Ayer viernes 6 de noviembre saqué tiempo por la tarde para dedicarme unas horas y me perdí por Guía de Isora (que siempre me encanta visitar pues está llena de buenos recuerdos para mí, desde la época del Instituto hasta épocas recientes).
El año pasado se me había escapado
MiradasDoc y este año ya iba por el camino de dejar que sucediera lo mismo. Ya que hoy sábado 7 de noviembre acaba.
MiradasDoc, para quienes no lo sepan es (según su página oficial de internet http://miradasdoc.com/mdoc2015/?page_id=141&lang=es)
un Festival Internacional de Cine Documental que atiende de manera preferente a las películas documentales de temática social y a las producidas o rodadas en países en vías de desarrollo y del tercer mundo, así como a las que ahondan en temáticas como las relaciones norte-sur, procesos sociales emergentes en el primer mundo, etc. El festival se estructura a través de tres ejes principales: Festival, mercado y formación, y cada uno de esos ejes incluye a su vez una serie de eventos relacionados con el cine de realidad.
Me gustan las películas documentales pues es una manera muy eficaz de ver la realidad de las personas. Esa realidad que tantas veces vemos como ajena pero que, en muchos momentos de nuestras vidas por suerte o por desgracia, nos es propia. Y, sobre todo, me encanta este festival pues no se basa en el éxito o no del público, les da igual si va mucha o poca gente (igual que el cine de autor en los cines Aguere de La Laguna). Es como un/a escritor/a altruista (como yo me siento tantas veces) que simplemente escribe, NO PARA GANAR DINERO, sino para comunicar y transmitir pensamientos, sentimientos y emociones. Para ser un comunicador/una comunicadora y no para ser partícipe y alentador/a del sistema capitalista exacerbado. Hay placeres en esta vida que son gratuitos, y hay personas que quieren transmitir su arte no por amor al dinero, sino como dice el refrán POR AMOR AL ARTE. Otra cosa es que quieras , o precises, vivir de tu arte, en ese caso sí que se entiende que se capitalice el arte. Aunque el alto importe del IVA cultural sería algo que bien merecería un debate paralelo que se sale de lo que en este post quiero expresar hoy.
Volviendo al Festival de MiradasDoc....
Ayer lloré como una niña sin consuelo con las dos pelis documentales que vi, una era un corto de tan sólo 4 minutos y la otra un largo de 70 minutos.
La primera, llamada CORRIENTE ABAJO (en inglés, con subtítulos en inglés y español), retrataba la realidad de los niños de Hanoi (Vietnam) que habitan en un río. ¡Sí, en un río! En barcas, donde sus padres viven, engendran hijos y los sueltan a su suerte en el río. Los niños y niñas se pasan los días y noches enteras mojados. La película se basa en pequeñas entrevistas a estos/as niños y niñas. Me sorprendieron mucho sus respuestas:
A la pregunta de la reportera de qué deseaban con más fuerza, TODOS/AS LOS NIÑOS/AS respondían: VIVIR EN TIERRA (en el suelo, decían ellos), TENER UNA CASA CON SUELO (recalcando la imagen de una casa en suelo firme y no en una barca sobre el río) Y TENER ROPA SECA todos los días.
(Las fotos de arriba las he sacado de GOOGLE IMÁGENES, niños del río de Hanoi, Vietnam)
La reportera se detuvo a entrevistar a una niñita de seis añitos, muy risueña (mientras asomaba su cabecita en el río - los reporteros iban en barca y grababan- ) y le preguntó qué quería ser de mayor. Ella respondió que quería ser comerciante, que los vendedores que venían desde tierra en barca parecían divertirse mucho, que tenían las barcas llenas de alimentos y ella quería divertirse mucho también y poder comer todo lo que quisiera. Que ellos como venden tanto, pueden comer todo lo que quieran (decía literalmente). Más adelante en la conversación le preguntó si ella quería casarse de mayor y la niña muy divertida respondió (algo que me llamó poderosamente la atención): - ¡No, no, no! (negando con el dedito). - ¿Por qué no?, le preguntaba riéndose (ante la contundencia de la niñita) la reportera - Porque quiero ser libre e ir por el mundo y un marido molesta mucho (jajajajajaja, la carcajada en la sala fue al unísono). ¡Qué claritas tiene las ideas la niña! Pero, más adelante, entendí por qué esta niña tal vez había respondido tal cosa.
