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lunes, 30 de enero de 2023

La princesa de América. 'I wanna dance with somebody'

Ayer domingo por la tarde fui al cine a ver el biopic de Whitney Houston. No voy a decir nada aquí que haga de spoiler de la trama de la película, aunque creo que está en la memoria de todos/as lo que pasó con ella. 
Lo que sí que descubrí, y perdonen mi ignorancia porque lo desconocía, es que su primera relación fue con una mujer y que ella en el fondo parecía ser homosexual, pero forzada a tener una relación con un hombre solo por el qué dirán y por vivir una vida de cara a la galería, por vivir satisfaciendo las expectativas de los demás y no las suyas propias. 
Su primer amor fue Robyn Crowford. Y para mí es inadmisible cómo la industria de la música de los años 80 logró ocultar esta relación, la patente homofobia chirría mucho en los tiempos actuales. 


Si bien, en líneas generales, he de decir que me gustó mucho la película, es verdad que en torno al minuto 50 experimenté un tiempo largo de aburrimiento, pues de repente se volvió muy lineal y lenta. Hasta que llegan los Soul Train Music Awards de 1989, cuando conoce al que será su marido, Bobby Brown. A partir de este momento la película retorna a la acción y te mantiene expectante y atenta. En 1989 el premio a la mejor voz femenina de los  Soul Train Music Awards no se lo llevó ella, se fue para Janet Jackson. Aunque posteriormente en total Whitney ganaría hasta en ocho ocasiones esta nominación en el mismo premio a lo largo de su vida profesional. 




     Se casaron el 18/07/1992


La película está llena de referencias culturales de mediados de los 80 y de los años 90 (Dolly Parton, entre muchas). Fue muy emocionante, por ejemplo, poder asistir, a través de la gran pantalla, al concierto en homenaje a Nelson Mandela en Sudáfrica en 1994.

La vida de Whitney estuvo siempre empañada por los hombres de su vida, empezando por su propio padre, quien abusó de los ingresos de Whitney y le produjo un grave perjuicio económico malgastando sus millones en prostitutas y en regalos caros para sus amantes. El padre parecía querer solucionar todos los problemas que le causaba a Whitney llamándola princesa. Casi al final de la película hay una escena muy icónica y dolorosa en la que ella le dice que ya nunca más será su princesa, será la princesa de América, pero no la suya. El padre era un maltratador psicológico y no paraba de crear problemas en el hogar familiar, desde que Whitney era pequeña. 

A la madre de Whitney la pintan en la película como una mujer fuerte, luchadora, profesional de la música y cantante y que le inculcó a su hija el amor por la música.

<< ¡Canta con la cabeza, el pecho y las tripas, hija!>> Le decía siempre para que diera todo al cien por cien y sintiera cuanto hacía. 

¡Y vaya que si lo sentía! Es increíble escucharla cantar y ver cómo sentía la música en cada célula de su ser. La actriz que da vida a Whitney lo hizo muy bien. Si bien he de decir que Whitney era muchísimo más guapa que la actriz que la interpreta: Naomi Ackie. 




El ritmo de vida tan frenético que llevaba sumado al vacío tan profundo que ella sentía por no vivir su vida sino la vida que los demás le marcaban que viviera le hizo caer en las drogas, el alcohol... Su marido, drogadicto, fue quien la enganchó a la cocaína. Bobby, además, era maltratador. Cuando se conocieron no eran dos ilustres desconocidos ni siquiera dos aspirantes a estrella. Gracias a su álbum Don’t be cruel, Brown era el artista más vendido del momento. Había acrecentado en varios ceros su cuenta bancaria, lo que le permitió darse algunos gustos como aumentar su colección de Rolls Royce y comprar una mansión en Atlanta por 2,2 millones de dólares.

