Ayer jueves 3 de octubre me corté el cabello. Sí, ya saben que de vez en cuando me dan esos arrebatos con mi look.
En esta ocasión, un poco más pequeño que en 2018. En esta foto estaba aún con el cabello mojado, cuando se seca queda mejor (o eso me parece a mí).
Esta foto no es del día en que me lo corté. La peluquera me lo peinó a un lado y, la verdad, queda mejor. Tengo que acostumbrarme a hacerme la raya a un lado y no al medio.
Y en la tarde de hoy he acudido, por invitación del escritor D. Eusebio Marrero, a quien tanto admiro, al segundo encuentro entre escritores y club de lectores de Icod de los Vinos. Como estábamos citados a las seis y media, aproveché y me llevé a mi madre conmigo para quedar antes con mis tías (que viven en Icod). Icod fue mi ciudad natal, donde viví hasta los seis años en que me trasladé a Los Gigantes. Me encanta el ambiente que se respira por sus transitadas calles y cuántos negocios nuevos han abierto. Nunca antes había estado en su Biblioteca y en esta ocasión la tertulia tuvo lugar en ella.
De derecha a izquierda: Mi madre Trinidad Navarro Díaz, mi tía Antonia (Toñi) Navarro Díaz y mi madrina y tía Margarita (Chicha) Navarro Díaz.
En el encuentro literario se producen siempre charlas muy interesantes y profundas, los temas más filosóficos vienen de la mano, cómo no, del escritor Damián Marrero, Profesor en Filosofía, ya retirado. Dicen que <<quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija >> y no puedo estar mejor acompañada en esta segunda vida mía profesional que tengo, la literaria, que tantas alegrías y satisfacciones me está dando.
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