Viví desde mis 18 años hasta mis 23 años en La Laguna y soy de Los Gigantes. Puedo comparar con conocimiento de causa los contrastes que hay entre mi ciudad favorita de Tenerife y mi pueblo natal, para mí el más bello de Tenerife.
La gente del Sur es, a parte de más morena (aunque no en mi caso, que soy de piel trigueña tirando a blanco peninsular), más extrovertida, espontánea y desinhibida. La gente del norte debido a que a penas tienen días de sol durante el invierno suelen tener la tez pálida (aunque hay nítidas excepciones, como un bello lagunero que conozco y que es más moreno que yo), ser más introvertidos, nada espontáneos y poco desinhibidos (al menos la mayoría), son más correctos y diplomáticos. En el sur la gente, tal vez por el ambiente de sol, playa y diversión constante, suelen vivir improvisando todo.
La gente del norte es más comedida y educada, la del sur es como el agua clara. No te sorprendas si vas conduciendo y en una intersección te quedas mirando a alguien por inercia y te devuelve la mirada en tono desafiante, como si de repente te sumergieras en un Western americano y sólo faltara por pasar la pelusa gigante del desierto al fondo de las dos personas que protagonizan un duelo de miradas desafiantes. Es así, en el sur la gente tiene la sangre caliente y somos como decimos en Canarias de mecha corta, saltando a la yugular en menos de nada si nos sentimos atacados.
Más allá de las diferencias por el clima, los acerbos culturales también son muy distintos. Por ejemplo, en el norte todo el mundo tiene la Universidad cerca o relativamente cerca. No tienen que abandonar el domicilio familiar con 18 años para irse al otro extremo de la isla a estudiar. Algo que también tienen que hacer, en igualdad de condiciones, los habitantes de las islas menores. Este simple hecho hace que los jóvenes de esa edad (18-19 años) sean más espabilados en el sur que en el norte. Porque los del sur salen de su entorno familiar de seguridad, control y protección y se adentran en una vida independiente en la que ellos/ellas mismas se han de buscar la vida para tener un plato de comida caliente cuando apriete el gélido invierno de la ciudad universitaria. Mientras que los mismos jóvenes del norte, por ejemplo de La Laguna, siguen viviendo en el domicilio de sus padres y no tienen que preocuparse de nada más que de estudiar.
La gente del sur es más bravucona para algunas cosas, aunque los del norte nos ganen en modales. Incluso en el modo de vestir, debido al clima hay diferencias sustanciales. Por ejemplo, si paseas por la Avenida Trinidad de La Laguna cualquier tarde verás a jóvenes muy bien vestidos, muchos al estilo hipster, otros tantos siguiendo las pautas de las tribus urbanas a las que pertenecen pero con una estética norteña muy marcada. En el sur todos/as vamos en cholas o sandalias, camisas de asillas y faldas (cortas o largas) o pantalones cortos las chicas y bañadores de bermuda los chicos. Yo creo que la ropa de invierno viste más que la de verano, es más elegante.
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Chicos del norte. |
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Chica del norte. |
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Gente del sur. |
Más allá de las diferencias superficiales y logísticas. Está claro que hoy en día tanto los del norte como los del sur tenemos que enfrentarnos a las mismas situaciones y problemas derivados de nuestra sociedad actual. Luchar por tener un puesto de trabajo y preservarlo, luchar por sacar adelante nuestros proyectos y nuestras familias. Hoy en día tanto si eres del norte como del sur, debes acostumbrarte a vivir improvisando. Y, aunque el norte y el sur nos formen en una mentalidad y acerbo culturales diferentes, sendos extremos isleños hemos de saber preservar la esencia de la supervivencia canaria desde las remotas décadas de las hambrunas en Canarias. Hemos de dejar aspectos negativos de nuestra sociedad, tales como el machismo, detrás en pro de la igualdad inter-géneros (que no hembrismo) e imitar al canario de antaño en su empeño de salir adelante pese a la dureza de la situación.