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viernes, 17 de enero de 2025

El peligro de las oligarquías de ultrarricos en el mundo, la receta fallida del PSOE y la imperiosa necesidad de un cambio para España.




El peligro de las oligarquías de ultrarricos en el mundo, la receta fallida del PSOE y la imperiosa necesidad de un cambio para España.

Dicho en lenguaje coloquial, se entiende por oligarquías de ultrarricos los grupos pequeños de personas con muchísimo dinero y poder. Estas personas pueden influir en las decisiones importantes de un país porque tienen recursos para financiar campañas políticas, controlar medios de comunicación o influir en legislaciones. El peligro para las democracias está en que:

1.     Se pierde la igualdad de oportunidades: Las democracias funcionan mejor cuando las decisiones se toman pensando en el bienestar de la mayoría, no solo de unos pocos. Si los ultrarricos controlan el sistema, se enfocan en proteger sus propios intereses, dejando de lado a las personas comunes.

2.     Se distorsiona el poder político: Los políticos pueden depender del dinero de los ultrarricos para financiar campañas, lo que hace que tomen decisiones que beneficien a estos grupos en lugar de al pueblo.

3.     Se concentra el poder: Cuando una minoría muy rica tiene tanto control, pueden imponer sus prioridades, como evitar impuestos altos para ellos o mantener leyes que les beneficien. Esto va en contra del principio democrático de que todos tienen el mismo peso en las decisiones.

4.     Se debilita la confianza en las instituciones: Si la gente percibe que el sistema está manipulado por unos pocos ricos, puede perder la fe en la democracia y surgirán tensiones sociales, protestas o incluso el auge de gobiernos autoritarios que prometen "arreglar" las cosas.

En resumen, el problema no es que haya gente rica, sino que, si estos ultrarricos concentran demasiado poder, las democracias dejan de ser representativas y se vuelven sistemas al servicio de unos pocos. Esto puede generar desigualdad, injusticia y conflictos sociales.

 

Para prevenir que las oligarquías de ultrarricos influyan negativamente en la democracia, en España se han tratado de implementar diversas medidas legales y políticas. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha propuesto y llevado a cabo varias iniciativas en este sentido:

 

1. Plan de Acción por la Democracia: Aprobado en septiembre de 2024, este plan incluye 31 medidas destinadas a fortalecer el Estado de Derecho, mejorar la transparencia y la rendición de cuentas de las instituciones, y combatir la desinformación. 

 

2. Regulación de los grupos de interés (lobbies): El PSOE ha impulsado la creación de una ley de grupos de interés para transparentar la influencia de diversos sectores en la elaboración de leyes. Esta medida busca que la ciudadanía conozca qué entidades participan en el proceso legislativo y con qué objetivos. 

 

3. Reforma de la financiación de partidos políticos: Para evitar que grandes fortunas influyan en la política a través de donaciones, se han establecido límites y controles más estrictos en la financiación de los partidos.

 

4. Medidas fiscales para reducir la desigualdad: El PSOE ha propuesto incrementar la recaudación fiscal y luchar contra el fraude, buscando una mayor progresividad en el sistema tributario. Esto incluye impuestos específicos para las grandes fortunas, con el objetivo de reducir la concentración de riqueza y, por ende, su influencia en la política. 

 

5. Transparencia en la propiedad de los medios de comunicación: Se ha planteado la creación de un registro público que detalle la propiedad de los medios y la inversión publicitaria que reciben, regulado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Esta medida pretende garantizar un sistema mediático plural y transparente, evitando que grandes conglomerados económicos controlen la información. 

 

Estas acciones reflejan el compromiso del PSOE para limitar la influencia desproporcionada de las grandes fortunas en la democracia española, promoviendo una mayor transparencia, equidad y participación ciudadana en los procesos políticos. No obstante, a pesar de las medidas propuestas por el PSOE para fortalecer la democracia y limitar la influencia de las oligarquías, el partido no ha estado exento de casos de corrupción que han afectado su credibilidad y han puesto en entredicho sus iniciativas.

A continuación, te detallo algunos de los casos más recientes:

 

1. Caso Koldo: Este escándalo involucra a Koldo García, exasesor del exministro de Transportes José Luis Ábalos, acusado de formar parte de una trama que habría cobrado comisiones por la venta de mascarillas sanitarias a municipios y comunidades autónomas durante la pandemia. La investigación sugiere que se habrían repartido al menos 16 millones de euros entre diez personas de la compañía implicada. 

 

2. Contratación de David Sánchez: David Sánchez, hermano del presidente Pedro Sánchez, fue contratado en 2017 como coordinador de actividades de los conservatorios de Badajoz. La asociación Manos Limpias presentó una denuncia en 2024 acusándolo de malversación, al considerar que obtuvo el puesto debido a su parentesco con el presidente. David Sánchez defendió ante la jueza que encontró la oferta de trabajo en internet. 

