LA GUANCHE DE DAUTE (A.NAYRA)

Cavilaciones, escritos de días cualquiera, algunos poemas , algunas de mis novelas, pensamientos en soledad compartida,...¡VISITA MI WEB! EN WWW.ANANAYRAGORRIN.COM

viernes, 15 de septiembre de 2023

FELICITÁ

Esta canción siempre me hizo sentir feliz, ¡desde niña! Luego, con el tiempo, conocí y establecí vínculos con personas de origen italiano que llenaron mi vida de bellos recuerdos y con quienes viví momentos preciosos llenos de felicidad. Y esta canción tomó aún más fuerza emocional.

Un abrazo muy fuerte al pueblo italiano, creo que el más parecido al canario. ¡Somos pasionales! Hacemos mucho ruido, somos madres mega cariñosas y controladoras de nuestros hijos/as, nos encanta tener a toda la familia o amigos reunidos ante una mesa llena de comida y vino, somos dramáticos, expresivos y, por qué no decirlo, astutos.Desde que te descuides te la liamos en un segundo, como decimos en Canarias: 'En la bajadita te espero', ¡por Dios! Si no lo sabes, cuídate mucho si un canario/a te dice esta frase, porque algo malo le habrás hecho y no va a parar hasta devolvértela, cuando menos lo esperes ni lo veas venir. ¡Como los italianos!




A la que me descuido un poco...

 Vuelvo al normopeso adquirido en 2020 durante la pandemia: 120 kilos. 

Sí, esa terrible cifra de tres dígitos está marcando la balanza de mi baño cuando me subo. Admito que hacía meses que no lo hacía. Sumergida ya en la abulia y habiendo dimitido ya de mi obligación de controlar lo que como, bebo y hago (más bien no hago, pues hace mucho tiempo también que no hago ejercicio). 

¡Estoy de vacaciones! Y no pienso amargarme con estos pensamientos. No obstante, tengo claro que el lunes 25 de septiembre tendré que despertarme muy temprano, meterme en un chándal, calzarme mis tenis, coger mis palos de marcha nórdica y caminar durante 45 minutos desde las 06:10 hasta las 06:55. A las siete llegaré a casa, me haré un café y una picada de fruta varia rociada con cereales integrales, desayunaré, me ducharé y me pondré guapa para ir a trabajar. Aquí, en el tramo horario, será lo más fácil hacer el ayuno (desde las 07:15 hasta las 16:15 no comer nada, son 9 horas de ayuno en su primer round). Luego, al salir del trabajo puedo comer dos huevos duros y alternar un día con atún y tomate, otro día con zanahorias y guisantes, otro día con ensalada y así. Pero siempre dos huevos duros (proteínas) acompañado de alimentos dietéticos y poniendo en el plato 3/4 de verduras o vegetales (tomates, zanahorias, canónigos, espinacas,..., lo que sea). Seguidamente, me pondré en mi escritorio a desempeñar mi segundo trabajo (desde las cinco hasta aproximadamente las ocho), aquí pararé para tomarme una infusión relajante que calme mi ansiedad. Pasearé a mi perro y ya haré higiene mental y dinámica de relajación (cero pantallas, cero móvil, ....) para conciliar el sueño y dormir no antes de las once de la noche, para poder despertarme a las seis al día siguiente. 

Podría combinar con nadar en piscina, tengo que hablar con unos apartamentos que dan day pass a su piscina a ver si me hacen un precio especial comprando un bono para poder ir viernes, sábados y domingos a echar unos largos. Me vendrá muy bien nadar y el agua fría. Y así, poco a poco, debo volver a pesar aunque sea 90 kilos. 

 ¿Saben por qué? Más que nada porque he sucumbido a la presión social. A las miradas de la gente en los ascensores, en los aviones, en los transportes públicos (metro, tranvía....). ¡Es horrible no tener sitio para ti! Sentir que eres más grande que la media de personas, ocupar el doble de espacio del normal. Es como si te condenaran por ocupar más espacio en el mundo.

 No me siento bien pesando tanto, esto está claro. Aunque, sinceramente, cuando me veo en el espejo (será por ese mecanismo de supervivencia que tan activado tiene mi cerebro) no me veo tan fea como cuando me saco fotos (a cuerpo entero no me gusta verme en las fotos). De cara sí me gusto. De hecho, hasta creo que me sienta bien tener la cara tan redonda. Cuando adelgazo mis pómulos (herencia bereber) se marcan mucho y mi nariz (rota y desviada por una lesión antigua) no se ve tan recta como la tengo ahora en que la carnita que hace relleno me la perfila y no se ve tan torcida. 

A decir verdad, si no fuera por la presión social, yo me sentiría como Tess Munster. ¿No saben quién es? Copio y pego de WikiPedia: << Ryann Maegen Holliday, también conocida como Tess Holliday o Tess Munster, es una modelo estadounidense que reside en Los Ángeles. En 2013 fue nombrada por la revista Vogue Italia como una de las seis modelos de tallas grandes más importantes del mundo >>. 










  

jueves, 14 de septiembre de 2023

Segunda quincena de vacaciones anuales.