A Whitney tampoco le iba mal. En 1985, con 22 años, su álbum Whitney Houston la convirtió en el debut más exitoso en ventas de un intérprete solista. Dos años después ya había logrado meter siete de sus temas como número uno en Estados Unidos. Pese a su éxito, en la comunidad afroamericana la artista era resistida. “Cuando salí por primera vez, los afroamericanos sintieron ‘nos pertenece’”, reflexionaba. “Y de repente llegó el gran éxito y sintieron que ya no era de ellos, que no estaba a su alcance. Parecía que me estaba haciendo más accesible para los blancos, pero no era así”. En algunos “paladares duros”, Whitney era percibida como un producto de marketing, una versión edulcorada y amistosa que tranquilizaba pero no representaba a su comunidad ni a sus problemas.

Bobby, en cambio, llenaba todos los casilleros del estereotipo de “chico malo”. No había cumplido diez años cuando ya tenía una banda llamada Rythm and Blues New Edition. Con el grupo alcanzó varios éxitos pero los expulsaron por abuso de drogas y “comportamiento lascivo en el escenario”. Se lanzó en solitario y en 1988 su segundo álbum vendió 12 millones de copias. Todos estaban fascinados con ese músico que contaba que de adolescente le metieron un tiro en la rodilla por intentar seducir a una chica con novio, a los 23 ya tenía tres hijos y un affaire con Janet Jackson y otro con Madonna.

En 1991, Whitney filmó El guardaespaldas junto a Kevin Costner e hizo de “I will always love you” uno de los clásicos románticos del siglo. El éxito la arropaba pero sus adicciones se empezaban a notar. En 1994 llegó dos horas tarde a la gala de la Casa Blanca en la que tenía que participar. Poco después, sufrió una sobredosis durante el rodaje de Esperando un respiro. Más tarde le confesaría a Oprah Winfrey en una famosa entrevista que su dependencia de las sustancias había escalado después del nacimiento de su única hija, Bobbi Kristina, en 1993 (tras perder un embarazo en la filmación de El guardaespaldas): “Pasaba los días y las noches drogándome con Bobby, mirando televisión. Estuve siete meses sin sacarme el pijama…”.



En 1996, para el lanzamiento de La mujer del predicador, con Denzel Washington, tomaba cocaína todos los días. Por entonces, Bobby fue a la cárcel por manejar alcoholizado. En el 97, de vacaciones en la isla de Capri, los paparazzi la fotografiaron con una venda en la cara a la salida de un hospital, donde le dieron dos puntos en la mejilla. Whitney dijo que se cortó al chocar con una roca mientras nadaba, pero su representante dio otra versión. Los medios entendieron que había sido golpeada por Brown. Años después y ya divorciada, admitió que Bobby Brown le pegó.

La espiral autodestructiva no terminaba. En 1999, Houston canceló cinco conciertos. En 2000 a la pareja le encontraron marihuana en el aeropuerto de Hawai, lograron subir al avión antes de que llegara la policía. En marzo de ese año, Houston iba a cantar “Somewhere over the rainbow” en los Oscars, pero en el ensayo se mostró desorientada y no logró acordarse de la letra, por lo que la eliminaron de la programación. El estado de Bobby no era tampoco el mejor. La esperaba en la primera fila, alcoholizado. Meses después Brown pasaba 65 días en la cárcel por violar su libertad condicional tras la condena por conducir ebrio en 1996.


Ambos tuvieron a una preciosa hija, BobbI Kristina y, aunque no se cuente en la película, tuvo el mismo triste final que su madre, calcado, exactamente igual, solo que su madre a la edad de 48 años y la pequeña a la temprana edad de 22 añitos. 

Te invito a ver la película para que puedas entender por qué digo que no hay que vivir satisfaciendo a los demás sino a nosotros/as mismos/as. Estoy segura de que si Whitney hubiera seguido con el verdadero amor de su vida, Robyn Crowford, aún estaría con vida y su historia hubiera sido otra. 

