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domingo, 24 de diciembre de 2023

“Música, solo música”, de Haruki Murakami.

(Leído entre los días viernes 22 de diciembre y domingo 24 de diciembre de 2023).

Si eres lector de Murakami, ya sabrás que antes de terminar sus estudios, abrió un bar de jazz

al que denominó Peter Cat (Gato Pedro) en Kokubunji, Tokio, que regentó junto con su

esposa desde 1974 hasta 1981. También, sabrás que Murakami es un melómano empedernido, apasionado de la música moderna europea y americana y del jazz y del blues.

También, sabrás que tanto él como su esposa adoran a los gatos.

Mientras escribo este post, escucho una gratificante playlist en Spotify, les dejo link aquí:

https://open.spotify.com/playlist/37i9dQZF1DWSluGMsH1R9r

Para escribir este libro, Murakami se apoyó en un amigo, Seiji Ozawa, coautor del mismo,

antiguo director de la Boston Symphony Orchestra. Murakami vivió junto a su esposa muchos

años en Boston y es en este periplo en el que él y su amigo director de orquesta, mantuvieron

jugosas conversaciones sobre piezas conocidas de Brahms, de Beethoven (uno de los clásicos

favoritos de Murakami), de Bartok y de Mahler. También, sobre directores de orquesta como

Leonard Bernstein y solistas excepcionales como Glenn Gould. Así, esta obra es todo un paseo

cultural por la música de autores de reconocido prestigio musical mundial. Pienso que es un

libro de cabecera que ha de ser leído por todo músico. Por tanto, el título me parece más que

apropiado, pues solamente se habla de música.

El libro tampoco es una novela, es un diario de entrevistas ordenadas cronológicamente, entre

Murakami y Ozawa. Comienza en 2010 en la casa de Murakami en Tokio, centrándose en el

Concierto para piano y orquesta nº 3 de Beethoven.

He de ser honesta y decir que, de todos los libros de Murakami, es el que menos me ha gustado. Pienso que podía haber aprovechado más su talento narrativo para, por ejemplo, contar la biografía novelada de su amigo Ozawa y verter en ella todo lo que aprendió de música y de él a través de estas entrevistas que ha plasmado, tal cual, en esta obra. 

Me quedo con el mensaje de que siempre los/las músicos y los escritores/las escritoras hacemos buenas migas. Porque al fin y al cabo para desarrollar una pieza musical o literaria, hace falta ritmo, sistema, métrica y cadencia. Transitamos el mismo universo creativo. 




 Vean este vídeo en YouTube. Aunque el nombre no                                    es Harumi, es Haruki.





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