miércoles, 26 de junio de 2019

Muchos frentes abiertos


Despertarse cada mañana a las 06:30 de la mañana, no ser capaz de conciliar el sueño antes de las 00 horas cada noche. Mucho menos con este calor infernal del verano.

Mi hijo y las tardes que tengo que dedicarle desde este momento pues está claro que aún no le puedo dejar sin pautarle el estudio y tengo que sentarme con él a estudiar, no obstante de tener casi  14 años. Mi trabajo, profesión que adoro y que me hace vivir las mejores ocho horas diarias de mi jornada habitual, mis estudios en el Grado online para los que cada vez tengo menos tiempo y le termino dedicando una hora o una hora y media cada noche antes de dormir, mi propósito de presentarme al DELF B2 de francés para lo que dedico de cuarenta y cinco a una hora diaria (me presento al examen más que nada para ver el formato de examen pero no tengo muchas esperanzas de aprobarlo en esta primera vez que me presente en octubre 2019), mi propósito de escribir y publicar un libro cada año (aunque para este 2019 ya tengo este objetivo satisfecho), los largos paseos que precisa mi perro…. Y, de repente, me miro cada mañana frente al espejo al salir de la ducha y veo la imagen de una persona ansiosa por vivir y ser útil a los demás. Por ser productiva y dejar huella en los años que me queden por vivir. Una Nayra que ha dejado de lado su aspecto físico para centrarse en el académico y espiritual pese a que no todo el mundo entienda esto. Que reza cada mañana al ver el cielo de anaranjado de su tierra canaria y cada noche al regresar de la caminata diaria, también mirando al cielo (por eso hay tantas fotos de cielos espectaculares en mis redes), ¡miro mucho al Cielo!

La cafeína y el té negro son mis únicas fuentes de adrenalina para no perder la energía ante todos los frentes que tengo abiertos. Pero, la verdad, me encanta vivir así, siempre quiero estar ocupada con mil cosas y odio estar sin hacer nada.  No entiendo cómo lo hacen las personas sin empleo, porque quieren que sea así, ociosas a más no poder y que encima no tienen la más mínima intención ni de formarse ni de cambiar su situación.

Y no es que sea anacástica, todo lo contrario, me encanta la improvisación y a veces necesito romper rutinas (los fines de semana) para reiniciar mi faceta creativa.

Y así es para mí la vida, tener muchos proyectos en mente y materializarlos.

 
 

¡Brindo por las personas que suman y aportan!

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