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jueves, 15 de agosto de 2024

Esnob, reseña sin spoiler.



Empiezo a escribir este post, mientras suena mi disco de vinilo “Kind of blue” de Miles Davis en mi recién adquirido tocadiscos vintage y saboreo un matcha latte con sabor a césped recién cortado (siendo sincera) y un ligero toque dulce a leche de almendras (con azúcar, ¡menos mal!). Antes que nada, he de empezar por decir que esta autora, Elísabet Benavent, me gusta bastante desde su saga “En los zapatos de Valeria”. Que fue llevada a la gran pantalla por Netflix con la serie “Valeria” (recomiendo verla después de haber leído los libros, por fa). Sobre todo, no te pierdas “El diario de Lola”, mi personaje favorito en la saga Valeria. El diario de Lola es un spin-off de la «Saga Valeria», el primer trabajo que la autora autopublicó y que en poco tiempo conquistó a cientos de lectores y se situó en los primeros puestos de la lista de más vendidos de ficción.

Sobre la saga de Valeria, leemos en su sinopsis: << Valeria es como tú y como todos. Ella está enamorada de Adrián, hasta que conoce a Víctor. Pero Valeria no está sola. Porque tiene a Lola, que maneja el sexo como el que maneja un arma, a Nerea, que es doña perfecta, y a Carmen que es insegura, odia a su jefe, y para más inri, está enamorada de su compañero de trabajo. Valeria es como todos. Porque todos queremos ser felices, entre tanta mierda que nos explota en la cara.>>

Te dejo link a su página web, que tiene por nombre su alias en redes sociales (yo la sigo en todas).

Link: https://betacoqueta.com/

Benavent tiene un estilo literario muy distendido, con abundancia de diálogo entre sus personajes (lo que convierte sus novelas en muy cinematográficas) y, aunque en su última novela nos presente un protagonista masculino, está claro que su enfoque es siempre femenino. Es la reina del “chick lit” español.

En su última novela, Esnob (me gusta mucho la españolización de anglicismos que suele emplear Benavent, ¡defendiendo lo español, bravo!), nos muestra por primera vez a un protagonista masculino,; Alejo, quien se esfuerza porque no sea muy evidente que se ha enamorado de su jefa, Marieta (que si fuera una princesa de Disney sería Brave y con la que me identifiqué durante todo el libro). Esa clase de mujer que si tuviera una banda sonora por su manera de ser sería, como bien dice en su libro, “Ingobernable” del Madrileño, C. Tangana (¡tú sí que nos entiendes, Puchito!). No obstante, desde mi punto de vista, los diálogos internos que mantiene con él mismo son demasiado femeninos. Está claro que un hombre no piensa como él, sea o no de las nuevas masculinidades. Se nota muchísimo que la autora no ha tenido hermanos. De hecho, lo he buscado en su biografía y, efectivamente, tiene sólo una hermana. Creo que ser mujer y haberte criado con hermanos varones es un plus en la vida, porque acabas pensando como un hombre en muchos aspectos.

Con esta novela, Benavent, pretende hablarnos de las relaciones de amor en un mundo frenético donde lo habitual es encontrar a la persona a golpe de match. Esnob es una radiografía de las relaciones humanas mordaz e irónica, divertida y tierna.

La novela, además, está llena de referencias culturales y de conceptos modernos (muchos con anglicismos bien explicados), por lo que aprenderás muchísimo.

Me gustó mucho el ambiente laboral de la empresa startup (Like¡t), aunque retrate muy bien el hecho de que siempre se acaba sexualizando la figura de la mujer, por más que ésta sea la jefa. Evidencia el techo de cristal al que se enfrentan siempre las mujeres con altos cargos. Y también que la erótica del poder es siempre muy diferente para hombres que para mujeres (vean a este respecto mi artículo “Erótica del poder” en mi blog www.ananayra.blogspot.com).

