Sinopsis: <<Nombeko Mayeki es una vaciadora de letrinas de
14 años en Soweto, el gueto de Johannesburgo. Corren los años 70, en pleno auge
del apartheid. Su futuro no parece muy prometedor, pero su ansia por aprender y
su habilidad con los números pronto
llevan sus pasos lejos de allí>>.
Del mismo autor sueco
ya me había leído el del Abuelo que saltó por la ventana y se
largó (del año 2009 y que
trata
de ese confinamiento al que nuestra civilización somete a las personas mayores,
a las que arrincona cuando ya no pueden producir y no les consulta jamás nada),
hilarante novela llena de acontecimientos históricos teñidos con el toque
surrealista que caracteriza a Jonasson, al igual que el de la joven Nombeko, pues
esta novela (del año 2013) también está
plagada de acontecimientos históricos importantes y en el mismo tono de humor
negro. No es una novela histórica como tal, pero supone un buen retrato de la
Sudáfrica de los tiempos de Mandela y de la geopolítica mundial de las últimas
décadas. Con su fecunda imaginación y su sentido del humor surrealista e
irreverente, que no deja títere con cabeza, Jonasson ha ideado una historia
trepidante que arremete contra la hipocresía de la clase política al tiempo que
ilumina la cara oculta de la historia oficial.
Jonasson rompe con sus
obras la estela y mito de los autores suecos, consagrados al género policial y
a la novela negra. Demostrando que no todos los escritores suecos son como
Bergman o Larsson.
<<En esta
ocasión, la improbable heroína tiene su origen en el barrio de Soweto, el
tristemente célebre gueto de Johannesburgo. Corren los años setenta, cuando
Nombeko Mayeki, condenada a una vida de infortunio y con altas probabilidades
de que esta acabe a una edad temprana ante la indiferencia de sus semejantes,
encuentra un resquicio para escapar de su aciago futuro. Dotada de un intelecto
fuera de serie e impulsada por la fuerza de un destino que ejecuta las piruetas
más extrañas, el azar propulsa a Nombeko lejos de su entorno de miseria y la
encarrila en un asombroso viaje en el que se topará con personajes de toda
índole y pelaje, desde un falso especialista en física nuclear y un agente del
Mossad con ánimo de venganza, hasta un rey de Suecia con rostro humano y una
joven antisistema en permanente estado de ebullición. Así, la genial Nombeko
recorrerá un insólito itinerario, repleto de emocionantes peripecias, hasta
convertirse en una mujer clave para la supervivencia de la humanidad y, a la
postre, descubrir su lugar en el mundo en las frías tierras escandinavas, un
sitio con el que jamás se habría atrevido a soñar>>.
No obstante, no es tan
hilarante como el del Abuelo. La analfabeta que era un genio de los números fue el libro
más vendido de ficción en castellano este pasado Sant Jordi. Estructurado en capítulos cortos,
lo cual la convierte en una novela ideal para leer en vacaciones frente a la
playa, piscina y/o en trayectos de tren, metro, guagua (autobús), con un total
(en papel) de 413 páginas (con Editorial Salamandra) aunque en digital en mi
dispositivo llegaba a 650 páginas. Como saben voy alternando lecturas en
digital y en papel. De hecho, mi siguiente lectura en pendientes es la del
Círculo de lectores de STD (Santiago del Teide) y estoy deseando echarle el
diente pues aborda un tema que me fascina: la cultura egipcia, ambientada en El
Cairo natal del autor egipcio Naguib
Mahfuz nobel de Literatura, pero
ahora mismo el tema que ocupa este post es el libro del autor sueco…
Jonas Jonnason (Vaxjo,
1962) es un periodista y escritor sueco. Tras una larga carrera en la
televisión, decidió dedicarse a escribir. Se instaló en Ponte Tresa, un
pueblecito suizo junto al lago de Lugano. Allí redactó su primera novela, El abuelo que saltó por la ventana y se largó, con
el que ganó el Premio de los Libreros en Suecia. En la actualidad vive en una
pequeña isla en el mar Báltico.
