viernes, 8 de febrero de 2019

AsereTattoo


Desde que nació mi hijo he querido hacerme un tatuaje con sus datos de nacimiento. Era algo que tenía pendiente en mi vida. Y como desde un tiempo a esta parte me he propuesto cancelar todos mis asuntos pendientes:



¡Lo he hecho! Este miércoles 6 de febrero de 2019 me he tatuado en el estudio  de Los Gigantes el pie de mi hijo con sus datos de nacimiento al nacer (el pie mide aproximadamente lo mismo que midió su pie cuando nació). Así siempre llevaré tatuado en mi piel - como lo llevo en mi memoria y corazón- su fecha de nacimiento, la hora, el día, lo que pesó, lo que midió y en el hospital donde nació.

Sergio, el tatuador, era tan bueno que ni sentí dolor y la sesión no duró sino una horita.

Sin duda alguna repetiré experiencia (siempre en lugares de mi cuerpo no visibles de cara al público, por mi trabajo) pues aún quisiera hacerme tres tatuajes más con gran significado sentimental para mí. Uno es una tobillera en el pie derecho con una pluma india cayendo pues mi primer amor fue un hombre amerindio y con él aprendí muchas cosas, entre ellas el significado del concepto DIOS y lo que el primer amor y despertar sexual significaba . El segundo es para el tobillo izquierdo, el del lado del corazón, y simbolizará mi intención de escribir libros e historias hasta que me muera. Y, el último (creo, jeje) será una Hamsa árabe (popularmente conocida como Mano de Fátima) en la espalda y en cuyo centro habrá un ojo azul (en los países árabes son venerados los ojos azules como símbolo de pureza del alma) y simboliza mi apego al mundo árabe, con quienes tengo lazos de sangre. El ojo azul honrará a mi abuela paterna Catalina Martell González (de ascendencia francesa), quien tenía los ojos azules más bellos que jamás he visto, a la que adoraba con toda mi alma y de quien no pude despedirme porque falleció en el hospital víctima de un cáncer de estómago. Yo era muy niña pero aún tengo el dolor de no haberme podido despedir de ella, haberle dado un abrazo y haberle dicho lo mucho que la quería. Recuerdo haberle escrito una carta pero nunca supe realmente si mi padre se la leyó.


Una vida sin aventuras y experiencias no es una vida y cada tatuaje plasma todo esto.



En Tenerife, a viernes 8 de febrero de 2019.

Ana Nayra Gorrín Navarro.

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