 

3. Investigación en el Ayuntamiento de Móstoles: El Juzgado de Instrucción número 5 de Móstoles citó a declarar el 28 de enero a 15 figuras políticas y dos empresas por presuntas irregularidades en contratos menores del Ayuntamiento. Entre los investigados se encuentran altos cargos del PP y PSOE, incluyendo a Agustín Martín y Javier Gómez del PSOE, por delitos como prevaricación y malversación. 

 

4. Fraude en los cursos de formación en Andalucía: El juez José Ignacio Vilaplana continúa el proceso contra el exconsejero socialista de Empleo, Manuel Recio, y otros investigados por presuntos delitos de prevaricación, malversación y fraude de subvenciones relacionados con cursos de formación fraudulentos. Este caso saca a la luz prácticas corruptas durante los gobiernos socialistas en Andalucía. 

 

Estos casos evidencian que, a pesar de las iniciativas del PSOE para promover la transparencia y combatir la corrupción, existen desafíos internos que socavan estos esfuerzos. La presencia de corrupción dentro del partido puede debilitar la confianza pública en las instituciones y en las medidas propuestas para limitar la influencia de las oligarquías, ya que se percibe una incongruencia entre el discurso y la práctica. Para que las políticas destinadas a fortalecer la democracia sean efectivas, es fundamental que el partido aborde con firmeza estos casos, garantizando la rendición de cuentas y aplicando sanciones adecuadas a los responsables. Solo así se podrá recuperar la credibilidad y asegurar que las medidas propuestas tengan un impacto real en la protección de la democracia frente a influencias indebidas. 

Y ahora viene mi propuesta fuerte: Para mí es una necesidad urgente que surja en España un partido político de corte centrista, similar a la Unión de Centro Democrático (UCD), hecho que implica valorar las ventajas de una formación que busque el consenso, la moderación y el equilibrio en un panorama político a todas luces excesivamente polarizado y que, por ende, es ingobernable. Y como iba para abogada, pero me quedé por el camino (me distraje con otros asuntos) aquí te dejo mis argumentos a favor de esto que expongo:

 

 1. La moderación como clave para superar la polarización

   - España vive un contexto político marcado por la confrontación ideológica en bucle entre bloques (izquierda y derecha, bailamos la yenka continuamente), lo que dificulta los acuerdos en cuestiones fundamentales como educación, economía o justicia.

   - Un partido centrista podría actuar como puente entre posturas opuestas, promoviendo acuerdos transversales y evitando la parálisis legislativa.

 

2. Representación de una mayoría moderada

   - Muchas personas no se sienten representadas por los extremos del espectro político. Un partido de corte centrista podría dar voz a este sector de la población, que busca soluciones pragmáticas en lugar de debates ideológicos eternos sin resultados visibles en la realidad. Yo siempre fui socialista, pero tengo que confesar que el sanchismo ha acabado con mi defensa de este partido político.

 

3. Un modelo exitoso en la Transición

   - La UCD, bajo el liderazgo de Adolfo Suárez, jugó un papel clave en la Transición española, logrando acuerdos entre sensibilidades políticas muy diversas para construir la democracia actual. A Adolfo Suárez aún se le considera el mejor presidente que ha tenido España.

   - Recuperar un modelo similar podría ser útil en un momento donde las tensiones territoriales, económicas y sociales demandan pactos amplios y un enfoque integrador.

 

 4. Estabilidad y gobernabilidad

   - Los partidos mayoritarios, al depender de alianzas con fuerzas nacionalistas o de extrema ideología, a menudo adoptan medidas que pueden resultar divisivas para el conjunto del país.

   - Un partido centrista podría garantizar gobiernos estables y más equilibrados, reduciendo la dependencia de fuerzas políticas con agendas particulares.

 

 5. Un espacio para el diálogo territorial

   - España enfrenta desafíos territoriales (como el conflicto catalán o el modelo autonómico). Un partido centrista podría plantear soluciones basadas en el diálogo y el consenso, evitando tanto el inmovilismo como los planteamientos rupturistas. Aunque, en este sentido tengo que decirte que soy federalista (y, de paso, republicana), sobre esto te hablo al final de este post.

 

 6. Políticas pragmáticas y alejadas del populismo

   - El centrismo tiende a priorizar el pragmatismo estoico sobre las ideologías rígidas, lo que permite diseñar políticas adaptadas a las necesidades reales de la sociedad.

   - Esto podría ser un contrapeso frente al populismo creciente que explota las emociones y fomenta la división.

