viernes, 19 de enero de 2024

PLACERES BARATOS

 PLACERES BARATOS


Dicen que los verdaderos placeres en esta vida son gratuitos. 

Y cada uno/a tendrá su peculiar lista. ¡Aquí va la mía!

El primer beso de amor de tu vida y la suave caricia de esos labios que tanto deseaste.

La primera vez que ves la carita de tu hijo, en el momento de su nacimiento. 

•       El aroma a recién nacido/a en la cabecita de tu hijo/a.

La primera vez que escuchas el sonido de la carcajada de tu hijo recién nacido. 

La primera vez que tu hijo/a te llama Mamá / Papá. 

Contemplar y estar presente en los primeros pasos que da tu hijo/a.

Contemplar y estar presente en el primer día de colegio de tu hijo/a.

Contemplar y estar presente en todas y cada una de las funciones escolares de tu hijo/a, aunque hayas tenido que robar el día de tus vacaciones anuales (lo que también significa que has sido lo suficientemente diligente y previsor/a como para saberlo con antelación y coordinarlo con tu empresa).

El recibimiento de tu perro cuando llegas a casa y cada vez que te ve. También, sus lametones espontáneos y sus abrazos (quien tenga un Border Collie sabrá de qué hablo).


Cuando alargas la pierna en la cama, en plena noche estival, y encuentras el frescor de las sábanas de la otra parte, vacía.

También, cuando lo haces y encuentras esa otra pierna con la que entrelazar la tuya en un cruce amoroso de tobillos.

El aroma del café a primera hora de la mañana. La caricia en el rostro de los rayos tibios de sol en una tarde de invierno, y sentirlos con los ojos cerrados de cara al cielo. 

Cuando los cristales de la ventana de tu habitación, cual párpados pesados de unos ojos a punto de caer en un sueño profundo, se llenan de lluvia y el plomizo cielo llora a borbotones sobre los vidrios. Dando lugar a la música maravillosa de la lluvia impactando con las ventanas.


El olor a tierra mojada cuando está lloviendo generosamente. 

El aroma del salitre del mar cuando paseas a orillas de una playa al caer el sol.

• El tacto de los suaves granos de arena volcánica de la playa de mi pueblo. Y caminar descalza en ella cuando ya está fría y el sol no la abrasa. 

El sabor de las cerezas y la dulce turgencia que provoca esta fruta en los labios, justo en el momento en que la partes a la mitad para comértela. Ese tacto sensual en tus labios.


El sabor de las chebakias marroquíes en época de Ramadán, acompañadas del té marroquí servido con su ceremonia tradicional. 

Que tu pareja sexual te abrace fuerte y te bese la frente, momentos después de haber llegado juntos al más profundo e intenso de los orgasmos. 


Comer chocolate y dulces y luego liberarte de la culpa por ello.

Escuchar música mientras conduces y cantar a voz en grito en el coche. 

Escribir. 

Leer.

Ver películas en el cine. 

Ver series coreanas que te dejen el sabor dulce de que aún hay esperanza y de que se puede seguir teniendo fe en la humanidad. 

Estudiar, prepararte un examen y que lo apruebes con buena nota. 

Formarte para hacer bien tu trabajo. 

Preparar cada noche, con mucho amor y entrega, la ropa, los accesorios (pendientes, bolso, etcétera) y el calzado que te vas a poner para ir a trabajar mañana.

Levantarte cada día ilusionada por ir a trabajar. 

Aprender otros idiomas y poder lograr hablar con los nativos de esa lengua, alcanzando un nivel suficiente para ver películas, leer libros y conversar con nativos/as de ese idioma. 

Viajar y conocer otros lugares. 

Hacer nuevos/as amigos/as.

Que te sonría un extraño/una extraña por la calle y tú devolverle la sonrisa. 

Abrazar a un ser querido y decirle lo mucho que le quieres. 

Ser siempre sincero/a, aunque no seas políticamente correcto (sin que esto signifique no manejar bien la comunicación asertiva y/o hacer daño gratuito al otro/ a la otra). 

Tener siempre empatía como filosofía de vida. 

Hacer el bien, siempre, sin mirar a quién. 

Ayudar a los demás. 

Escuchar activamente al otro/ a la otra, sin pretender hablar más que él/que ella (porque a veces no quien más habla, más dice).

Reconocer los errores y pedir perdón por ello. 




En Los Gigantes, a viernes 19 de enero de 2024.

Ana Nayra Gorrín Navarro.














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