La novela está repleta
de humor negro y sarcástico, que me recordó mucho al registro de la serie (basada
en teorías de la conspiración) de Filmin llamada Una conspiración sueca,
hilarante y entretenida tal cual lo son
los libros de Jonasson. En realidad, he descubierto que me encanta el sentido
de humor nórdico, me siento muy identificada. De hecho, en la página 193 (en
digital) hay una conexión con esta serie cuando nombra a Olof Palme, el primer ministro sueco asesinado;
<< Entre quienes de ningún modo estaban de acuerdo con Thatcher y Reagan
en sus titubeos respecto a la política del apartheid se encontraba el primer
ministro sueco, Olof Palme, y el guía del socialismo en Libia, Muammar el
Gaddafi. Palme rugió: “El apartheid no puede reformarse, ¡el apartheid tiene
que ser eliminado!”. Poco después el mismo fue eliminado por un perturbado que
no sabía muy bien a quién había matado ni por qué. O todo lo contrario: ese
aspecto nunca acabó de esclarecerse. En cambio, Gaddafi todavía se mantendría
sano y salvo muchos años. Envió por barco toneladas de armas al movimiento de
resistencia sudafricano, el CNA, y se refirió en voz alta y sin tapujos a la noble
lucha contra el régimen opresor blanco en Pretoria, al tiempo que ocultaba al
genocida ugandés Idi Amin en su propio palacio>>. Por tanto, la
idea de que a Olof le mandaron a asesinar por ir en contra del racismo y del Apartheid no es nada nuevo.
Sobre los personajes
que se nombran en la novela, quisiera traer a colación de uno de ellos que
Gaddafi (fallecido en 2011) propuso hace años a los independentistas canarios
defender con ellos la idea de la Tamazgha
o unión de estados bereberes que correspondía a la unión de países trazando una
línea recta desde Egipto hasta las Islas Canarias. FREPIC-AWAÑAK, Azarug y muchos grupos independentistas desarrollan
esta idea en sus webs. Y ya si has acudido, por simple curiosidad, a sus
reuniones como fue mi caso en la etapa universitaria, estarás más que empapado
de este concepto.
He tenido que pararme
para curiosear en Google en varias ocasiones, como por ejemplo para buscar la
marca de cigarrillos sin filtro que fumaba Henrietta, la madre de los gemelos
Holger; Holger 1 y Holger 2 el que no acababa de existir del todo, como el
humor de nuestro español Gila, jajá. De ellos dos mi favorito es Holger 2 y
como podrán comprobar los lectores para Nombeko también lo será.
Y así, leemos en
Wikipedia:
<< John Silver
se lanzó en 1947 como un cigarrillo sin filtro del tipo estadounidense para
competir con las marcas estadounidenses que se hicieron populares después de la
Segunda Guerra Mundial. Fue el primer
"cigarrillo de mezcla estadounidense " producido por una
empresa tabacalera sueca. La mezcla fue producida por William c. Bethea, quien
fue contratada por Tobaksmonopolet en 1947 (curiosamente la novela dice que
Henrietta los consumía compulsivamente desde el otoño de 1947). El
cigarrillo fue nombrado en un concurso de nombres interno que Svenska Tobaks y
se le dio el nombre del pirata ficticio Long John Silver del libro Treasure
Island. Después de un año, la marca se suspendió debido a problemas de entrega
del tabaco, pero se volvió a lanzar en 1952. En 1958 se convirtió en el
cigarrillo nacional más grande del mercado sueco. En 1966 se introdujo una
variante filtrada de John Silver, y en 1978 se lanzó una variante de tabaco en
rollo. John Silver está disponible en paquete blando y paquete duro (caja
abatible), tanto como variantes normales como libres de impuestos. La mezcla de
tabaco se compone de tabacos tipo Virginia y Burley. En 1999, Swedish Match vendió
la marca a "Austria Tabak”. Tras nuevas adquisiciones en la industria
tabacalera, desde 2007, la contraparte japonesa Japan Tobacco y su filial sueca JTI Sweden poseen la marca de
tabaco>>.