 

 7. Un renovado pacto social

   - Un partido centrista podría impulsar un nuevo pacto social que aborde los desafíos actuales: transición ecológica, digitalización, desigualdad, envejecimiento de la población, y regeneración democrática.

 

En conclusión, la creación de un partido político centrista, inspirado en el modelo de la UCD, podría contribuir a desactivar la polarización política en España, promover acuerdos de amplio alcance y garantizar la estabilidad necesaria para abordar los retos del país. Este enfoque, basado en el diálogo y la moderación, puede ser una herramienta valiosa para reconstruir la confianza ciudadana en las instituciones y fortalecer la democracia.

Por otro lado, defiendo también la necesidad de que España adopte un modelo republicano y federalista. Lo que nos lleva a considerar los beneficios de una organización política y territorial más representativa, democrática y adaptada a las realidades del país. Aquí mis argumentos:

 

1. La República: un modelo más democrático y moderno

a) Superación del modelo monárquico

- La monarquía no es elegida: En una democracia moderna, todos los cargos deben ser fruto de la elección ciudadana. Un jefe de Estado vitalicio y hereditario no responde al principio básico de igualdad.

- Falta de rendición de cuentas: La monarquía está protegida por un blindaje legal que impide juzgar al rey, algo incompatible con la idea de un Estado transparente y responsable.

b) Un jefe de Estado representativo y democrático

- En un modelo republicano, el presidente de la República, elegido por el pueblo, simboliza la unidad del país de manera democrática.

- Esto evita la percepción de que el poder se concentra en una familia o en símbolos del pasado, conectando mejor con los valores de igualdad y justicia.

 

c) Renovación institucional

- Cambiar a un sistema republicano permitiría iniciar una renovación profunda de las instituciones, adaptándolas a los valores democráticos del siglo XXI.

- Ayudaría a combatir la desafección ciudadana hacia la política, dando a la gente más participación en la elección de sus máximos representantes.

 

2. El federalismo: una solución al desafío territorial

a) Reconocimiento de la diversidad

- España es un país plural, con identidades, lenguas y culturas diferentes. Un modelo federal reconoce esta diversidad sin necesidad de confrontación.

- A través de un pacto federal, comunidades como Cataluña, el País Vasco o Galicia podrían ver garantizados sus derechos culturales y políticos dentro del marco común español.

 

b) Mayor claridad competencial

- En el actual modelo autonómico, las competencias están mal definidas, lo que genera conflictos entre el Estado central y las comunidades. En realidad, cada comunidad autónoma hace lo que quiere, así que mejor llamar las cosas por su nombre y ser honestos, ordenados y responsables de una vez por todas.

- El federalismo establece un reparto claro de competencias, evitando duplicidades, conflictos y aumentando la eficiencia en la gestión pública.

 

c) Fomento del diálogo

- Un sistema federal promueve la cooperación y el diálogo entre las regiones y el gobierno central, fortaleciendo la cohesión del país.

- Este modelo también fomenta la corresponsabilidad, ya que cada nivel de gobierno debe asumir sus decisiones ante sus ciudadanos.

 

3. Superación de tensiones históricas

a) Fin de los conflictos entre centralismo y periferia

- Muchas de las tensiones territoriales en España tienen su raíz en un modelo de gobierno percibido como centralista (gobierno central, Madrid) y ajeno a las necesidades de las regiones.

- El federalismo ofrece un marco donde la diversidad es un valor, no un problema.

 

b) Una nueva narrativa nacional

- La República y el federalismo pueden ofrecer una narrativa inclusiva y moderna, que reconcilie a la ciudadanía con el proyecto de España como una democracia avanzada.

4. Ejemplos internacionales de éxito

- Países como Alemania, Suiza o Canadá combinan con éxito modelos federales y republicanos, demostrando que es posible gestionar la diversidad territorial de manera eficiente y democrática.

- Estas democracias modernas muestran que la pluralidad fortalece al Estado en lugar de debilitarlo.

 

5. Mayor legitimidad del sistema

- Una República federal podría ser resultado de un proceso participativo y consensuado, lo que aumentaría la legitimidad del nuevo sistema político-territorial.

- Este modelo no solo daría respuesta a las demandas territoriales, sino que también renovaría la confianza de la ciudadanía en las instituciones.

Conclusión

Adoptar un modelo republicano y federalista sería una forma de modernizar España, adaptando su estructura política y territorial a los valores democráticos del siglo XXI. La República garantizaría un jefe de Estado elegido por todos, mientras que el federalismo ofrecería un marco de convivencia basado en el respeto a la diversidad y el diálogo. Este enfoque no solo resolvería problemas históricos, sino que también fortalecería la democracia y la cohesión del país.

 




Ojalá algún día lo vea en mi España querida.

 

Ana Naira Gorrín Navarro.

17/01/2025.


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