viernes, 10 de abril de 2020

Cuarentena, día 27

 Esta entrada se la quiero dedicar a los niños/as y adolescentes de la calle Flor de Pascua en particular y del mundo en general, que con tanta resignación están soportando este encierro. 

A mis sobrinas Sofía, Carla y Lucía a quienes vemos casi todos los días gracias a la tecnología y las vídeo llamadas, por su alegría y vitalidad con las que llenan de optimismo las vidas de mis hermanos y de toda nuestra familia. ¡Las echo tanto de menos mis pequeñas frijolitas!



DE MI CALLE:

 Ellos/as, tan plenos de energía, necesitan la luz solar tanto como una incipiente florecilla de los prados y no solo se están portando la mar de bien sino que están creyendo a sus padres, los adultos, a pie juntillas sin cuestionarles nada. En el caso particular de mi hijo, un leoncito indómito, mi admiración hacia él ha crecido hasta límites inimaginables pues sé el esfuerzo que en su caso, hiperquinético como es, supone. Aunque no pare de saltar y hacer ejercicio por toda la casa y trate que yo, gordita con 40 kilos de más, le imite. Se le dan muy bien el deporte aeróbico, saltar y los ejercicios de resistencia. ¡Te dedico esta canción, mi leoncito!





 Mención especial también a Celita y Henrito que al igual que Nayar aguantan como campeones este encierro y se portan tan bien. Celita siempre con la misma sonrisa carismática que su Mamá en el rostro y Henrito con sus ojos llenos de brillo, nos recuerdan que tenemos esperanza y que nuestro futuro será brillante pues está en manos de nuestros/as hijos/as. 

 A media mañana escuchar las dulces vocecitas de mis vecinas bebés Phoebe y Maia desde el balcón saludando a todo el mundo que pasa a comprar al Dialprix, Phoebe con su "¿cómo estás, bien?" tan dulce que se te queda grabado en la mente como una suave caricia al alma, hablando de balcón a balcón con nuestra tierna vecina Margarita, quien nos regaló la bendición de ponernos un ramito de olivo en la puerta, de sorpresa y con todo el amor del mundo ¡gracias vecina! O por la tarde, a las siete en punto cuando todos salimos a nuestros balcones y terrazas a  aplaudir por los héroes de este país y a bailar con la música con la que nos deleita Chano, ver la energía de los niños de Marysol y Carlos: Alena y su hermanito pequeño que más tiernos no pueden ser los dos. Alena con sus coreografías y su arte al bailar (¡qué bien baila esta niña, Dios mío!). Su "¡hasta mañana Los Gigantes!" es uno de los sonidos más emblemáticos de esta cuarentena junto a las vocecitas de Phoebe y Maia desde su balcón. 




¡¡Gracias niños/as y adolescentes de Los Gigantes por insuflarnos toda vuestra energía positiva, saldremos adelante y el mundo será un lugar más seguro y mejor para ustedes y vuestros hijos/as!!


 Nuestras mascotas, mientras tanto, miran al horizonte o se asoman a los balcones y terrazas y parecen estarse preguntando :¿dónde se ha metido todo el mundo?


Y, aunque ayer nos dijeron que el confinamiento se ha vuelto a prorrogar hasta el 10 de mayo, tenemos que resignarnos y aguantar erguidos, con los corazones plenos de fe y esperanza, en que todo esto acabará algún día y podremos volver a la normalidad y a apreciar las pequeñas cosas que nos hacían tan felices: ir a la playa, caminar o hacer deporte al aire libre, tomarse un café con amigos en un bar, y, simplemente, ¡¡ser libres!!








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