LOS TRES REYES MAGOS

Es escuchar esta canción al paso de la cabalgata de los Reyes Magos de Los Gigantes y empezar a llorar emocionada.

Llevo a mi hijo de la mano, le miro con el corazón lleno de mariposas. Cuando era bebé y lo cargaba en brazos en la cabalgata, sus ojazos morenos tan expresivos me miraban fijamente mis ojos llorosos y mi hijo comenzaba a acariciarme el rostro y preguntarme por qué lloraba, pero es que es un llanto de alegría.

 No sé cómo explicarlo pero en cada Cabalgata de Reyes me emociono y no puedo evitar llorar. Ahora que ya mi hijo no cree en los Reyes (ya sabe todo el pastel) es diferente a cuando sí creía. Mas, aún así me sigue emocionando. Y no digamos cuando mi hijo creía en los Reyes, íbamos en la mañana del 5 de enero a buscar hierbas para los camellos y dejárselas en bolsas en la entrada de la casa. ¡Jaja, con qué ilusión lo vivía mi hijo! Aún hoy en día le hago ponerle galletas y leche en la noche de reyes al regresar de la Cabalgata (aunque él ya casi adolescente me ve ridícula y se ríe de mí). Pero,..., de mi parte, he puesto todo por conservarle la magia de estas fechas. Porque en mi familia no somos de Papá Noel, somos de los Tres Reyes Magos, siguiendo al 100% la tradición española. 

GRACIAS A DIOS, ya tengo todo listo para sus Reyes. Y ésta es mi FELICIDAD. Que llegue ese día y verle abrir los regalos con tanta ilusión. 

Ha aprobado todo y ha sido muy buen niño este año por lo que bien merece el premio de que los Reyes Magos le traigan absolutamente todo lo que pide en su carta. De estas fechas creo que es la festividad que más me gusta, LOS REYES. Las Navidades me gustan porque nos reunimos toda la familia y nos vemos todos. Fin de año también es una ocasión ideal para cenar toda la familia junta y lo de las uvas es muy divertido junto a mi hijo. Pero, la verdad, no me gusta nada salir de marcha esa noche. Realmente desde que nació mi hijo no salgo esa noche, no me gusta. No sé por qué, pero prefiero entrar en el año durmiendo tranquila junto a mi hijo y despertando temprano por la mañana el día 1 de enero y desayunar mi hijo y yo unos churros con chocolate y hablar de los planes que tenemos para el año venidero. 

Y, como no, mentar también el tradicional ROSCÓN DE REYES. Que no puede faltar en nuestros desayunos del día 6 de enero cada año.

Así pues, más que esperar la noche de fin de año, espero con ilusión la noche de la cabalgata de Reyes y el día de Reyes. Porque me encanta la felicidad e ilusión con la que vivimos estas fechas mi hijo y yo.

¡¡FELICES FIESTAS, LECTORES!! Y...QUE LES DEJEN MUCHO LOS REYES (NO OLVIDEN DEJARLES UN VASO DE LECHE CON GALLETAS, JIJI).