- ¿Dónde está ...........?
- Dame una cerveza de la nevera.
- ¡Chos! La casa está hecha un desastre, ¡tienes que limpiarla!
- Haz una cosa..... Vete y dile a ........... que............ y que..............
- No me gusta que te pongas esos pantalones tan ajustados.
- No me gustan tus amigas, son todas unas salidas.
- Cuando me dices que tengo que leer más para no tener tantas faltas de ortografía. Lo dices porque tú tienes más estudios que yo, ¿no? ¿Crees que eres superior a mí solo por eso?
- Déjame la contraseña de tu móvil (No, ¿por qué? ¿No confías en mí?). AAAh! Es decir,..., ¿me ocultas algo, no? (Cedes y le das la contraseña): ¿Por qué tienes tantos amigos? (ex compañeros de Universidad y amigos del pueblo), ¿seguro que no has tenido nada con ellos? ( te desmoraliza tanta desconfianza hacia ti y piensas: ¿para qué seguir con esta farsa?).
- ¿Dónde estabas esta mañana que estuve llamándote toda la mañana (esto te lo dice a pleno grito y moviendo las extremidades de su cuerpo de un modo violento. En tu móvil hay 95 llamadas perdidas y tropecientos mil mensajes en Whatsapp)? - Te dije que iba de compras, me dejé el móvil en casa. - ¡Noooo,..., siempre tienes que estar localizable, no puedes desaparecerte así! (¡buf, buf, buf!).
Dicen que el perfil de mujer maltratada atrae siempre irremediablemente el perfil del hombre maltratador. Hay que mantener los ojos bien abiertos para repeler tener en nuestras vidas hombres que nos anulen, nos maltraten, nos acosen, nos aniquilen la autoestima y personalidad. Por muy bien que nos traten al principio (sí, es solo al principio), por muy románticos y cariñosos que sean, por muy buenos amantes y guapos.... No merece la pena arruinarnos la vida de esa manera.
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