 Like¡t es ese tipo de empresa actual que estimula, ante todo, la cohesión grupal laboral y la creatividad de sus empleados/as, con oficinas con amplísimos ventanales desde donde entraba la luz natural, donde los empleados/las empleadas tenían un dresscode que prohibía vestir de manera ejecutiva y gris, donde la mayoría llevaban el cabello teñido de colores, con piercings y tatuajes por todo el cuerpo. Un lugar con cantina para los empleados/las empleadas, bien suministrado de microondas y neveras, llenas éstas de bebidas. Una cocina moderna con estanterías llenas de todo tipo de infusiones, cafés, bollería industrial, galletas, muffins, pero también cereales, toda clase de frutos secos y fruta fresca, jugos naturales y galletas dietéticas (healthy food), todo gratis para los empleados/las empleadas. Con un entorno bonito, de decoración moderna, funcional, sillas ergonómicas y plantas suculentas por todas partes. Sobre todo, lleno de sansevierias, que purifican el ambiente de los lugares en que esté. Vamos, un entorno laboral en el que da gusto estar.

 

Como en su página web ha colgado un fragmento de esta novela, te la cuelgo por aquí, para que puedas ver por ti mismo/a de qué hablo cuando digo que es una buena escritora y que te enganchará de principio a fin en cada uno de sus libros. Y al final te dejo mi calificación del libro.

Esnob

Elísabet Benavent

Fragmento

Prólogo

Like¡t

Nunca he necesitado una aplicación para ligar. Quizá la palabra «necesitar» no es la correcta, pero ya me entiendes. Siempre me parecieron un poco…, hum…, al principio lo veía como algo de losers, después ya…, ¿cómo decirlo sin parecer un carca? Bueno, era un poquito carca, así que ¿qué más da parecerlo? Sencillamente pensé que esas cosas no eran para mí. Siempre creí que el hecho de que la tecnología facilitara los encuentros les quitaba ¿emoción? ¿Valor? No lo sé. A mí me gustaban las cosas a fuego lento, como antes, tal y como las tenía planteadas desde que era muy joven. Mi propósito estaba claro: licenciarme, sacarme un máster con mención de honor, irme a vivir con mi chica, casarnos y tener al menos dos niños. Como ves, en mi vida no había sitio para esas cosas.

La primera vez que escuché hablar de Like¡t fue a uno de esos amigos de colegio privado con los que todavía conservaba el contacto. No sé si fue Jacobo o Beltrán, aunque esos nombres dejaron de formar parte de mi vida hace tiempo y, a decir verdad, a veces los confundo en los recuerdos. Los dos tenían una extensa experiencia en este tipo de temas e iban vestidos y peinados de la misma forma; lo ponían difícil. En aquel momento, fuera quien fuese puso bastante énfasis en la que iba a ser la aplicación definitiva para ligar, pero el resto no le hicimos mucho caso. Nosotros «no necesitábamos» aquellas cosas. Nosotros «preferíamos las cosas a la antigua usanza». Por un lado, Jacobo o Beltrán, da igual, eran los típicos que habían probado todas las apps existentes; por otro, el ser humano no suele prestar atención a algo si no lo hacen en masa los demás. Es así de triste.

No mucho después me encontré frente a la marquesina de una parada de autobús con una publicidad terriblemente llamativa que captó toda mi atención y me recordó aquella conversación con mis colegas.

«Like¡t, la última aplicación para ligar que vas a descargarte en tu vida».

Vaya…, las nuevas tecnologías a favor del amor para siempre… «Menuda engañifa», pensé. Todo el mundo sabe que a ese tipo de plataformas no le interesa que encuentres el amor. Quieren que lo intentes, lo intentes, lo intentes… y te comas toda su publicidad, pagues para poder dar marcha atrás, para que destaquen tu perfil y para tener la oportunidad de que la gente guapa también te vea. Entonces ya era vox populi que solo llegabas a aquellos usuarios con el mismo ratio de likes que tú. Que alguien encontrase el amor en Tinder me parecía, en aquel momento, un caso aislado, un milagro, una lotería a la que yo no quería jugar.

Lo mío eran las finanzas, no el márquetin, pero me parecía una publicidad bastante contraproducente para los intereses de una aplicación de este tipo… Sin embargo, me equivoqué. Y tanto que me equivoqué. Los eslóganes tenían su aquel, la verdad:

 

«La aplicación que se bajaría hasta tu madre».

«La aplicación que vas a descargarle a tu madre».

«La aplicación antifantasmas».

«La aplicación que llora en las bodas».

«Like¡t, la aplicación que folla con Tinder y le escribe al día siguiente».

