Despertarse cada mañana a las
06:30 de la mañana, no ser capaz de conciliar el sueño antes de las 00 horas
cada noche. Mucho menos con este calor infernal del verano.
Mi hijo y las tardes que tengo
que dedicarle desde este momento pues está claro que aún no le puedo dejar sin
pautarle el estudio y tengo que sentarme con él a estudiar, no obstante de
tener casi 14 años. Mi trabajo,
profesión que adoro y que me hace vivir las mejores ocho horas diarias de mi
jornada habitual, mis estudios en el Grado online para los que cada vez tengo
menos tiempo y le termino dedicando una hora o una hora y media cada noche
antes de dormir, mi propósito de presentarme al DELF B2 de francés para lo que
dedico de cuarenta y cinco a una hora diaria (me presento al examen más que
nada para ver el formato de examen pero no tengo muchas esperanzas de aprobarlo
en esta primera vez que me presente en octubre 2019), mi propósito de escribir
y publicar un libro cada año (aunque para este 2019 ya tengo este objetivo
satisfecho), los largos paseos que precisa mi perro…. Y, de repente, me miro
cada mañana frente al espejo al salir de la ducha y veo la imagen de una
persona ansiosa por vivir y ser útil a los demás. Por ser productiva y dejar
huella en los años que me queden por vivir. Una Nayra que ha dejado de lado su
aspecto físico para centrarse en el académico y espiritual pese a que no todo
el mundo entienda esto. Que reza cada mañana al ver el cielo de anaranjado de
su tierra canaria y cada noche al regresar de la caminata diaria, también
mirando al cielo (por eso hay tantas fotos de cielos espectaculares en mis
redes), ¡miro mucho al Cielo!
La cafeína y el té negro son mis
únicas fuentes de adrenalina para no perder la energía ante todos los frentes
que tengo abiertos. Pero, la verdad, me encanta vivir así, siempre quiero estar
ocupada con mil cosas y odio estar sin hacer nada. No entiendo cómo lo hacen las personas sin
empleo, porque quieren que sea así, ociosas a más no poder y que encima no
tienen la más mínima intención ni de formarse ni de cambiar su situación.
Y no es que sea anacástica, todo
lo contrario, me encanta la improvisación y a veces necesito romper rutinas
(los fines de semana) para reiniciar mi faceta creativa.
Y así es para mí la vida, tener
muchos proyectos en mente y materializarlos.
¡Brindo por las personas que
suman y aportan!
No hay comentarios:
Publicar un comentario