A MI ALMA GEMELA...

 Desnuda mis miedos, desabrocha mis pasiones. Despacio, muy despacio. 

 Entrégame tu fuerza, tu energía y el soplo de tu espíritu.

 Déjame perderme en tus ojos amazighs, casi del color de la miel y con un fondo grisáceo en el borde del iris derecho. En silencio, simplemente, clavar mis pupilas en las tuyas y nutrir mi espíritu de la sensualidad de tu mirada. 

 Porque lo mejor en esta vida nunca ha estado planeado, has llegado a mi vida como aire fresco oxigenando cada espacio. 

 Me haces cuestionarlo todo. Me sitúas en el origen de mi esencia. Me impulsas a volar sin miedo, pese a que no sea muy racional lo que planeo. Alimentas mi fuego ariano desde lo más recóndito de tu astro Leo. 

 Y siento tu presencia, leonina y protectora, en cada paso que doy. Me dejas ser yo misma. Aceptas mi caos y lo conviertes en la más perfecta de las armonías. 

  ¡Me aportas tanto! No creía en las otras mitades ni en las almas gemelas. ¡Hasta que apareciste tú! Amigo de antes, confidente de siempre, amor de mi vida desde el 21 de enero de este año que con tanta energía ha empezado. 

¿Sabes lo difícil que era que yo me enamorara? Has derribado a fuerza de amor todas las murallas que rodeaban mi corazón maltratado y herido de muerte. ¡Me has devuelto a la vida!