 Es increíble lo rápido que se va el tiempo cuando uno está de vacaciones. La verdad es que no sé si sale muy a cuenta esto de tener las vacaciones partidas en dos quincenas. Especialmente, cuando quieres viajar al extranjero. 

Ya les contaré, en mis siguientes posts, mis planes en este segundo tramo de vacaciones. Por ahora, estoy descansando y disfrutando de no hacer nada. Aunque ya saben que no sé hacer esto último y siempre estoy metida en algún proyecto, como es el caso. 

He encontrado un trabajo extra como redactora autónoma y esto me tiene entretenida. Veremos si me sale o no rentable y si merece o no la pena dedicarle mis tardes. Que lo mejor de mi trabajo por cuenta ajena es el horario, que a las cuatro de la tarde ya estoy libre. Y el madrugar a una persona como yo, que va con el horario de las gallinas (como buena señora de campo que soy por herencia genética), no me molesta lo más mínimo. Es más, está incluido, como ya les dije, en mi ritmo circadiano. 

Ya llegó septiembre y con él los últimos coletazos del verano. Los niños/as, y no tan niños/as, han vuelto a las clases y las ciudades y pueblos vuelven a la rutina: colas de tráfico, padres aparcados en doble fila para dejar a sus pequeños/as, griterío en los parques y zonas infantiles a la salida del colegio... ¡Dulce cotidianeidad!

Sigo leyéndome el libro uno de 'La muerte del comendador' de Murakami. Y estoy viendo una serie francesa en Netflix, lanzada a la plataforma ayer mismo. La serie es biopic del magnate francés que dio mucho de qué hablar en su momento: Bernard Tapie. Interpretada por el elegante y guapísimo Laurent Lafitte, a quien erróneamente yo le atribuía un origen magrebí, pero buscando en internet al parecer es francés de origen francés. No tiene ni abuelos argelinos, por más que yo le confundiera con un hombre argelino. ¿No tiene rasgos bereberes? En fin... ¡Que me voy por las ramas! La serie me tiene enganchada y es una astuta manera de enriquecer mi vocabulario en francés y abrir más el oído al idioma. 




Que pasen una feliz semana. Yo la pasaré en modo avión, totalmente. 




jueves, 7 de septiembre de 2023

CI de 141

 Hoy me informaron de una web para hacer tests de inteligencia oficiales. Es ésta:


https://ci-training.com/


Mis resultados:


No obstante, ¿de qué me ha servido en la vida? No acabé la carrera de Derecho porque me aburrí y cobro un salario mileurista. 



Juzgado de guardia y Ally McBeal. Las series que me hicieron querer ser abogada.



Y a esa corta edad, 9 años, ya había decidido que todos mis estudios se debían dirigir a la finalidad de ser abogada. Más adelante, esta idea se vio aún más reforzada con la serie Ally McBeal, la que vi hasta ya empezada la carrera de Derecho. 



Me moví por la educación general básica, el bachillerato y el COU con ese objetivo en mi mente: ser esa abogada que se veía en las series americanas. Ahora, con 44 años, me doy cuenta de que no fue una decisión meditada y consciente sino más bien una obsesión. Cuando estaba en el verano previo a entrar en la universidad, el orientador y psicólogo del instituto de Guía de Isora en el que había estudiado, D. Manolo, me llamó en reiteradas ocasiones para convencerme de que me iba a aburrir en los primeros años de la carrera de Derecho y, según él, yo tenía un perfil para carreras de ciencias. No obstante, me había decantado por la opción mixta que combinaba ciencias y letras. Y estaba segura de que quería ser abogada. Por tanto, no le hice caso y hasta me enfadé con él por ser tan insistente. Hoy en día, picando ya la mediana edad, me doy cuenta de que el orientador tenía razón. Me aburrí tanto en Derecho los primeros cursos, que le cogí rabia incluso a los libros.

Nada tenía que ver la carrera con lo que yo creía que iba a ser. Los tres primeros años son demasiado teóricos y las clases de primero y segundo son muy tediosas. Jamás olvidaré el tocho grande y verde del libro de la asignatura de primero, Derecho Natural, que contenía párrafos enteros sin una coma o un punto. Manual que fue duramente criticado por la carrera de Filología hispánica, precisamente por lo que nombro.  

La serie ‘Juzgado de guardia’ fue la sitcom de los años 80, se desarrollaba en los juzgados de Manhattan.

Copio y pego por aquí, extraído de FilmAffinity:


<< Aunque no lo parezca la justicia también se imparte en horas nocturnas, de eso se encarga el estrafalario Harry T. Stone (Harry Anderson, 'Cheers'), un joven juez que se toma su trabajo con mucho humor.

 

Para animar las largas horas de juzgado Harry no duda en sacarse de la manga algún que otro chiste y truco de magia. Y es que si de por sí, con tan solo 33 años es el más joven del juzgado, su comportamiento infantil le hace aparentar aún menos edad.

