La fábula de la boa y la osita
Había una vez una osita gordita y esponjosa que vivía en un bosque sereno. Cada mañana jugaba entre flores y arroyos, irradiando alegría y ternura. Pero una boa, silenciosa y calculadora, la observaba desde hacía tiempo. Medía cada uno de sus pasos, estudiaba su rutina y esperaba el momento de abalanzarse sobre ella. La osita no entendía por qué aquel reptil la seguía con tanta fijación: ella no cuestionaba su atención constante sobre ella, solo brillaba con la inocencia de quien vive en paz. Un día, la boa, consumida por la envidia, trató de enroscarse a su alrededor para apagar su luz. Sin embargo, lo que no sabía era que la osita llevaba dentro una fuerza ancestral, una justicia dormida que despertó en el instante preciso. La osita se zafó con la ayuda de las fuerzas del bosque, y la boa, derrotada por su propia maldad, acabó desterrada en las sombras de donde nunca debió salir. La osita, libre y más sabia, comprendió que no hay enemigo más peligroso que aquel que se disfraza d...