¡Qué alegría! Recoger el boletín de notas de cada trimestre escolar de mi hijo es autoevaluarme en mi deber/obligación de Madre/Padre.
Mi peque ha sacado TODO NOTABLE.
En el transcurso de este primer trimestre (que ya se ha ido cual finos granos de arena entre los dedos de un puño cerrado), su maestra me ha ido confirmando en las tutorías que va bien, que es atento en clase y que es aplicado en sus tareas, trabajos y exámanes.
Me preocupo por darle a mi hijo un buen ambiente de estudio en casa. Porque entre semana no tenga tantas actividades lúdicas (ir a la plaza a jugar con sus amigos/as, por ejemplo) sino por llenar su tiempo de actividades de provecho (clases de fútbol -el deporte e inculcarle el amor por él pienso que es muy importante-, clases particulares de inglés, y horas de estudio y compartir tiempo con él por las tardes haciendo sus deberes sentados los dos en su escritorio para que adquiera el hábito de estudiar todos los días).
Como Madre quiero lo mejor para mi hijo y soy consciente que la mejor herencia que le podamos dejar a nuestros hijos es el aprender a cultivar su espíritu a través de los estudios. A crecer como persona, siempre y sin fin, tenga la edad que tenga. Yo tengo pendiente acabar mi carrera de Derecho, sobre todo por ser un buen modelo a imitar para mi hijo. No puedo permitirme no acabarla porque si no él me lo podrá echar en cara el día de mañana.
Pero,..., quiero que él sea consciente de la importancia que tiene estudiar, con el fin de aprender. Más allá de tener un título colgado en un pared.
Aprender, tener la seguridad y autoestima que te da la sabiduría.
Y,..., sobre todo y ante todo, DISFRUTAR DEL PROCESO DEL APRENDIZAJE. Porque...¡¡QUÉ BONITO ES ESTUDIAR Y APRENDER!!
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