viernes, 15 de diciembre de 2017

DOMINICANO ES…


 

<< Tiene mejor conocimiento del mundo, no el que más ha vivido, sino el que más ha observado (Arturo Graf)>>.

 

Siempre con su sonrisa puesta, ¡su mejor prenda! La que nunca le falta pues jamás le falla en su afán de enamorarlas a todas.

Él, el de la piel canela, alegría perpetua, cabello afro y ritmo intenso en cada cosa que hace en la vida. Herencia africana, de sus genes ancestrales con sonido a güiras, tamboras, con sonido de pulseras hechas de cuentas y con el perenne amor por el nomadismo.

Porfirio Robirosa demostraba a Europa el fenotipo del carácter masculino dominicano en los años 60, hasta su muerte en París en 1965. Pero él no fue la excepción de ninguna regla. Él encarnaba la pauta de conducta del hombre medio de esa tierra, que jamás he pisado pero sueño con conocer algún día. Por sus playas paradisíacas, su naturaleza salvaje, su buena música, sus habitantes de carácter alegre y afectuoso, por querer visitar in situ la fundación de la primera sociedad cultural Los Amantes de las Letras a la que pertenecieron escritores de gran calibre como Manuel de Jesús Galván, José Gabriel García, Francisco Javier Angulo Guridi, entre otros ilustres escritores de esa santa tierra dominicana. También, ¡cómo no!, por querer saborear in situ los manjares culinarios de la gastronomía dominicana. ¡Ya saben cuánto me gusta comer bien y cocinar! Y viajar incrementa el bagaje culinario y la información diversa que se precisa a la hora de improvisar originales y nuevos platos en la cocina.
 
 
 

En Canarias he hecho amigos/as dominicanos/as y me llama poderosamente la atención (ya saben que me encanta conocer otras culturas y que soy una antropóloga socio-cultural frustrada) el hecho de que se parecen atrozmente en su actitud ante la vida, reflejan todos/as la misma pauta conductual: viven el momento, aprensan la vida con todas sus fuerzas sin planificar el futuro (como si el lema latino Carpe diem fuera para ellos), la mayoría prefieren profesiones artísticas, técnicos y de trato social o encaminada al turismo. Suelen ser grandes autodidactas pero sus espíritus libres les convierten en pésimos acatadores de normas y  hermetismos, prefieren vivir improvisando y siendo creativos. Su cultura y país se forjó del SINCRETISMO RACIAL; de la mezcla de raíces africanas, de amerindios tainos y españoles y esa impronta racial la llevan grabada a fuego en la sangre. ¡Pura pasión fusionada!
 
 
 
 

Ellos fueron la primera colonia de españoles en el Nuevo Mundo. Con su carácter alegre llevan por el mundo la bandera dominicana y la dejan en un estadio bien alto. No todo el mundo les comprende pues para hacerlo has de poner el corazón y la esencia misma del ser humano, antes de que dejáramos de ser libres para convertirnos en esclavos de las normas y heteronomías que aprisionan nuestro amor a la libertad.

Para acabar este post, les dejo con un poema de un poeta dominicano.

 

 

EQUIVOCACION DE LOS ANGELES

Eran ángeles fuertes,
con las manos curtidas
y dientes de caballo
detrás de la sonrisa.

Colgaron el Mal en una rama,
y la tierra tirando,
y la cuerda tirando,
hicieron del mundo una sinfonía.

Eran ángeles fuertes,
abiertos los dedos de los pies,
simples como el agua,
rudos como el hierro.

Potente músculos en el ala,
la frente despejada,
las manos, de ajusticiar,
sin resignación encallecidas.

Eran dos iguales, quizás
como si un limpio espejo
entre ellos siempre retratara,
eran dos y un pensamiento,
dos gemelas llamas amarillas,
una sola luz

En donde tierra por morir se acaba
detuvieron su paso poderoso;
paro su canto la avecilla,
expiraron los aires y perfumes.


 

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