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sábado, 8 de noviembre de 2014
JOSÉ LUIS GARAYOA
Ya lo comentaba hace poco en mi estado de facebook: << Lo que nos pasa a uno/a, nos pasa a todos/as. Aunque ese/esa uno/a sea de una remota aldea perdida en África.¡Ésta es la verdadera globalización! >>. Sin embargo, el ébola ha sido únicamente considerado un problema global cuando sus efectos mortales han comenzado a rozar a Occidente. ¿Cuántos niños/as han muerto diariamente por ébola antes de que Europa fijara su atención en ello? Numerosos misioneros se han dejado la vida de manera entregada para luchar contra la enfermedad y para que al menos si no pueden superarla puedan tener una muerte digna. El pasado martes 28 de octubre en uno de mis programas favoritos; EL INTERMEDIO, en La Sexta (de lunes a jueves a las 20:30 en Canarias) se pasaba un vídeo sobre una entrevista a un misionero en África, uno de tantos héroes anónimos que se están jugando la vida por AYUDAR en el epicentro del ébola. Se trata del agustino José Luis Garayoa, un misionero que lleva años en Sierra Leona y que incluso ha llegado a ser secuestrado por defender a los más débiles. José Luis Garayoa, misionero agustino recoleto español, fue secuestrado en 1998 por los rebeldes en guerra civil que asoló Sierra Leona, volvió al país africano el 29 de septiembre de 2005 para trabajar en la misión de Kamabai.
Garayoa explicaba en la entrevista que García Viejo pudo venirse a España pero "decidió trabajar hasta el final", hasta que finalmente se infectó. El ébola, según dice, "es algo más escandaloso" pero, ha contado que lleva "10 años en un lugar donde 4 de cada 10 niños mueren antes de cumplir 5 años", siendo el país con mayor mortalidad en los partos. "El ébola es el invitado de última hora", afirmaba.
Me llamó poderosamente la atención esta frase suya: “¿Por qué cuando un niño o una niña se me mueren yo me tengo que consolar con que me digan: No te lo tomes tan a pecho, aquí la gente está acostumbrada a la muerte. La vida aquí no vale tanto como en Europa? ” D. José Luis dijo en alto y enfadado con sus ojos brillantes, probablemente reteniendo lágrimas: ¿POR QUÉ LA VIDA DE UN NIÑO/A DE SIERRA LEONA VALE MENOS QUE LA DE UN NIÑO/A DE EUROPA?
¿En qué mundo estamos viviendo? ¿Por qué aún en pleno S.XXI nos seguimos matando en guerras de religiones como en la Baja Edad Media y por qué aún sigue existiendo el racismo? Ya no digamos el clasismo y elitismo, las diferencias entre pobres y ricos,… EL SER HUMANO NO HA EVOLUCIONADO NADA, TODO LO CONTRARIO, PARECEMOS INVOLUCIONAR CADA VEZ MÁS.
Continuando con la entrevista al misionero, dijo también: “Nuestro trabajo tiene que centrarse en las necesidades”, por ello, asegura que superponen su trabajo a su propia vida. "Tengo miedo, pero al miedo hay que mirarle a los ojos de frente", añadía.
Amigo de Manuel García Viejo, el misionero que falleció en Madrid por el ébola, Garayoa decía que no vino a hacer turismo humanitario como hacen algunos para hacerse fotos y subirlas a Facebook" y destacó de él su entrega no porque fuera misionero ya que según indicó "tengo un santoral completito de ateos", gente que se ha quedado en África, médicos y enfermeros que siguen jugándose la vida. "Son ateos declarados pero yo les digo...rogad por nosotros". "Manuel es mi amigo y hermano del alma", aseguraba el religioso. "Cuando leo algún comentario en algún medio de comunicación sobre si merece la pena repatriar y gastar el dinero de todos en esto, diría que Manuel es patrimonio de la humanidad, y la gente como él", afirmaba Garayoa exaltando el trabajo que los misioneros realizan en aquellas zonas. Según ha considerado, "este tipo de personas merecen ser cuidadas, porque se están jugando la vida por lo que nadie se la jugaría".
"La mayoría miráis para otro lado", afirmaba Garayoa en relación a la miseria vivida en aquellas zonas de África. "Tenemos los diamantes del mundo, oro y acero, pero se mira hacia otro lado cuando se habla de miseria". (Recuerden la película de Leonardo DiCaprio DIAMANTE DE SANGRE, quien no la haya visto recomiendo encarecidamente que la vea. Verá TIFFANY con otros ojos y, como a mí me pasó, jamás volverá a ver belleza en un diamante).
El testimonio de este misionero, me desgarró el alma. Se trata del testimonio humano de alguien que sigue arriesgando su vida diariamente, y que va a seguir allí a pesar del peligro que el ébola supone. La enfermedad que amenaza a miles de personas en ese paupérrimo país africano continúa avanzando, habiéndose cobrado ya la vida de 562 personas, sólo dentro de sus fronteras.
El agustino navarro explicaba en la entrevista cuáles son las dificultades socio-políticas a las que se enfrentan y afirmó que si se puede destacar algún aspecto positivo de la epidemia de ébola en África es que "llevo diez años peleándome y jugándome la vida contra la mutilación genital femenina y el ébola la ha frenado (referencia a mi post al respecto sobre la mutilación femenina –ablación- en África y la labor de mujeres como Khady Koita y Waris Dirie en África y el mundo:
http://ananayra.blogspot.com.es/2010/02/khady-koita-sin-coito.html
http://ananayra.blogspot.com.es/2011/11/waris-dirie.html ). Esto es algo, según ha explicado, que no ha conseguido frenar ni la malaria, a pesar de haber producido muchísimas más muertes, o la desnutrición.
Este misionero destacó además la importante contribución de la gente, por pequeña que sea, para luchar no sólo contra el ébola sino contra todos los males que asolan África. "Yo no soy un mago que se saca del sombrero los milagros. Te sorprendería ver la cantidad de niños que venían a morir desnutridos y gracias al milagro de la solidaridad han sobrevivido. Son pequeños niños milagros".
Por ello, José Luis tiene claro cómo hay que hacer las cosas. "Yo siempre digo, vamos a rezar pero a la vez vamos a hacer", dijo para añadir que desde el mismo epicentro de la enfermedad "llevamos celebrando las eucaristías, que no son de media hora para luego tomarte el vermut, y estamos pidiendo por Teresa Romero para que Dios la salve”. "Tenemos fe, rezamos e intentamos hacer todo lo posible", sentenció.
De este modo, este misionero agustino que, primero tras su secuestro en 1998 donde veía como cortaban manos y pies y ahora con la epidemia de ébola, dice que mira al cielo y le dice a Dios: "Esto me lo tienes que explicar". Para dar razón a esta frase afirma que "por eso creo en Dios, si no me volvería loco...Viendo todo esto, sin fe me volvería loco. Qué sentido tendría que me esté matando si realmente no vale para nada, si no hay otra vida, si no hay un cielo para los niños que están viviendo en el infierno".
Conociendo como pocos el continente africano, Garayoa asegura que "llevamos mucho tiempo desde la Conferencia de Berlín, donde nos repartimos África y desde entonces nos la seguimos repartiendo, se ve como una fuente de ingresos". Por ello, cree que "si la gente nos mirase a los seres humanos como a los minerales esto se arreglaba pronto”.
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