En los lugares donde aprieta mucho el sol y la calidad del agua del grifo no es tan buena ni tan potable, la gente suele tener un color muy característico en el pelo. Por más oscuro que lo tengas, con el tiempo se te acaba quemando bajo el sol, el salitre del mar y el cloro de las piscinas, tornándose rubio de la mitad del pelo hacia abajo. En California era algo tan normal que fue más rentable ponerlo de moda. Surgieron así ¡LAS MECHAS CALIFORNIANAS! que tan populares se han hecho en las peluquerías en los últimos años.
Resulta que a los habitantes de mi pueblo se nos decolora así el pelo de manera natural.
Desde el año pasado, cuando por junio me corté el pelo por encima de las orejas en un bob desigual más largo por delante que por detrás. Tomé la decisión de no darme más colores en el cabello, de no teñírmelo ni darme mechas, ni color alguno. ¡Dejarlo al natural! Et voilá! He aquí las mechas californianas al natural.
No pienso teñirme más el cabello. Dejaré que aparezcan las canas cuando tengan que aparecer. Y seré una hipster eterna. A lo sumo, me lo alisaré de vez en cuando (mi pelo es rizado). Además, no meteré más tijeras en él, lo dejaré crecer como cuando tenía 23 años, más abajo de la cintura.
Yo con 23 años, el cabello atado en una cola alta y al natural.
A veces, el mejor adorno es la sencillez y naturalidad.
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