Les dejo por aquí con este link a Spotify con su adorable música 

 https://open.spotify.com/track/6LOpveSmYGW6S0x69fSuEF?si=c983ce55190b4b43


Y por aquí con este vídeo que encontré en YouTube de un momento que también se detalla en la película (como les digo está llena de referencias culturales importantes de la década de los 90)


Atención a la sencillez de su vestimenta: Un chándal y su pelo recogido en una diadema. América y el mundo enteros vibraron con su potente chorro de voz. 





lunes, 23 de enero de 2023

NO ET MOI

 

No et moi

 

Resumen en español de mis impresiones de esta bella novela corta sobre temas de candente actualidad, tales como la desigualdad social, la pobreza, la crisis migratoria y la presión poblacional en las grandes urbes europeas, sobre todo en París donde acontece esta historia.

 

Hay una frase de una de las protagonistas, de Lou que es quien narra la historia, la pequeña de trece años que es superdotada y no solo intelectualmente, también emocional y en relación a su sensibilidad hiper dotada que le hace poder descifrar muchos aspectos, emociones, sentimientos y sesgos en las otras personas que, para la mayoría de los mortales, pasan desapercibidas. Pues bien, la frase es la siguiente:

 

<<Depuis deux ou trois ans, les campements se sont multipliés, il y en a partout, tout autour, surtout à l’est de Paris. J’ai pensé c’est ainsi que sont les choses. Les choses contre lesquelles on ne peut rien. On est capable d’ériger des gratte-ciel de six cents mètres de haut, de construire des hôtels sous-marins et des îles artificielles en forme de palmiers, on est capable d’inventer des matériaux de construction « intelligents » qui absorbent les polluants atmosphériques organiques et inorganiques, on est capable de créer des aspirateurs autonomes et des lampes qui s’allument toutes seules quand on rentre chez soi. On est capable de laisser des gens vivre au bord du périphérique >>.

Traduzco :

<<Desde hace dos o tres años, los campamentos se han multiplicado, hay por todas partes, por todo alrededor, sobre todo al este de París. Pensé que así eran las cosas. Cosas contra las que no podemos hacer nada. Somos capaces de erguir rascacielos de 600 metros de altura, de construir hoteles submarinos e islas artificiales en forma de palmeras, capaces de inventar materiales de construcción «inteligentes» que absorben los contaminantes orgánicos del aire e inorgánicos, capaces de crear aspiradores autónomos y lámparas que se encienden solas cuando llegas a casa. Somos capaces de dejar a gente que viva al borde de la periferia>>.

 

¡Es verdad! ¿Cómo podemos considerarnos una civilización avanzada si tres cuartas partes de la población mundial siguen siendo pobres?

Lou no es una niña corriente por muchos motivos. Por un lado, es superdotada y, a pesar de sus trece años, va dos cursos por delante en el colegio; y por el otro, no le gusta relacionarse con la gente. No tiene amigos ni tampoco le preocupa demasiado. Sin embargo, su vida cambia cuando, para un trabajo del colegio, comienza a investigar sobre el problema de los indigentes juveniles que atestan las calles de su ciudad, París.

Así es como, de la noche a la mañana, esta niña se adentra en un mundo muy distinto al que está acostumbrada -feo, gris y lleno de basura- y conoce a No, una mendiga de dieciocho años que malvive en la calle y que cada noche tiene que buscar algún techo bajo el que cobijarse. Poco a poco, comienza a gestarse una extraña relación entre estas dos muchachas tan dispares y, antes de que se den cuenta, sus vidas, hasta entonces completamente desconectadas, terminan encontrando el vínculo ideal para enfrentarse al mundo juntas…

A partir de esta premisa, Delphine de Vigan, autora de otras tres novelas, aborda el serio problema de la pobreza que asola París sin dejar de lado en ningún momento las dudas y sentimientos lógicos de una chica de 13 años. Y es que, al hacer de Lou una niña superdotada, consigue transmitir al lector todas las inquietudes de una mujer adulta sin que chirríen demasiado sus teorías mientras ofrece las emociones y sentimientos infantiles de quien está empezando a dar los primeros pasos en la vida real.

