NUNCA VA A PASAR

Que tu alma y mente experimenten tal catarsis emocional que te conduzcan al cambio profundo de tus pautas de comportamiento.

Que por las noches antes de dormir el remordimiento por tus malas acciones te asalte y te clave el pecho como agujas enormes, heladas y desgarradoras.

Que el recuerdo de tu mala infancia sea la panacea para aplicarte como un buen Pater Familiae y tratar de ser lo que no era Él, tu Padre.

Que tu fuerza de voluntad sea tan enorme y fuerte que pueda más que el síndrome de abstinencia de toda la droga que te has metido en los últimos años. Que puedas salir airoso de esa dependencia y desintoxicarte de la cocaína, el hachís, la marihuana, el Kiffi marroquí que consumes como tabaco. Y que un día, frente a un buen vaso (árabe) de té verde marroquí te encuentres saboreando su sabor, esbozando uana serena sonrisa, con la conciencia tranquila de haber logrado ganar la más dura de las batallas, la lucha contra tu drogadicción.

Que los puñetazos que recibiste de niño de un padre pujil y alcohólico, comerciante yemení que tanto tiempo convivió con los duros hombres de azul (Touaregs) y que durante mucho tiempo se ganó la vida como boxeador, tú puedas convertir en olvido para que no te dañen más la autoestima, para que no sigan golpeando a ese niño que no pudo serlo, Tú.


Que no te sigas escondiendo en una tubería grande rota. Como me contaste que hiciste cuando tenías 9 años y regresabas del Colegio (que estaba a seis kilómetros de tu casa y al que acudías diariamente caminando, pies descalzos o con zapatos rotos, lloviera o tronara, allí ibas tú persiguiendo el sueño de aprender todo lo posible y algún día poder salir de África, camino al sueño europeo) y escuchaste los gritos atormentados de tu Madre mientras tu Padre le pegaba una paliza, tal vez porque no le gustaba la comida que había preparado con tanto esmero tu Madre (simple excusa para desbordar su violencia machista sobre ella). Estuviste escondido allí dos días y una noche, mientras todo el pueblo te buscaba. Te sentías culpable por no haber podido defender a tu Madre, presa del pánico y del miedo. ¿Cuánto tiempo más vas a seguir escondido en esa Tubería?

Que no querías serlo, pero te has convertido en una réplica exacta de tu Aba africano.

Que un día te calzes en zapatos de hombre de su tiempo. Un hombre experimentado que ha sabido ganar grandes luchas en su vida para superarse a sí mismo. Para dejar atrás una infancia dura y darle a sus hijos una bella y dulce infancia, la que tú mereciste tener y no te dieron. Que recuerdes cuando tu Madre te acunaba en sus brazos y te cantaba canciones infantiles árabes mientras te mecía y te conducía al más bello de los sueños, en sus maternales brazos. ¡Tan a salvo que te sentías! DÉJAME MANTENER A SALVO A LA SANGRE DE TU SANGRE, NUESTRO HIJO.

¡¡LUCHA, CON LA FÉ PUESTA EN DIOS, ALLAH, EN CAMINAR POR EL BIEN Y SÓLO POR EL BIEN!!


PODRÍA PASAR.... QUE UN DÍA SEAS UN PADRE, QUE NO TE TENGAMOS MIEDO NI NOS SINTAMOS EN PELIGRO EN TU PRESENCIA. QUE LA LOCURA EN LA QUE TE ENCUENTRAS SUMERGIDO CESE Y EN TU PENSAMIENTO SÓLO ESTÉ EL OBJETIVO DE SACAR ADELANTE A TUS HIJOS Y QUE SEAN HOMBRES DE BIEN EN EL FUTURO, HABIENDO TENIDO EL COBIJO DE SUS PADRES EN SU INFANCIA, LA PROTECCIÓN Y LA FELICIDAD DEL AMOR DE LA FAMILIA.


Podría pasar..... Pero.... sé que.... NUNCA VA A PASAR... PORQUE TE DEJARÁS CONSUMIR POR EL DESTINO QUE PARA TI ESCRIBIERON UN DÍA. PORQUE NO TIENES NI TENDRÁS LA FUERZA DE VOLUNTAD PARA CAMBIARLO. PORQUE CONCENTRAS TU FUERZA EN TUS PUÑOS ENORMES QUE GOLPEAN DURO Y FUERTE DEJANDO CAOS A QUIEN SE TOPE CON ELLOS, PERO NUNCA VAS A TENER UN ÁPICE DE LA FUERZA DE ESPÍRITU Y VOLUNTAD NECESARIA PARA CAMBIAR. PARA QUE LA CATARSIS DE TU ALMA TE LLEVE A SER LO QUE YO VI EN TI UN DÍA, UN SIMPLE ESPEJISMO DE UNA REALIDAD QUE SÓLO HABITABA EN MI CORAZÓN Y QUE NADIE VEÍA, SINO YO.


ANA NAYRA GORRÍN NAVARRO, con el corazón roto y la esperanza hecha añicos.

En Los Gigantes, a domingo 9 de septiembre de 2012.