Cada noche, en cada
hogar, es frecuente, normal y habitual que saquemos la basura que hemos
producido durante el día y la depositemos en su respectivo contenedor.
Esto mismo hemos de
hacer con nuestros pensamientos: tirar la basura mental. Pues nuestros pensamientos
negativos nos conducen a emociones negativas y, por ende, a enfermedades
mentales y físicas.
Pensamientos como: - No
sirvo para esto. – No voy a poder ser capaz. – No me siento útil.
- Mi vida es una
porquería. – No me siento útil. – Me veo feo/a. – Soy un fracasado/a… En
definitiva, el diálogo constante que tenemos con nosotros/as mismos/as, nos
conduce a tener una u otra imagen de nosotros/as mismos/as. Por ello, hay que
cuidar lo que pensamos tanto o más que lo que comemos o lo que hacemos con
nuestro cuerpo y mente.
Cualquier persona, en
cualquier circunstancia, puede ser feliz. Pues la felicidad no nos la da nada
externo a nosotros sino que la generamos nosotros en nuestro foro interno, en
nuestro yo interno.
La actitud que mantengamos en la
vida ante todo es lo que verdaderamente importa. Con una mala actitud NO SE
LLEGA A NINGÚN SITIO, O NO SE LLEGA MUY LEJOS, NUNCA. En cambio, con una
actitud basada en la proactividad (huyendo de ser reactivo) y que es la
capacidad que tienen las personas para generar ideas, acciones y sensaciones
por sí mismo sin necesidad de un referente externo. El proceso educativo
debería dirigirse a conseguir personas proactivas que piensen por sí mismas y
evitar que se eduque en la reactividad, basándose la educación en la repetición
y la obediencia ciega.
YO EDUCO A MI HIJO EN LA
FLEXIBILIDAD y todo lo pacto con él. Quiero que razone todo y si ha de
enfrentarse a mí por algo porque lo ha razonado y piensa que hay un modo mejor
de hacer las cosas de la que yo le he enseñado, pues tiene vía libre para
desarrollar sus ideas. No quiero educarle en un sistema autocrático sino
democrático basado en la flexibilidad de pensamiento y en los pactos. Esto hará
de él un individuo PROACTIVO y no reactivo.
Ser proactivos requiere valentía
y es una muestra de autoestima, significa que no se debe esperar una orden para
actuar cuando nuestra consciencia ya nos ha dicho qué debemos hacer, que no
debemos conformarnos con las ideas preconcebidas que nos dan, sino que debemos
arriesgamos a pensar por nosotros mismos de manera original, significa que no
dependemos del líder para hacer nuestras propias propuestas y que las ensayamos
como un aporte a nuestros grupos y nuestro entorno. Significa desarrollar una
consciencia propia para determinar qué está bien y que nos perjudica,
independientemente de reglamentos o cánones de conducta prefijados. Ser
proactivos es ser consecuentes con nuestros sentimientos y expresarlos cuando
evaluamos que es necesario hacerlo.
Desarrollar la Proactividad es
un llamado a valorar y respetar la individualidad, con sus ventajas y
desventajas, con sus aciertos y equivocaciones. Es una demostración de cuán
responsables estamos dispuestos a ser.
Somos naturalmente proactivos y
reactivos, pero socialmente nos entrenan sólo en la reactividad.
La resiliencia, que es la
capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones
adversas. Más las ganas e ilusión en se pongan en todo son la guinda del
pastel. Marcan la diferencia entre quienes viven en las tinieblas siempre y
quienes son todo luz, alegría y sonrisas a los demás, pese a los problemas que
pudieran tener.
Las personas
reactivas siempre encuentran una excusa magnífica para no hacer lo que tendrían
que hacer.
·
Si no han aprobado el examen dicen “me han
suspendido”. Como si lo hubieran hecho deliberadamente.
·
Si no tienen empleo dicen “no me dan trabajo”. Como si
fuera algo que te dan así sin más.
·
Si no venden dicen “los clientes no quieren comprar”.
Como si estos tuvieran que estar deseando llamarte.
·
Si no le suben el sueldo dicen “llevo diez años
cobrando lo mismo”. Como si no dependiera de ellos poder cobrar más, cambiarse
de empleo o emprender.
Para la
persona reactiva todas las razones de su hipotético fracaso están en el
exterior, las tienen los demás.
La culpa es
del mundo, que no te quiere hacer feliz.
Las personas
proactivas cuentan con muchas ventajas, entre ellas:
·
Se sienten más autorrealizadas porque
consiguen logros gracias a sus esfuerzos personales.
·
Son más valoradas y reconocidas por los
demás porque suelen prestar más ayuda y ser más positivas.
·
Suelen tener mayores ingresos económicos si su
salario depende de su esfuerzo (es una de las razones por las que sugiero
cambios profundos en el sistema de empleo público actual).
·
…
La cuestión
es que la proactividad nos habla de movernos, de no tirar balones fuera, de no
poner excusas.