El viernes 23 de noviembre, mientras mi dulce hijo se cepillaba los dientes por la mañana antes de ir al Colegio ¡¡SE LE CAYÓ EL INCISIVO LATERAL IZQUIERDO!!
Por la tarde le compré un sobrecito pequeño blanco para que pusiera el diente (y así yo poderlo encontrar con facilidad por la noche para dejarle su bolsa de chuches y su dinero).
Llegó la noche y Nayar obediente puso bajo la almohada el sobrecito con su diente. Pero... cuando cayó la madrugada me levanté para ponerle las chuches y el dinero y recoger el sobre con el diente y.... ¡Ooooooh, no estaba!
A la mañana siguiente mi hijo miró debajo de su almohada. Ahí estaban las chuches y el dinero y él partido de la risa.
Le pregunté qué le había dejado el Ratoncito Pérez y me dice:
-Chuches y un billete.Pero... Mami,..., ¿sabes qué? EL ratoncito no se llevó el diente.
- ¿Ah no? ¿Por qué?
-Porque lo escondí...
-¿Lo escondiste? ¡Pero Nayar!
-¡Aaaaaah! Si es mágico tiene que saber dónde está.... (entre risas)
¡Será pillo!
Le dije:
- Nayar, no vuelvas a hacer eso. Porque la próxima vez si se te cae un diente y lo pones debajo de tu almohada el Ratoncito no vendrá porque las veces anteriores se lo has escondido.
Él me dice:
-Él es mágico. ¡Tiene que encontrarlo!
Me dejó a cuadros... No puedo con su astucia. Jaja... No contaba con ella.
Y me pregunto... ¿Dónde demonios escondió el diente que no lo encuentro por ninguna parte?
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