JERUSALEMA por Master KG y Nomcebo Zikode

 

Jerusalema, del zulú al español.

 Hay una canción que me encanta y que en los últimos tiempos se hizo muy famosa: Jerusalema, les dejo link a Spotify:

https://open.spotify.com/intl-es/track/2MlOUXmcofMackX3bxfSwi?si=cbfc3c4305464896

 

Interpretada por Master KG y Nomcebo Zikode, está cantada en idioma zulú. Es una especie de oración o súplica, en la que la voz pide a Jerusalén (en un sentido espiritual, no solo geográfico) que sea su hogar y su refugio. Se expresa un anhelo profundo por un lugar de paz, seguridad y pertenencia, libre de sufrimiento.

En resumen, el mensaje sería algo así:

“Jerusalén, mi hogar, sálvame y guíame. Protégeme, no me dejes solo. Mi corazón desea estar contigo.”

Es un canto con un tono espiritual y esperanzador, que ha sido adoptado por muchas comunidades en todo el mundo como símbolo de unidad entre todas las personas del mundo, sea cual sea su credo, etnia y lugar de nacimiento.

Traducción al español de Jerusalema (Zulú al Español)

(Repetición 2 veces)
Jerusalén, mi hogar
Sálvame
Ven conmigo
No me dejes aquí

Mi reino no está aquí
Sálvame
Ven conmigo

Sálvame, sálvame, sálvame
No me dejes aquí
Sálvame, sálvame, sálvame
No me dejes aquí

Mi lugar no es aquí
Mi reino no está aquí
Sálvame
Ven conmigo

Sálvame, sálvame, sálvame
No me dejes aquí
Sálvame, sálvame, sálvame
No me dejes aquí

  

La traducción al zulú la pueden encontrar en esta web africana de Gospel

https://africangospellyrics.com/

 

En un mundo que insiste en dividirnos por colores, credos, banderas o fronteras, necesitamos una melodía que nos recuerde que todos caminamos sobre la misma tierra. Un latido común que atraviese mares y montañas, que no entienda de idiomas ni de pasaportes.

La paz no es un privilegio, es un derecho de nacimiento. Y mientras existan manos dispuestas a tenderse, miradas capaces de reconocerse y corazones abiertos a escuchar, siempre habrá esperanza.

No importa de dónde vengas ni a qué dios reces, si tu piel es clara o morena, si tus pasos se dirigen al norte o al sur. Lo único que importa es que, en este viaje llamado vida, aprendamos a caminar juntos.

Porque la verdadera Jerusalén no está en un mapa: vive en el instante en que elegimos abrazar, en lugar de odiar.

Porque, más allá de credos y doctrinas, hay un punto en el que todas las religiones del mundo pueden estrecharse la mano: reconocer la luz que trajo Jesús, nacido en Jerusalén, como símbolo de amor, justicia y compasión. Judíos, cristianos, musulmanes y tantas otras tradiciones lo veneran, lo citan, lo respetan. Y si en ese pequeño rincón del mundo nació una figura capaz de unir a la humanidad entera en su mensaje, ¿qué nos impide a nosotros seguir su ejemplo y elegir, cada día, la senda de la paz?

En Los Gigantes, a viernes 15 de agosto de 2025.

Ana Naira (Nayra) Gorrín Navarro.

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