 

Like¡t tardó bastante menos de lo esperado en estar en boca de todos y no solo de mis amigos…

Hubo muchas cosas que despertaron mi curiosidad sobre aquel fenómeno y ninguna tenía que ver con mi vida personal. En aquel momento yo vivía con mi novia, con la que llevaba cinco años, a la que había pretendido con flores, paseos, regalos y chocolates… y, bueno, unos maravillosos primeros meses de sexo matutino, desayuno en la cama y arrumacos. Si alguien me hubiera preguntado sobre mi relación, le habría asegurado que todo iba bien: era el tipo de chica con el que me veía sentando cabeza, una de esas bellezas que mis amigos no dejaban de halagar. Además, se portaba bien con mis padres y pertenecía a una buena familia. Para mí eso era el amor: encontrar a alguien que encajase en esa vida que uno quería. ¿Era eso?

No, no me digas nada. Ya lo sé. En ese momento yo lo tenía claro. No había dudas sobre el papel. Nada se me había perdido a mí dentro de Like¡t.

Me resultó curioso que una empresa tan joven, tan nueva, tan «para ligar», fuese tan pronto noticia de las publicaciones especializadas en economía, que acaparase titulares de la prensa generalista y que la gente se la descargara en masa. Un proyecto que tres amigos de toda la vida habían ideado alrededor de la mesa de una cafetería del centro de Madrid dio la vuelta al mundo. No me preguntes por qué, pero me imaginé que esos tres colegas eran igual que yo o que cualquiera de mis amigos.

Un programa de fidelización para parejas en el que se fomentaban las relaciones de largo recorrido surgidas gracias a la aplicación. Un botón de auxilio que te ponía en contacto inmediato con emergencias. Un sistema que imposibilitaba la creación de perfiles falsos. Política de tolerancia cero hacia la agresividad, las faltas de respeto, el ghosting y demás lacras que en otras apps eran el pan nuestro de cada día. Todo ello y más la convirtió en una revolución en el sector. Era segura, esperanzadora, honesta, con una interfaz atractiva y moderna. Era la aplicación a la que todas las empresas deberían parecerse.

Like¡t lo petó. Lo petó como solo lo peta uno de cada cien mil proyectos. La app no solo se convirtió en una empresa modelo en el trato y la gestión de su creciente plantilla, sino que lo petó hasta firmar uno de los contratos de compra más enigmáticos de la historia. Un gigante americanojaponés la engulló por una suma que podría haber permitido a sus socios fundadores (y al menos a dos de sus siguientes generaciones) jubilarse de inmediato, pero prefirieron quedarse con la dirección de la sucursal en España, que capitaneaban según los criterios con los que lo habían hecho hasta el momento.

A Like¡t le siguió yendo bien, pero abandonó las portadas y los titulares. Se convirtió en una empresa afianzada, puntera, sobradamente rentable, que prefirió un perfil bajo, no aparecer en reportajes sobre gestión empresarial, no dar charlas y no participar en simposios. Era como si quisiera cerrar fronteras, como un pueblo galo viviendo bajo sus normas mientras resistía sitiado por una invasión romana.

Todo genial, ¿no? Un caso de éxito para una empresa española que había dado trabajo a muchos jóvenes. Estupendo. Un posible caso de estudio para alguien como yo, que se dedicaba a mover el dinero de gente que tenía mucho, pero nunca suficiente. Hasta ahí tendría que haber llegado mi historia con Like¡t, dado mi gusto por lo tradicional y el éxito de mi plan de vida, pero lo cierto es que aquello fue solamente el comienzo. Like¡t estaba a punto de cambiarme. A mí. Por entero. ¿Por qué si no iba a hablar de esto en lugar de presentarme como Dios manda?…

1

La casilla de salida

Me encantaría poder hacer una de esas introducciones de película: «Este soy yo. Te preguntarás cómo he llegado a esta situación», pero vas a tener que …

(Y hasta aquí el fragmento).

¡Anda, a comprarse el libro Esnob y a leerlo! El final tiene un mágico golpe de realidad y humor.

Calificación que le doy: 8,75/10.

¿Una frase del libro que me haya gustado?

<< En el vacío es más fácil encontrarse >> (Alejo).

Gracias Elísabet Benavent por hacerme pasar tan buenos ratos con tus libros.

Ana Naira Gorrín Navarro.

15/08/2024 (Día de La Candelaria, Matrona de mi amada Canarias y Día de La Paloma, Matrona de mi adorada Madrid).

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