La novela está narrada en primera persona desde el punto de vista de Lou, y aunque también hay diálogos, la mayor parte de ella son los múltiples y variados razonamientos que la niña va hilando según la realidad que se va tejiendo en consecuencia a sus acciones. En cuanto a los personajes, como siempre sucede en estas historias, sus protagonistas eclipsan al resto del reparto, aunque no podemos dejar de destacar a la pintoresca y bondadosa familia de la niña, a algunos de los mendigos, o al chico de la historia, Lucas, que, si bien a duras penas pueden competir con el protagonismo de No y Lou, esgrimen unas voces claras y diferentes que aderezan el relato.

‘No y yo’ es un buen ejemplo de libro no sólo para adultos dado que cualquier joven puede disfrutar y aprender de él tanto o más que el público al que, en principio, parece dirigida esta novela. No sólo por la edad de sus protagonistas, sino también por todas las situaciones propias de la edad que se producen y las mil teorías sobre esa otra cara del mundo que pocos conocen y que de Vigan va exponiendo en boca de Lou y de No.

Una novela que, sin dejar de ser a ratos bastante dura, emociona y entretiene a partes iguales, que se lee con facilidad y que te deja una amarga sensación de culpabilidad una vez la terminas. Porque yo esta noche dormiré calentita en mi cama bajo un techo y habiendo comido más de una vez al día, mientras muchas personas se mueren de frío y hambre en las calles y no hacemos nada por cambiar la situación.

Como última nota, y sin ser spoiler del libro, quisiera recalcar el impacto que tiene la presencia de No, no solo en la vida de Lou sino también en su madre, sumida en el dolor por la muerte de su bebé y en un bucle de depresiones a causa de tal sufrimiento. No, simboliza un jarro de agua fresca, un abrazo de ese hijo perdido a través de la presencia reconfortante de No.









domingo, 22 de enero de 2023

Lugares que nos contienen

Hay lugares de los que no te quieres ir nunca y una parte de tu alma se queda por siempre clavada en ellos. 

En mi caso, a mis 43 años (porque puede que más adelante sea otro sitio u otros lugares), continúa siendo La Laguna: el Camino Largo, el Café 7, el Café Época, la arepera Daute con su camarero Juan (¡qué gran amistad hicimos y qué suerte haberte tenido de hermano mayor para quitarme de encima a los pesados de la noche en La Jarra y aledaños!) — ¡las mejores arepas de reina pepiada y los mejores batidos de papaya del mundo! —, la frutería de la esquina —donde tanto lloré de tristeza en mi despedida—, la biblioteca de CajaCanarias, donde pasaba tantas tardes estudiando y donde tuve el honor de conocer a D. M----el (ya fallecido), un señor que vivía en la calle porque llegó a la vejez perdiendo absolutamente todo lo que tenía por una estafa acometida por sus propios hijos cuando se quedó viudo (y nadie le ayudó a salir de esa situación, ni el gobierno, ni los bancos, ni nadie). Dormía en la calle, pero cada tarde iba a la biblioteca a leer cuanto cayera en sus manos. Yo, siempre que podía, le traía la cena, pero se la ofrecía sin que nadie se percatara, pues si algo era D. M----el era orgulloso y no quería que se le compadeciera ni se le diera limosna alguna. Era habitual verle en los contenedores de basura de la calle Seis de diciembre, los situados frente al Mercadona, buscando comida — muchas veces el Mercadona tiraba paquetes enteros de comida que había caducado el mismo día y, básicamente, eso era lo que él buscaba para tener algo que echarse a la boca—. 