De Nombeko, decir que
imaginaba que sería mucho antes cuando ella saldría de África, no es hasta los
26 años en que sale como refugiada política amparada por Suecia y nada más
llegar al país lo primero que piensa es en aprender el sueco para poder ir a la
Biblioteca Nacional de Suecia (¡me sentí tan identificada con ella!), no diré
más para no hacer spoiler de la trama
del libro. Solo recalcar mi profunda admiración por esta joven y guerrera mujer
africana a través de cuyo personaje Jonasson hace una dura crítica a los
machismos camuflados en cualquier sociedad incluida la sociedad europea (si no
quédense con el dato del trabajo al que ella tiene que renunciar y por qué). La
brecha salarial y el techo de cristal están retratados en la novela a través de
este personaje tan entrañable, clave de bóveda de toda la obra plagada de
crítica social, política e ideológica.
En este punto de
lectura también hice una parada para buscar en Google una imagen de Estocolmo y
recordar por qué se la llama la ciudad entre los puentes:
<< Es el verdadero corazón histórico y
cultural de la ciudad, está
constituido por la
isla de Stadsholmen, pero se extiende asimismo sobre Riddarholmen y Helgeandsholmen.
Se nombra a Gamlastan también como "la ciudad entre los puentes".
... Porque realmente Estocolmo son muchas islas y esta
es precisamente la más importante >>.
Obviamente, hay muchas
ideas de la novela que resultan un tanto “poco creíbles” (como lo de los traslados
de la bomba nuclear, jajá). Aunque por otro lado esto forma parte del universo
literario de Jonasson, sus libros no serían tales sin esas dosis de surrealismo
disparatado.
Una frase que me
cautivó, en página 368 en digital, es la de la concejala: <<La actividad
empresarial ilícita es el paso previo a la anarquía>>.
Si es verdad que la
mayoría de escritores proyectamos nuestros deseos y pensamientos en nuestras
obras; ¡adoro a Jonasson! Pues es profundamente republicano y socialista.
Lo mejor del libro es,
además de su sentido del humor que te hará soltar más de una carcajada aún en
lugares públicos, el resumen de acontecimientos importantes en Europa y parte
del mundo. Por él desfilan Churchill, Mandela
y otros muchos. Y, ¡cómo no!, los dos políticos más populares de Suecia; el rey
y el primer ministro. Sin duda alguna es
un indispensable en tu biblioteca y has de leértelo si eres un lector/una
lectora voraz que se precie de serlo.
Lo único que me faltó
fue que Jonasson se metiera más en lo que siente Nombeko, al fin y al cabo ella
es la protagonista principal de la obra y pasamos por ella sin saber qué siente,
sí qué y cómo piensa, pero muy poco qué siente. Y aquí se nota mucho que quien
escribió el libro no es una mujer pues a una autora esto no le pasaría
desapercibido, es más hubiera sido una necesidad literaria expresarlo. Más allá
aún; ni siquiera sé cómo vestía, me faltaron descripciones de ella, apenas usa
adjetivos para narrarla.
Para terminar, ante la
pregunta que me surgió sobre si existió realmente un programa nuclear
sudafricano, gracias a internet (Wikipedia) he descubierto que sí,
y el hecho histórico es que lo desmantelaron todo antes de que los negros
llegaran al poder. ¡Para que no tuvieran armas nucleares! ¡Increíble, pero
cierto! Gracias a eso, se bajaron del carro atómico. Llegaron a tener seis
bombas y estaba en marcha una séptima. Me sorprende que no se haya hablado de
plutonio perdido o de residuos nucleares, porque no se desmantelan esas cosas
así como así. Con la desintegración de la URSS se produjo un mercado negro de
estos materiales, y seguro que en Sudáfrica también.
Para terminar, otra
anécdota curiosa del libro es que en cada país tiene un título diferente; Son matices, a veces serios. En castellano es “La analfabeta
que era un genio de los números”. En catalán, “La analfabeta que salvó un
país”. En Francia, “La analfabeta que sabía contar”. En el Reino Unido, “La
chica que salvó al rey de Suecia”…
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