 

Harrry es un juez justo, pero nada serio, el proceso que sigue en los juicios es tan inusual y extravagante como los casos que entran en el juzgado de guardia. Dictamina sus veredictos con sensatez, pero de una forma original y espontánea que no dejará indiferente a cualquiera de los presentes en el juicio.

En el turno nocturno le acompañan sus ayudantes, el egocéntrico y arrogante fiscal Dan Fielding (John Larroquette, 'Boston Legal') obsesionado con las mujeres, el enorme y poco inteligente guarda Bull Shannon (Richard Moll, 'Scary Movie 2') acompañado de una alguacil y la abogada defensora de turno, en su mayoría la guapa e inocente Christine Sullivan. Y es este personaje el que tanto influenció en mi decisión de querer ser abogada. Una mujer libre, independiente, de ciudad, profesional y para quien su único objetivo día tras día no es ser una excelente ama de casa y madre perfecta, sino una excelente abogada.

Más tarde, mi reloj biológico sonaba bien fuerte, empezó a sonar cuando yo tenía 20 años y a mis 25 mi deseo de ser madre ocupaba toda mi existencia. Veía incompatible ser madre con la profesión de ser abogada. A quienes imaginaba incluso despertándose a altas horas de la madrugada para asistir a su turno de oficio, como ocurría en la serie que adoraba.


Mi realidad fue que nunca acabé Derecho, piqué quinto con el plan de estudios antiguo, el que se seguía en la ULL cuando yo llegué a ella. No obstante, nunca la acabé. Y no porque los acontecimientos de mi vida se impusieran (me quedé embarazada a los 25 años y me enamoré de un hombre que no aprobaba que yo trabajara fuera de casa ni acabara una carrera y a mí en ese momento me vino bien aceptarlo) sino porque, sinceramente, no me dio la santa gana de acabarla. Me había decepcionado tanta formación teórica y, ante todo, ya no lo veía como algo posible de realizar en concordancia con la vida de madre implicada al cien por cien con su hijo y la vida marital con un ciudadano árabe que llevaba.

 

No obstante, una vez más, nada salió como esperaba. Y otra vez los acontecimientos terminaron por imponer un nuevo rumbo en mi vida: el de ser madre soltera. Y aquí ya poco importó la vocación. Tenía que aprender una profesión que me permitiera vivir de ella y sacar adelante a mi hijo yo sola. Estudié contabilidad por el Centro de Estudios Financieros (CEF) y Gestión de Recursos Humanos por la OUC (la Universidad Abierta de Cataluña). Más adelante, sentí nostalgia por la abogacía y estudié Secretariado Jurídico por el Instituto Superior de Derecho y Economía que, conjuntamente al examen de B1_2 de inglés, por Oxford University, me permitían ejercer como paralegal en Reino Unido, pues el título del ISDE conjuntamente al del Oxford University, convalidaba el de paralegal británico. Porque pensé que tal vez, dada mi situación personal (en peligro), tendría que emigrar a UK. La justicia española, por fortuna, fue brillante y al final no tuve que hacer uso de esa opción.

 

En fin, que las profesiones no son lo que pintan las series. Y si estás en ese punto de tu vida en el que has de elegir qué quieres ser, mejor vete a un psicólogo y que te haga un test vocacional y, sobre todo, vete de oyente a las clases de la universidad antes de matricularte en una carrera. Si yo lo hubiera hecho, seguramente me hubiera matriculado en Antropología sociocultural antes que en Derecho.

domingo, 3 de septiembre de 2023

LIBRO 3 DE 1Q84

 

LIBRO 3 DE 1Q84

 

Retoma la historia de los tomos primeros, justo donde lo dejó, pero añadiendo el punto de vista del detective Ushikawa, encargado de investigar a Aomame a petición de la Vanguardia, el grupo espiritual presentado en los libros anteriores. El misterio y el misticismo vuelven a ser los protagonistas en la vida de Tengo y Aomame, que siguen buscándose mutuamente, anhelando dejar de sentirse vacíos y enfrentándose a una realidad bañada por dos lunas, realidad de la que Aomame duda pensando que no es lo que todos perciben.

Cambiar este mundo alternativo y volver al real, salir de 1Q84 para volver al 1984 que conoce, además de afrontar un nuevo cambio vital, será el destino de Aomame en esta historia, mientras que Tengo espera esclarecer la verdad sobre sus progenitores y volver a ver la extraña crisálida del aire salida de la historia de la joven y enigmática Fukaeri. El papel de Ushikawa consiste básicamente en investigar a los protagonistas, algo que cobra relevancia cuando el lector se entera de ciertas cosas que atañen a la trama a través de este personaje.

Desde mi punto de vista el final, aunque brillante, deja demasiados interrogantes sin resolver. Es, a todas luces, un final abierto que queda a la imaginación del lector. No obstante, me hubiera gustado que Murakami concretara algo más los interrogantes que quedaron sin resolver.

 

No obstante, es una lectura que te atrapa de principio a fin, que te hace volar la imaginación y adentrarte en una distopía mágica y vibrante a partes iguales.


Recomiendo encarecidamente su lectura, como me pasa con

 

todos los libros que he leído hasta ahora de Murakami.