Los atardeceres de jueves de lectura de obras cortas literarias y poemas en El Café Época y toda la gente interesante que conocí en él. El olor a café y tarta de chocolate (¡la mejor de La Laguna!), fusionado con el placer de escuchar las letras de otros/as o de que escucharan las mías. El frío intenso a la salida del café y la emoción que se generaba si llovía a cántaros y teníamos que acudir prestos a refugiarnos a nuestros hogares, pisos compartidos de universitarios/as. Fue una de las etapas más bonitas de mi vida, la otra (y más importante aún, aunque aconteciera después) fue cuando tuve a mi hijo, los primeros años en que era un bebé fue una etapa preciosa. Y otros lugares en que mi alma se quedó clavada como una estaca fueron: el parque infantil de Puerto de Santiago, la playa de Los Gigantes donde mi hijo dio sus primeros pasos y gateó por primera vez, la plaza de Los Gigantes donde aprendió a montar en bici e hizo su primera panda de amigos, sus amigos en la actualidad. No puedo olvidar las salas de cine del centro comercial Gran Sur, hoy en día llamado X Sur. Donde tantas tardes felices pasamos mi hijo y yo viendo películas. Los dos amamos el cine y este siempre será nuestro punto de encuentro, tengamos la edad que tengamos los dos, pues adoramos el séptimo arte. ¡Me siento orgullosa de haberle inculcado a mi hijo esta pasión por el cine! Su primera película fue con tres añitos, ¡nunca lo olvidaré!, fue 'El ratoncito Pérez', luego vinieron muchas más, incluso la primera parte de Avatar, que duró más de tres horas y él, aun siendo tan pequeño, la vio con máxima concentración y emoción de principio a fin. 


Por suerte, mi hijo y yo tenemos parajes comunes en nuestra memoria emocional, refugios de bienestar y paz a los que siempre debemos volver cuando, inevitablemente por la condición de humanos, nos sobrevengan altibajos en nuestras vidas. 

Es por eso que, a veces, preciso darme una vuelta por La Laguna, respirar el aire que tanto me hizo crecer espiritualmente en su día y recuperar en mi memoria sensorial todas las emociones que en esa bohemia ciudad dejé ancladas por siempre. 


















Diploma de honor de la Alianza mundial de poetas y escritores

 Esta semana tuve la agradable sorpresa de ser galardonada con el diploma de honor de las letras por la Alianza mundial de poetas y escritores de lengua hispana, con sede en Venezuela. 


Les dejo por aquí el diploma, que contiene toda la emoción del momento en que lo recibí. 





 La siguiente edición de 'Benazir' vendrá con esta nota desde la editorial @editorialcirculorojo

Es necesaria una advertencia sobre el juego de palabras contenido en la contraportada.
<< Antes que nada, gracias por haber tenido la iniciativa de querer adentrarte en esta lectura.
Debo advertirte de que en la contraportada hay un juego de palabras, entre acervo cultural y el acerbo sabor de boca que, precisamente la primera, puede dejar a quien hace el esfuerzo de integrarse en una cultura que no es la suya.
Porque la integración no es solo cosa de quien viene de un país extranjero, es cosa de dos: de quien viene y de quien les acoge. Entender esto es el primer paso para políticas de integración eficaces.
Si quieres comentar algo, la autora estará encantada de recibir tus mensajes a info@ananayragorrin.com ¡Gracias!>>.






domingo, 15 de enero de 2023

Domingo apacible de no invierno

 Hoy es un domingo apacible de un tibio día de no invierno (como siempre en Los Gigantes). El sol luce espléndido, aunque no quema como en verano, y el mar invita a darse un chapuzón.

El viernes por la noche me reuní con unas amigas y tomamos unas copas, ¡lo pasamos genial en el bar  latino de una amiga! Al día siguiente, sábado, fui por la mañana con mi hijo al gimnasio y luego nos quedamos paseando por el mercado de los sábados, compramos un par de cosas, regresamos, almorzamos en familia y por la tarde me dediqué a no hacer absolutamente nada: ver televisión y dormir una larga siesta. Luego, fui a caminar con mi perro hasta Playa de la Arena y anoche me quedé despierta hasta las tres de la madrugada, leyendo y viendo películas en Filmin: la chilena '1976' que tan bien retrata los horrores de la dictadura de Pinochet y 'Burning', basada en uno de los libros de mi adorado escritor japonés Murakami, a quien descubrí gracias al Club de lectores de mi municipio: Santiago del Teide. 



