domingo, 10 de marzo de 2024

Lectura de Escobar, antropología y desarrollo.

 

Síntesis de la lectura “Antropología y desarrollo, de Escobar”. Unidad 3.

 

En Wikipedia leemos: <<Arturo Escobar, antropólogo colombiano, se doctoró en Estados Unidos y es profesor en la Universidad de Carolina del Norte, pero trabaja mucho en Colombia, especialmente con comunidades negras. Vive a caballo entre Norteamérica y Colombia. Es uno de los mayores especialistas mundiales en antropología del desarrollo, pero también ha estudiado los movimientos sociales, el diseño, las transiciones civilizatorias y la ecología política>>.

En este artículo nos habla de la evolución de la antropología y del concepto de desarrollo.

En primer lugar, se tendría que matizar sobre las posibilidades de la cooperación al desarrollo para solventar los problemas del mundo. Y se debe distinguir las intenciones de la cooperación de sus prácticas. Mucha gente que trabaja desde Europa con América Latina tiene muy buenas intenciones y desea realmente mejorar las condiciones de las poblaciones pobres y explotadas de esta zona. Pero la mayor parte de la cooperación no consigue impactar sobre los problemas más graves de los latinoamericanos.

La primera parte del artículo analiza el trabajo de los antropólogos que trabajan en el campo autodefinido de “antropología para el desarrollo”- es decir, tanto aquéllos que trabajan dentro de las instituciones par el fomento del desarrollo como en los Departamentos de Antropología preparando a los alumnos que habrán de trabajar como antropólogos en los proyectos de desarrollo.

La segunda parte esboza una crítica del desarrollo y de la antropología para el desarrollo tal como se viene elaborando desde finales de los ochenta por parte de un número creciente de antropólogos inspirados en teorías y metodologías postestructuralistas; nos referimos a esta crítica con la expresión “antropología del desarrollo”.

Los expertos empezaron a aceptar que los pobres – especialmente los pobres de las zonas rurales- debían participar activamente en los programas si se pretendía alcanzar algún resultado positivo. De lo que se trataba era de dar prioridad a la gente. Los proyectos debían tener contenido social y ser culturalmente adecuados.

Actuando como intermediarios culturales entre aquéllos que diseñan e implementan el desarrollo, por un lado, y las comunidades por otro; recabando la sabiduría y los puntos de vista locales; situando las comunidades y los proyectos locales en contextos más amplios de economía política; considerando la cultura desde un punto de vista holístico. Todas estas contribuciones antropológicas se consideran importantes por no decir esenciales dentro del proceso de desarrollo.

Conclusión:

Es evidente que hay muchos tipos de cooperación. Así; la cooperación al desarrollo, la más clásica; la cooperación a la justicia social, que coincidiría con lo que hacen organizaciones como Intermón Oxfam, que pretenden un desarrollo alternativo; y finalmente, lo que Escobar llama “cooperación para las transiciones civilizatorias”, la opción más radical y la que Escobar, desde una visión latinoamericana crítica, cree que se debería reorientar toda la cooperación. Ya no se trata de buscar un modelo de desarrollo alternativo, sino de encontrar alternativas al desarrollo, desde el principio de solidaridad mundial.

Para que la antropología cumpla con su papel debe replantearse en profundidad su compromiso con el mundo del desarrollo. Debe identificar aquellos casos en que se manifiesta la diferencia de un modo socialmente significativo y que puedan actuar como puntos de apoyo para la articulación de alternativas, y debe también sacar a la luz los marcos locales de producción de culturas y de identidades, de prácticas económicas y ecológicas, que no cesan de emerger en comunidades de todo el mundo.

Ana Naira Gorrín Navarro.

Sábado, 2 de marzo de 2024.

 

 

 

 

 

 

 

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