodeado de flores de adormidera (que contienen alcaloides de efectos sedantes y narcóticos). También cuenta que mientras sus hermanos Fobetor y Fantaso eran responsables de los animales, los objetos inanimados, y apariciones de los sueños, Morfeo se centraba en los elementos humanos.

Fue castigado por Zeus por haber revelado secretos a los mortales a través de sus sueños. De su nombre procede la expresión «estar en los brazos de Morfeo», que significa ‘soñar’ y por extensión ‘dormir’ o viceversa.