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sábado, 25 de febrero de 2017

NUESTRAS CENAS

 Mi casa, desde el 21 de enero, es más hogar desde que la presencia de mi adorado Sergio nos cobija.

Las cenas han tomado otro carisma, cenas a tres y con Mak echado debajo de la mesa con su cabeza apoyada en los pies del alfa de la casa. ¡¡Cuánto te quiere nuestro perrito!! Cenar mientras conversamos de nuestras jornadas diarias. Bebiéndome tu mirada sorbo a sorbo, entrelazando mis manos a las tuyas de vez en cuando y sintiendo el latir de mi corazón cerca del tuyo, acompasados a dúo. Escuchando las ocurrencias de Nayar y riéndonos juntos.




 Contigo he descubierto el placer de cenar con un poquito de vino tinto, el culito de una copa de vino a diario como mandan los médicos canarios.




 Y se me nota en el rostro la felicidad de estos momentos. Mi cabello brilla con fuerza, mi piel está como hacía tiempo que no me la veía (y eso que sigo sin gastarme un céntimo en cremas - lo sé, a mis 37 años ya debería-) y el blanco de mis ojos está más blanco y brillante que nunca.



 ¿Saben lo beneficioso que es para la salud cenar con un poco de vino tinto? Y más si es en el calor de tu hogar junto a tus seres queridos, el beneficio se multiplica por mil. Les dejo aquí un texto que encontré por internet en relación a los beneficios del vino tinto:


 1. Reduce el riesgo cardíaco
Un estudio de la Universidad de Harvard reveló que las personas que toman vino tienen un 30% menos de probabilidades de sufrir un ataque cardíaco. Además, ayuda a fortalecer las arterías y reduce el riesgo de que se obstruyan.

2. Es antibacteriano
Combate las bacterias tomando vino rojo o blanco. Si quieres reducir las bacterias que se encuentran en los alimentos durante tu digestión, es mejor que empieces a consumir un poco de vino durante tus comidas.

3. Retrasa el envejecimiento
Combate el envejecimiento de las células bebiendo un poco más de vino. Además es una forma de evitar los problemas de memoria.

4. Rico en minerales
El vino aporta minerales como: litio (equilibrando el sistema nervioso), magnesio (reduce el estrés), zinc (mejora las defensas inmunitarias), potasio y calcio (equilibrio iónico y eléctrico).

5. Fortalece los huesos
Con dos dosis de vino podrás combatir la reducción ósea. Si quieres tener unos huesos más fuertes, el vino es el mejor aliado. Recuerda que solo es cuestión de tomarlo con moderación.

6. Reduce el colesterol
El vino ayuda a reducir el colesterol  malo e incrementar el colesterol bueno. Como consecuencia esto hace que goces de una buena salud cardiovascular.
Especialistas recomiendan beber el vino tinto y no el blanco porque mayores beneficios se han podido comprobar con el vino tinto.

7. Disminuye las posibilidades del cáncer de colon
Un estudio de Stony Brook University señaló que el consumo moderado y constante de vino, en especial del rojo, reduce el riesgo de sufrir de cáncer hasta un 45%.

8. Previene la demencia
Las mujeres entre 70 y 80 años que toman un vaso de vino tinto a diario han demostrado que tienen menos probabilidad de sufrir demencia.

9. Disminuye hemorroides y várices
No solo el agua ayuda a combatir la aparición de las hemorroides y várices, el vino también es un buen aliado para que no aparezcan.

10. Evita infecciones urinarias
Si constantemente sufres de infecciones urinarias, es mejor que vayas incluyendo un poco de vino a tu alimentación diaria, pues, se ha comprobado que ayuda a combatir este mal.


¡Disfruten de los pequeños placeres de la vida porque son los más grandes!!






jueves, 9 de febrero de 2017

A MI ALMA GEMELA...

 Desnuda mis miedos, desabrocha mis pasiones. Despacio, muy despacio. 

 Entrégame tu fuerza, tu energía y el soplo de tu espíritu.

 Déjame perderme en tus ojos amazighs, casi del color de la miel y con un fondo grisáceo en el borde del iris derecho. En silencio, simplemente, clavar mis pupilas en las tuyas y nutrir mi espíritu de la sensualidad de tu mirada. 




 Porque lo mejor en esta vida nunca ha estado planeado, has llegado a mi vida como aire fresco oxigenando cada espacio. 

 Me haces cuestionarlo todo. Me sitúas en el origen de mi esencia. Me impulsas a volar sin miedo, pese a que no sea muy racional lo que planeo. Alimentas mi fuego ariano desde lo más recóndito de tu astro Leo. 

 Y siento tu presencia, leonina y protectora, en cada paso que doy. Me dejas ser yo misma. Aceptas mi caos y lo conviertes en la más perfecta de las armonías. 



  ¡Me aportas tanto! No creía en las otras mitades ni en las almas gemelas. ¡Hasta que apareciste tú! Amigo de antes, confidente de siempre, amor de mi vida desde el 21 de enero de este año que con tanta energía ha empezado. 




¿Sabes lo difícil que era que yo me enamorara? Has derribado a fuerza de amor todas las murallas que rodeaban mi corazón maltratado y herido de muerte. ¡Me has devuelto a la vida!