Día de Canarias 2025

Siento mi canariedad como una fuerza indómita que recorre mis venas, arrastrando consigo la herencia viva de mis ancestros: guanches, íberos y franceses. No quiero detenerme en los conflictos que en otro tiempo los enfrentaron, sino en el amor que los unió y del que yo soy fruto. Porque, incluso en las historias más duras entre colonizadores y colonizados, siempre hay rincones donde germina el amor. Hijos/as que nacen. Generaciones mestizas que proclaman que la auténtica fuerza de este mundo es el amor, y su epicentro; Dios—llámalo como lo llames, según tu fe o tus creencias—.

Y si no crees en Dios, porque se te hace difícil entender lo que no puedes tocar con el corazón (tal vez porque lo tengas ciego, o sordo, o enmudecido por el dolor), pero eres una buena persona y no causas daño a nadie… para mí, también está bien.

Ser canario/a no es solo haber nacido en estas ocho islas hermosas, situadas frente a Marruecos, en medio del Atlántico. También es sentir esta tierra como tuya, aunque hayas llegado desde otro lugar. Porque somos de donde nos sentimos pertenecer. ¡Cuántos amigos/as madrileños/as tengo que se saben canarios/as! Pertenecientes a esta bella tierra a la que defienden y adoran como si hubieran nacido en ella. Y cuántas veces yo me he sentido en mi casa en Madrid, lugar que adoro con todo mi corazón. 

Ser canario/a es pensar como europeo/a, sentir como latinoamericano/a y llevar en el cuerpo una buena dosis de ADN norafricano. Basta vernos: la gran mayoría tenemos rizos indómitos, las mujeres somos de caderas generosas, los hombres de espaldas anchas y hombros fuertes. Somos mezcla, cruce, puente entre tres continentes. Hablamos con un acento único, meloso, inconfundible. Y allá donde vamos, cuando decimos que somos canarios/as, se nos recibe con una sonrisa y todas las puertas se nos abren. Tenemos buena fama: alegres, cariñosos, sinceros, humildes, sociables. Buena gente.

¿Y qué decir de nosotras, las mujeres canarias? Hembras de lava y fuego, capaces de cruzar montañas, mares y desiertos cuando se enamoran. Fogosas como el magma que dio origen a esta tierra santa.Y como madres, somos dulces y protectoras, tan melosas como las mammas italianas, con el corazón hecho cuna y volcán a la vez. Madres leonas con sus cachorros/as.

¡Feliz Día de Canarias, mi gente hermosa!


Que vivan nuestras tradiciones, que sientan la tierra bajo sus pies y la amen sin tregua.

Ahora les dejo con mi poema Canarias y sus ocho cielos, publicado en la Antología Ecos del camino, de ACTE. 





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