MIRARSE EN EL ESPEJO DE LA INTROSPECCIÓN
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Últimos días del 2012. Año en el que han acontecido muchas cosas en mi vida. Lágrimas que derramé (en el segundo tercio del año) y afortunadamente fueron para bien pues esa experiencia me hizo volver a estar alerta con los del género contrario al mío. Dándome la tajante lección de que no importa la cultura, no importa el lugar de nacimiento de un hombre,..., los roles machistas pueden estar a dos pasos de mi pueblo, en mi misma gente canaria, a dos pasos de mí. No hay que nacer y ser criado en África para ser machista o toparse con uno. Lo malo de esta experiencia es que me hizo girar mi vista atrás y hasta mirar con cariño y añoranza los sentimientos del pasado que ya tenía congelados en el baúl del olvido. En el primer momento, cuando pasó todo, sentí deseos de llamarle a gritos a ÉL. Él siempre que alguien se metía conmigo, aunque sólo fuera alzándome un poquito la voz, le caía a puñetazos en mi defensa y creo que por eso reaccioné tan irracionalmente extrañando su presencia. ¡...