Y de esto quería hablarles... El único libro que he leído de este autor ha sido 'Baila, baila, baila' que, al parecer, es el último de una trilogía, aunque no afecta para nada si solo te lees uno de ellos, da igual el orden. No obstante, como quisiera leer sus libros por orden recomendado, lo he buscado por internet y he dado con esta página que voy a dejar por aquí porque me parece muy interesante

https://www.esquire.com/es/actualidad/libros/a23776016/haruki-murakami-mejores-libros/

Me he propuesto tener una biblioteca de este autor (tengo que comprar una estantería para mi habitación para estos libros). Por ahora empezaré por comprar un libro cada mes, empezando este enero de 2023. Así, estoy a la espera de que me llegue a casa 'Tokio Blues' y empezar a leerlo. 


En francés, aún estoy con 'No et moi', en cuanto lo acabe empezaré con 'Le voleur d'ombres' de Marc Levy. 




Mi objetivo es leer dos libros en español y dos libros en francés cada mes. Tokio Blues tiene 348 páginas, no sé si me llegará a tiempo para leerlo en este mes de enero, pero debería ser mi segunda lectura en español. La primera fue 'Matar a un ruiseñor'. 

En 2022 no llevé inventario de los libros que me fui leyendo, no quiero cometer el mismo error este año, pues este es un buen método para, pasados los años, volver a repasar lo que has leído y hacer memoria de tramas, argumentos, personajes,...

Mi sexta novela sigue en escaleta, este año no voy a publicar nada, así que tengo tiempo para centrarme en ella y cocinarla a fuego lento hasta el 2024 en que espero volver a publicar. 

En este 2023 tengo un proyecto muy interesante en Francia y espero poderlo materializar, si Dios lo permite. ¡Ya lo descubrirán a su debido tiempo! 




Mi plan de hoy es acabar de leer 'No et moi'. ¡Ya escribiré un post al respecto! 


Saludos y abrazos desde Tenerife. 








domingo, 8 de enero de 2023

'Matar a un ruiseñor' de Harper Lee.

 Aunque parezca mentira, nunca me había leído este premio Pulitzer de 1961, ambientado en la Alabama de los años 30 en la que el racismo estaba tan presente, como en todo EEUU y el mundo por desgracia. De hecho, la autora (según se lee en la primera página de la novela) se inspiró en un hecho similar acaecido en 1931 en Scottboro, localidad vecina a Monroeville donde nació la autora, Harper Lee. 

 Fotografía de la autora, Harper Lee.




 La novela se desarrolla en los años de la Gran Depresión, en una ciudad sureña de los Estados Unidos, Maycomb. Un hombre negro es acusado de violar a una mujer blanca. Pese a no existir pruebas el hombre es inculpado y nadie quiere defenderlo. Nadie excepto Atticus, quien tras las primeras investigaciones no duda de la inocencia del hombre y quiere llegar al fondo del asunto perverso que lo sustenta. 

La narración es deliciosa, tan rica en diálogos que paulatinamente te vas tejiendo la historia en tu mente como si estuvieras viendo una película. La narradora omnipresente es a la vez narradora protagonista a través de la niña Scout, que es como la apoda su hermano Jem, una simpática y espabilada chavala a la que describen con pelo corto "a lo garçon". Jem y Scout (cuyo nombre real en la obra, según la contraportada del libro, es Jean Louise Finch), tienen como padre al abogado Atticus Finch, interpretado en el cine por el formidable actor californiano Gregory Peck, nominado con el Óscar al mejor actor por dar vida a Atticus en esta tierna historia donde tiene la difícil misiva de defender a Tom Robinson, el ciudadano de etnia negra. La sociedad del momento está dominada por los prejuicios raciales, la desconfianza hacia lo diferente, la rigidez de los vínculos familiares y vecinales, así como por un sistema judicial sin apenas garantías para la población de color. 

Gregory Peck falleció en 2003 a la edad de 87 años. Sin duda, creo que puedo decir sin miedo a equivocarme que es uno de los rostros más populares del cine made in USA.  


Ayer terminé de leerme la novela y hoy he visto en Amazon Prime la película, de dos horas y nueve minutos de duración y bastante fiel a la obra de Harper Lee. Obviamente, todo acontece muy rápido en la película y omite muchas escenas a las que, a lo largo de la lectura del libro, uno/a tal vez le da mucha importancia y que no aparecen en la película. No obstante, son detalles que a ojo de alguien que escribe no pasan desapercibido, pero no son importantes para la trama ni argumento de la película. 

