LA GUANCHE DE DAUTE (A.NAYRA)

Un lapso de tiempo en paz. Con las rutinas diarias de mis quehaceres como Madre soltera, mi trabajo a media jornada, mis proyectos de este año de Secretariado Jurídico (ya finalizado) y la preparación de inglés para acceder a los exámenes del Consulado Británico mediante Oxford University. Centrada en mis metas y viviendo en tranquilidad cotidiana. Una llamada de teléfono bastó para quebrar mi mundo. Oír su voz fue caer otra vez en un abismo, cual espiral que te atrapa y te sumerge a los fondos oscuros de la nada. Mis nervios a flor de piel, la tensión y el estado de alerta y alarma nuevamente activados. Llevo desde que recibí la llamada sumergida en una especie de sopor. No he podido conciliar el sueño y el miedo se ha apoderado de nuevo de cada una de mis células. La mente bloqueada, los músculos tensos, el cuello dolorido, la mandíbula tensa (hasta el punto de dolerme de la presión), ese dolor clavado en el centro de mi pecho que se extiende hacia la boca del estómago y se m...

KIMBO. Así decidimos llamarlo. Fue un regalo del Padre de mi hijo. Un cachorrito de Rottweiller mestizo con Pastor Alemán. Si bien de cachorro tenía la apariencia de un Rottweiller, a medida que fue creciendo fue tomando rasgos del Pastor Alemán, aunque con el pelaje y la mirada intensa y de ojos color miel del Rottweiller. Yo estaba embarazada. El padre de mi hijo se empeñó en que podíamos cuidar de él y que nos convendría tener un perro en nuestro hogar. Pero todo salió mal. Con mi embarazo no podía hacerme cargo de él, tenía mucha fuerza y me tiraba mucho cuando le paseaba. Yo no estaba en mi mejor momento psicológicamente para tener (y encima por primera vez) un perro de raza grande. Estaba acostumbrada a mi caniche mestiza con maltés, NÉVAR, que vivió 17 años y que fue testigo de los primeros pasos de mi hijo. Pero NÉVAR vivía en la casa de mis Padres. Al final la veía sólo los fines de semana. Ojalá me la hubiera llevado conmigo a nuestro apartamento, pero era una viejita jaqu...

Catarsis emocionales que me llevan a tiempos de introspección y aislamiento. El mismo aislamiento que necesita un Águila Real para surcar el cielo en libertad, escudriñando cada ángulo de todo cuanto cayera en su campo visual. En la más estricta soledad. Doblegar la parte visceral en pro de la espiritual y cognitiva. En unas semanas me adentraré en la consecución de un objetivo académico a realizar. Sólo me importarán mi hijo, mi familia, mi trabajo y mis estudios, en este orden. Mis conflictos emocionales: - La soledad de ser Madre soltera. - Mi pasado, dolores que, a veces, se retuercen en mi corazón y se clavan en él como cristales rotos. - Mis miedos a no lograr cumplir las expectativas que tengo de mí misma. - Mis decepciones con personas que he conocido y que me han hecho construirme una muralla muy gruesa alrededor de mi corazón y confianza en los demás. Incluso haciéndome inferir que mi estado civil ideal es el de estar soltera eternamente. Huyendo con ...