Entrevistaron a dos niñitas más. Éstas estaban solitas en una barca, una tenía 5 añitos y la otra 7. La mayor era la que más hablaba, la otra con mirada de tristeza la miraba con serenidad. La reportera volvió a preguntarles si querían casarse de mayor y ellas respondieron las dos que no. Pero en ese momento la pequeña se llevó la manita a la boca (como cuando alguien hace algo malo o se olvida de algo y se da cuenta) y le susurra algo a la niñita de 7 años. La reportera le pregunta a la mayor qué le ha susurrado y le dice:
- Me dice que hablemos bajito, que sus padres no escuchen.
- ¿Por qué? - pregunta ávida la reportera.
- Porque si sus padres se enteran de que no quiere casarse le van a pegar. Porque aquí todas las niñas tienen que casarse.
- ¿Y por qué no quieren casarse? - la reportera.
En ese momento la de 5 años toma la palabra y dice con una tristeza profunda en los ojos, conocedora de lo que hablaba por haberlo vivido en su propia piel (se notaba): - Porque los maridos se emborrachan y pegan a sus mujeres e hijos y destruyen todo. Y yo no quiero casarme. Quiero hacerme mayor e irme de aquí.
Y la otra de 7 añitos dice: -¡Yo también!
Y aquí acabó esta peli documental, pasando imágenes del río de Hanoi y de estos/as niñitos/as que ni siquiera tienen el derecho a estar secos y sentirse en tierra firme. ¡¡PARA QUE LUEGO NUESTROS/AS HIJOS/AS SE QUEJEN DE NO HABERLES COMPRADO EL ÚLTIMO IPHONE DE MODA!!
La siguiente peli documental fue MUERTE EN VIDA, de 70 minutos y francesa (diálogos en francés, versión original, con subtítulos en inglés y español). Dos entrevistas y seguimientos paralelos a las vidas de dos enfermos terminales de cáncer incurables. Uno de estómago y otro de faringe. El de estómago era padre de familia numerosa, una persona de casi 70 años, con cuatro hijos (todos mayores y casados, salvo el más pequeño que tenía Síndrome de Down y vivía con ellos). Se retrataba el dolor de todo el proceso. Es tan doloroso que no puedo ni escribir acerca de ello. El otro caso, el del señor con cáncer de faringe era un hombre de no más de 60 años, un hombre alto, grande, musculado, atleta. Que vivía con su mujer. Los dos muy atractivos. En ambos casos se retrataba lo difícil que es aceptar que ya se llega al fin, que no hay más por lo que luchar, que uno/a se muere y no se puede detener el inexorable transcurrir de los acontecimientos. Ambos preparan a sus seres queridos para la despedida e inician todo un proceso arduo y sumamente complicado para conseguir la EUTANASIA ACTIVA en los respectivos hospitales en los que están siendo tratados de sus cánceres (llegados al punto de ser incurables, sentenciado por médicos). No paré de llorar, más que con el primer documental, pues es terrible aceptar la presencia de la muerte y ponerse en la piel de esas personas y sus familiares.
( Fotos también extraídas de GOOGLE IMÁGENES, tipeando EUTANASIA)
Pero, pese a las lágrimas, que limpian y descongestionan el alma, salí feliz del AUDITORIO DE GUÍA (que, por cierto me encanta).
(Esta foto la saqué yo misma desde mi móvil)
Al salir, miré el cielo, respiré hondo desperezándome en ese gesto que hago para estirarme la espalda y...Justo en ese momento, alguien que estaba en un corrillo de personas (aparentemente artistas) se me acercó y me llamó por un nombre que no recuerdo (¿Asun?), yo le miré confundida y me dice : - Perdona,..., ¿no nos conocimos en Madrid en ·/&·$)=·)"" - un nombre que tampoco retuve- ), este verano?
- ¡Eh! (a lo canario), no, yo nunca he estado en Madrid.
- (Me miraba con asombro, como no creyéndose lo que le decía) ¡Perdona, es que te pareces un montón a alguien, una escritora que conocí este verano en Madrid! Bueno, nada, perdona.. (y volvió a su corrillo, aunque me seguía mirando de soslayo hasta que eché a andar).
Esta anécdota me hizo pensar: ¡Tengo que visitar Madrid! (yo sola, en una de esas incursiones en soledad en las que a veces necesito sumergirme, como águila real que precisa volar sola de vez en cuando).
Cogí mi coche y fui a un bar al que siempre voy a Playa de San Juan a degustar un cafelito y pensar e interiorizar todo lo que había visto y sentido. Miré al horizonte y vi este paisaje, La Gomera y el atardecer. Y pensé : ¡TENGO QUE SACARLE MÁS JUGO A MI VIDA!
En Los Gigantes, a sábado 7 de noviembre de 2015.