Las Navidades con la familia toda unida han sido siempre casi una ley familiar.
Me encanta que mi hijo perciba este ambiente de familia unida e íntegra. La familia, el trabajo, los/as amigos/as son los pilares básicos de bienestar en la vida de una persona y hay que cuidarlos y cultivarlos cada día del año.
Hay personas que no entienden la importancia excelsa que les damos los canarios/las canarias a los clanes familiares. En esto nos podemos sentir muy identificados con los gitanos/las gitanas. Sólo a través de sus ojos vemos el mundo, siempre con el prisma de la familia proyectando cualquier perspectiva de todo en la vida. Y no nos resulta un yugo como a muchas personas peninsulares y europeas les pudiera parecer, todo lo contrario, es una fuerza que se nutre del amor, de la convivencia y de la unión y que nos impulsa en la vida.
La Nochebuena, el día de Navidad y el día 26 de diciembre los pasamos en familia. Aunque haya años que no nos podamos reunir a cenar todos juntos, al día siguiente encontraremos el hueco. Y el día 26 es tradicional desde años hacer un almuerzo toda la familia junta. ¡Ojalá siempre sea así! Recordamos a los ausentes y damos gracias a Dios por tener lo que tenemos hoy, pidiendo salud y fuerza para seguir luchando por el porvenir.
Entre risa y risa, frente a un buen banquete y buen vino. Con alguna guitarra española sonando por ahí siempre en el momento de los cafés y hasta algún que otro bailoteo.
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