¿Quién fue Harper Lee? En Wikipedia leemos:

<< Nelle Harper Lee (Monroeville, Alabama, 28 de abril de 1926-Ib., 19 de febrero de 2016) fue una escritora estadounidense conocida por su novela Matar un ruiseñor (To Kill a Mockingbird, 1960), obra ganadora del Premio Pulitzer, y que fue su única obra publicada durante 55 años hasta la publicación en 2015 de Ve y pon un centinela (Go, Set a Watchman), pero que fue escrita con anterioridad por la autora (a mediados de los años cincuenta) y que es en realidad el primer borrador de su primera novela.1

Su novela Matar un ruiseñor fue llevada al cine con el título homónimo en 1962 por Robert Mulligan y protagonizada por Gregory Peck en el papel de Atticus Finch y Mary Badham como Jean Louise "Scout" Finch, siendo candidata a ocho premios Óscar (entre ellos mejor película y mejor director) y galardonada con tres: actor protagonista (Gregory Peck), guion adaptado (Horton Foote) y dirección artística en blanco y negro (Henry Bumstead, Alexander Golitzen y Oliver Emert) >>.


Es decir, que en su vida solo escribió dos novelas, suficientes para vivir de ello toda su vida, ella nunca se casó ni tuvo hijos, como así leemos también en Wikipedia:


 << Harper Lee nació el 28 de abril de 1926 en Monroeville (Alabama), un pequeño pueblo del sur de Estados Unidos de solo 6500 habitantes y era empleada del departamento de reservas de una aerolínea hasta su llegada al mundo de la literatura.

Al igual que el escritor J. D. Salinger, (autor de 'El guardián entre el centeno', libro que me fascinó y que tengo pendiente volver a leerme pues me enamoró cuando lo hice en mi adolescencia). Harper Lee no concedía entrevistas y vivió retirada en su localidad natal tras haber publicado una única novela, aunque el 5 de noviembre de 2007 (a los 81 años) viajó a Washington para recibir de manos del presidente de EE. UU. George W. Bush en la Casa Blanca la "Medalla Presidencial de la Libertad".

En febrero de 2015 la editorial de Lee, Harper Collins, anunció la publicación de la secuela de Matar un ruiseñor, titulada Ve y pon un centinela (Go, Set a Watchman), que se publicó el 14 de julio de 2015.2

La autora falleció mientras dormía el 19 de febrero de 2016 a los 89 años en una residencia de ancianos llamada "The Meadows" de su ciudad natal, Monroeville (Alabama), según informó su sobrino.34​ Harper Lee nunca se casó ni tuvo hijos>>.


Tuvo una existencia tranquila, apacible y dedicada a la contemplación y la escritura. Quiero pensar que fue una persona tremendamente feliz y que nos dejó un legado perpetuo a la Humanidad con un mensaje precioso en su obra. 


Atticus es un hombre formidable, un personaje perfectamente definido y narrado: íntegro, disciplinado, padre entregado, honesto, trabajador, humilde, el mejor referente que sus hijos pudieron tener. ¡Hay que ser como Atticus en esta vida!  



¡No hay que matar a los ruiseñores! Vivir con gente que es diferente, que proviene de culturas, patrones educativos, etnias,..., diferentes, es todo un desafío, pero hay que saber convivir y vivir en paz. 

Esta escena que aquí les plasmo extraída de YouTube se describe tal cual en la novela. Es maravilloso cuando la gran pantalla respeta la obra original de la escritora/el escritor. 

Les animo a leer la novela, ¡disfrutarán tanto que les dará pena cuando la acaben! 

Sin lugar a dudas volveré a leerla en algún punto de mi vida. Igual que muchas obras que he releído a lo largo de los años porque son tan exquisitas que no se pueden saborear solo una vez en la vida. 

¡Lean, consuman cultura, sean felices y hagan felices a quienes les rodean! 



En Los Gigantes, a domingo 8 de enero de 2023.