1)
Es tremendamente sexista, divide el mundo entre
género masculino y femenino (no hay más géneros para él) y centra todos sus
esfuerzos en decretar qué pueden hacer las mujeres y qué los hombres. Mejor
dicho, qué NO pueden hacer las mujeres y qué SÍ siempre los hombres.
2)
Habla todo el rato de sí mismo, obviamente habla
bien de sí mismo. Si tiene alguna virtud él la potencia al máximo, tanto que la
desvirtúa pues se vende constantemente como si fuera un producto más objeto de
marketing. Ese aire “yo, yo, yo” será seguramente el detonante de tu primera
crispación y huida precipitada. Tú, que ya percibes a esta clase de hombres
pues tus experiencias te dieron el filtro para detectarlos.
3)
No te escucha cuando hablas y si lo hace no lo
suficiente. Solo le importa hablar de sí mismo.
4)
Probablemente toda esa máscara de virilidad de
la que se ha disfrazado te lleve a pensar que el sexo con él será alucinante,
¡nada más lejos de la realidad! Seguramente con algún que otro gatillazo
incluido pero te hará sentir que es tu culpa, ¡por favor, no podía ser de otra
manera! Es que la responsabilidad es tuya por haber tomado la iniciativa, por
haberte subido encima de él… ¡Él es el que ha de ser el dominante, si no se le
baja!
5)
No sabe besar, nunca se esforzó por aprender la
técnica. Ni arriba ni abajo, aunque él cree que es el dios del sexo oral y, en
general, de todo. En todo caso amiga, cuando se afanen mucho en hacerte sexo
oral (solamente) desconfía de la salud y potencia sexual de esa persona.
6)
Ha tenido parejas con las que ha tenido
problemas de violencia bien sea psicológica y/o física en algún momento de sus
vidas maritales. Te lo contará como si no tuviera importancia, quitándole
hierro al asunto. ¡A ti, que vienes de esa guerra y saliste victoriosa!
7)
No concibe que una mujer viva soltera y con
libertad sexual al mismo tiempo. Si echas un polvo con él ya te conviertes en
algo así como de su propiedad. Da igual que le hayas hablado y dejado claro tus
intenciones. Total… ¡él no te estaba escuchando!
8)
Se le cae el mundo encima si no le llamas al día
siguiente. A última hora del día te escribirá un Whatsapp y te pedirá
explicaciones de por qué no le has llamado y tratará de controlar qué has
estado haciendo durante todo el día para haber podido osar a olvidarte de
llamarle. Porque claro… es él el dominante, no te iba a llamar, esperaba tu
llamada. Pero no te lo va a decir nunca.
9)
No es nada expresivo ni comunicativo, no
manifiesta sus pensamientos ni emociones (no hablamos de sentimientos). Y
cuando tú lo haces hasta parece molestarse. ¿Te ha pedido él tu opinión acerca
de algo? No le interesa. Tu criterio siempre será inferior al de él.
10)
Si alguien te llama mientras estás con él
preguntará sin tapujos quién era. ¡Para eso sí es comunicativo, para
controlarte! Obviamente, jamás pensará que tú tienes más vida a parte de él. No
obstante, puede que tú no seas su primera opción. Tiene complejo de Don Juan y
cree eclipsar a todas las féminas tanto como él lo está de sí mismo.
¡Aaajjjj! Pero … ¡A
loba vieja no pueden llamar totó! Vengo de vuelta… Au revoir!