Apagar el modo "problemas y angustias" de tu mente, ponerte cómodo/a, tumbarte en la hierba, mirar al Cielo y dejar tu mente en blanco mientras escuchas esa canción que tanto te gusta y te relaja.
Desconectar de todo lo que te cohíbe de ser feliz, libre y optimista.
Meter en una cajita cerrada todos los dramas de tu vida y dejarlos ahí encerrados un ratito mientras tú coges fuerzas para enfrentarte a ellos.
Caminar entre la tibia arena en un atardecer canario. Con el cielo lleno de fuego, naranja y diferentes tonos de rosa por doquier.
Abrazar a tu hijo/a y acunarlo/a sentados/as en una silla mecedora mientras lees en voz alta un cuento o una historia de su elección. Sentir el palpitar de su corazón y saber, a ciencia cierta, que es el motor de tu vida.
Saborear una cálida taza de café o té recién hecho, deleitarte con su aroma mientras clavas tu mirada en el horizonte dejando tu mente liberarse de cualquier pensamiento.
Si hiciéramos este ejercicio mental tan sólo durante 7 minutos al día, las chakras de nuestro ser podrían tener más que suficiente para armonizarse, limpiarse y renovar nuestras energías positivas.
A veces es difícil no intoxicarse ni intoxicar a los demás con malas vibras. Problemas económicos que pesan mucho más cuando uno/ una tiene cargas familiares de las que responder pueden llevarte a tener un día de mal humor, al tener mal humor actúas e interactúas con quienes te rodean negativamente y es como una bola de nieve que crece y crece hasta que se vuelve incontrolablemente en un alud que arrasa con todo.
A veces ser feliz es simplemente una actitud ante la vida y una elección.
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